Las pisadas de un caballo se escuchaban en los adentros del bosque oscuro donde un joven jinete cabalgaba a todo lo que su corcel podría darle.
Aquellos ojos azul celeste como el mismísimo cielo... aquellos que reflejaban la felicidad pura se habían ido dejando unos ojos apagados y con sed de venganza. Sus ilusiones habían sido rotas.... como su corazón en ese momento. Agarraba las riendas del caballo con fuerza cada que el recuerdo de la traición volvía a su cabeza.
De pronto, todo empezó a tener sentido en su cabeza. Todas esas absurdas escusas para que estuviera sola y nunca más la volviese a llevar a salvo a casa, el porqué de la actitud distante cada que él la iba a ver... todo empezó a tener sentido ahora...
Se sentía traicionado, solo... se sentía sucio.
Sus ojos pronto se llenaron de lágrimas, no podía ver por dónde iba hasta que una rama lo golpeo tan fuerte en el pecho que lo hizo caer.
- ¡Imbécil! – le grito a la rama.
El caballo se detuvo unos pasos más adelante, dio vuelta de regreso a donde su jinete se encontraba tirado con el rostro en la húmeda tierra. Empezó a llorar, sin el menor miedo a que lo viesen, aventaba y golpeaba la tierra a su antojo y gritaba tan fuerte que se podía escuchar el intenso eco cada que callaba hasta que calló, hasta que se sintió tan débil como para incluso ponerse de nuevo en pie. Las gotas empezaron a caer sobre la tierra: lentas, sigilosas y con cierta elegancia tocando el cuerpo del hombre que no podía contener su llanto que bien podía confundirse con estas...
-O... Marinette, te juro que esto no quedara en vano...- dijo este con cierto odio en los ojos – Estas lagrimas no serán en vano. Tu traición tiene un costo demasiado caro.
De la nada, una pequeña mariposita blanca salió de un arbusto, dio vueltas alrededor del pelirrojo antes de situarse en una de las manos con las que abrazaba fuertemente sus piernas. Nathaniel abrió los ojos, la pequeña mariposilla caminaba por un lado de la su mano. A comparación de otras mariposas esta era tan blanca que Nathaniel podría jurar que estaba brillando en la oscuridad, sus pequeñas patitas no le daban ese cosquilleo que usualmente sientes cuando un insecto te camina por tu cuerpo, estas le hacían sentir ciertas caricias.
La siguió observando, con los ojos rojos, con los sentimientos a flote, hipnotizado por aquella tranquilidad por la que caminaba esta sobre su mano. Suspiro... al parecer, esto fue lo que hizo que la mariposilla volase.
- ¡NO! Espera. – dijo el pelirrojo levantándose velozmente y montándose en su caballo para seguirla.
La mariposa volaba con cierta rapidez, su luz la hacía alumbrar en el bosque, lo que Nathaniel agradecía para no perderle el rastro, la lluvia había cesado, lo cual fue una fortuna para él.
Siguió cabalgando, entrando más en el oscuro y frio bosque hasta que la mariposilla se desvaneció ante sus ojos. Su caballo iba con cierta velocidad que no le dio tiempo de frenar cuando perdió el rastro, el misterioso camino los guio a una taberna cruzando un riachuelo.
Intrigado, dirigió al caballo sobre el pequeño puente de madera para acercarse a la taberna.
"Un trago no estaría de más" se dijo a si mismo mientras dejaba a su caballo en las afueras del recinto.
El lugar era oscuro, tenebroso... un lugar de mala muerte, o eso sentía Nathaniel al ver la fachada por fuera. Grande fue su sorpresa al entrar, una música de Jazz, bastante relajante a lo que podría esperar, dejo su gabardina en un perchero de la entrada y se dirigió a la barra. La música, junto con los choques de los tarros de cerveza de madera, algunas copas y las algunas risas no tapaban mucho el murmullo que le hacían algunos de estos presentes con cada paso que daba el pelirrojo.
ESTÁS LEYENDO
Monster (Fanfic) (Marichat) (Ladybug) [HIATUS]
FanfictionLo conoció por casualidad, en una caminata por el bosque y, desde la primera vez que vio esos ojos esmeralda entre los arbustos, no se los pudo sacar de su mente... ¡Joder! ¿Por que se sentía tan perdida pero a salvo en sus brazos?... ¿Que pensaría...