-Despierta- Oí un suave murmullo.
-¿_______?- La vi sentada a mi lado.
-Sí- Rió-¿Por qué no vas a bañarte?- Besó mi mejilla.
-¿Qué hora es?
-Las doce- Se levantó de la cama.
-¿Cuándo te vestiste?- Me senté en la cama.
-Después de bañarme- Me tomó del brazo y me levantó.
Después de muchos intentos consiguió meterme en el baño a la fuerza.
-¿Por qué no te bañas conmigo?- Sonreí con medio cuerpo tras la puerta.
-Ya me bañe- Estiró la lengua en mi dirección- Tal vez si te hubieses levantado más temprano hubiese accedido- Me cerró la puerta prácticamente en la cara.
Wow, como es posible que tantas cosas ocurran en tan poco tiempo, sin duda no me arrepiento de nada.
Obedecí a _______ y me di una ducha larga, la necesitaba, necesitaba algo que me hiciera sentir que todo esto era y había sido real, y nada mejor como el agua muy caliente.
-¡Liam!- Gritó ella del otro lado de la puerta.
-¿Qué pasa?
-Llevas más de media hora allá adentro… te extraño.
¿Es posible que alguien sea más tierna que ella? ¡Claro que no! Eso es imposible pero que puedo decir yo soy el único que tiene la suerte de tenerla.
-Ya voy princesa- Cerré la llave y me cubrí con una toalla.
-Apura…- Se calló al verme abrir la puerta frente a ella- Hola.
-Hola- La tomé por las piernas y la alcé.
Sus piernas rodearon mi cintura mientras mis brazos se ponían firmes sobre la suya. Nuestros besos al igual que nuestros cuerpos cayeron a la cama. Yo estaba sobre ella sintiendo como de a poco la toalla azul que me cubría era lanzada al suelo por las juguetonas manos de _________.
Ella por su propia cuenta se deshizo de su polera, y en menos de lo que puedes decir “vaya” desabrochó su sostén.
-Vaya- Me mordí el labio tras encontrarme otra vez con su torso al descubierto.
-¿Te gustan?- Salió de abajo mío y se sentó.
-Sí- Dije viendo como ella se las miraba.
-Antes no me gustaban mucho- Se las tocó- Siempre estuve conforme con el tamaño pero no se de aquí arriba se ven raras.
-A ver- Me puse detrás de ella y asomé mi cabeza por su hombro- Se ven incluso mejor de aquí arriba- Mordí su cuello.
-¿Siempre sabes que decir, no?
-No siempre- Deslicé mi lengua por su cálido cuello- Y la gran mayoría de esas veces son estando contigo.
-Eres adorable- Se giró y se sentó sobre mis piernas. Sus labios produjeron música para mis oídos: Un sensual gemido.
-Hasta gimiendo eres sexy- La acosté en la cama para dejarme caer sobre ella.
-¿Quieres seguir?- Apoyó su mano en mi pecho.
-No es a mí a quién tienes que preguntarle- Me levanté un poco y bajé mi vista.
-¡Liam!- Se rió- ¡Cómo dices eso!
-Es verdad- Di una sutil carcajada.
-Estás bien- Su risa disminuyó- ¿Te gustaría seguir?- Dijo con la vista no precisamente en mí rostro.
-Rayos- Maldije.
-¿Qué paso?- Subió la mirada.
-Ya no puedo moverlo.
-¿¡Qué!?
-Antes podía moverlo de arriba abajo- Ella comenzó a reírse.
-¿De verdad?- Asentí- Algún día quiero verlo- Siguió besándome.
Si hay algo con lo que podría enviciarme eso sería definitivamente sus besos y sus labios, son mi droga. La miré y ella asintió con la cabeza dándome pase libre para deshacerme de sus pantalones.
-¿Estás lista?
-Sí- Comencé a entrar en ella.
A diferencia de la vez anterior la penetración no fue para nada dificultosa ya que pude entrar con rapidez y fluidez sin siquiera poner un poco más de la fuerza necesaria.
-Creo que ya te acostumbraste a mí- Llevé mis besos desde sus labios a su cuello.
-Sí lo noté- Una pequeña risotada salió de su boca.
-¿Te han dicho alguna vez que tienes una risa muy sexy?- Mordí el lóbulo de su oreja.
-Matt…
-¿Qué?- Me detuve.
-No puedo- Me miró apenada.
-¿Qué paso?
-Estas no son vacaciones, nosotros vinimos por un motivo específico que creo que nos estamos yendo por las ramas…
-¿Te estás arrepintiendo de esto?- Me levanté.
-¡No!- Tomó mi cara- ¡Claro que no mi amor! Pero como dije estamos aquí por algo y no me sentiré satisfecha hasta lograr ese cometido así que espero que me entiendas… y que entiendas que por más que guste la idea de seguir con esto tengo prioridades que debo seguir.
-Entendido- La abracé- Pero que hago con eso de allá abajo- Besé su hombro.
-¿No puedes dejarlo así?- Me separé y negué con la cabeza algo frustrado- Ok, mala idea pero no sé qué más podemos hacer con ello.
-No importa- Suspire y me pare para buscar mi ropa.
-Lo siento- La oí pronunciar a la distancia.
-No importa- Me puse los bóxers.
-Te prometo que te lo compensaré.
-¿Me lo compensaras?- Me di vuelta con los pantalones por las rodillas.
-Sí- Me guiño el ojo- Créeme que me lo agradecerás- Dijo ya con la ropa interior en su lugar.
-Lo espero con ansias- Abroché a regañadientes el botón del pantalón.
Nos vestimos lo más rápido que pudimos, y salimos del motel aunque esta vez la vergüenza desapareció pero aun me sentía incómodo por el hecho de tener algo tan molesto en los pantalones. Definitivamente soy la única persona sobre la faz de la tierra que puede salir de un motel con una erección…
-¿Estás bien?- Preguntó ella poniendo la llave en el agujero.
-Sí- Sentí como algo vibraba en mi pantalón.
¡Mi’erda! ¿No podrían haber elegido mejor momento para llamar? O quizás… ¿No pudiese yo haber elegido un mejor lugar para guardarlo?
-¿Hola?
-¿¡Cómo es eso de qué tú y ______ se fueron!?- Mi amigo destruyó mi tímpano.
-¿Leíste la nota que te deje?
-Sí pero… ¡Me dejaron con sus hermanas! No soy un niñero ¿Sabes?
-Lo siento pero es importante.
-Lo sé- Suspiro- Bueno, no importa… ¿Qué hace ahora?
-Conducimos hacia Bristol.
-¿En tu auto?
-Emm… No, recuerda que todavía lo siguen arreglando por el choque ¡Tú! Causaste.
-¿¡Se llevaron mi auto!? ¿¡Otra vez!?- Y lo hizo otra vez… volvió a dejar mi tímpano vibrando a más de 15.000 decibeles.
-¡Me vas a dejar sordo!
-Lo siento.
-¿Podrías pasarme con Mandy?
-Está durmiendo.
-¿A esta hora?
-Sí, es que se levantó a las cinco de la mañana y se puso a jugar con Cassie así que ambas quedaron exhaustas.
-Está bien, te llamaré en un rato más.
-Okey.
-Dile a Amanda que la amo.
-Ok, adiós Payne.
-¿Podrías llamar a alguien por mí?
-¿A quién?- Fruncí el ceño.
-Tú solo marca el número que te diré y después preguntas- Miró por el retrovisor hacia atrás.
-De acuerdo- La miré extraño.
-Cinco, cinco, cinco, siete, cuatro…
-¿Qué?
-Dame aquí- Me quitó el celular y como máquina tecleo ágilmente- Ten -Me lo devolvió mientras marcaba un número.
-¿Qué digo?
-Pregunta por Clinton, responde si a todo lo que te diga y luego me dices.
-¿Clinton?
-Sí… ¿Liam, cierto?
-Sí ¿Cómo sabes mi nombre?
-Eso es lo de menos ¿Ya van camino a Bristol?
-Sí, estamos casi por la frontera.
-Dile a ______ que le bajé la velocidad al vehículo.
-¿Por qué?
-¡Solo hazlo!
-Dice que disminuyas la velocidad- Ella como si nada obedeció sin preguntar.
-Ahora presta atención a lo que te voy a decir. Tienen que ir por la pista derecha pero no por la de pavimento sino que por la de tierra.
-¿Cuál de tierra?- Miré por la ventana me encontré con aquella diminuta calle. ________ al oír eso se lanzó a la estrecha vereda.
-¿La hallaste?- Rió- Como sea, cuando encuentren la bandera roja métanse por entremedio del bosque a la misma altura de la esta, ahí llegaran a otro camino que los llevará a un galpón negro. Ya ahí lo único que tienes que hacer es preguntar por Piere- Cortó la llamada.
-¿Te dijo dónde está Matt?
-No, me dijo como hallar a un tal Piere…
-Piere- Me interrumpió con una sonrisa.
-¿Lo conoces?
-Es un boca floja que siempre me decía lo que hacía Matt, de seguro él sabe dónde encontrarlo.
-Para- Dio un frenazo.
-¿Qué pasa?
-La bandera roja- Apunté aquel pedazo de tela que flameaba entre unos arbustos- Él dijo que había que meterse por los árboles justo donde estaba la bandera.
-Está bien.
Le puso el cambio al auto y con cuidado se metió por entre las ramas, tras estas había un sendero, _______ condujo por más de 2 kilómetros y todavía no había ni rastro de aquel depósito de color negro.
-Veo algo- Entrecerró sus ojos- Sí.
Estaba en lo correcto al final del camino se veía una enorme construcción negra rodeada de camiones y autos enchuladísimos. No sé porque pero hay algo de este lugar que no agrada, de seguro es uno de esos sitió donde el único fin es drogarse hasta despertar en un lugar que jamás has visto en tu vida.
-Aquí es- Se bajó del auto conmigo a su siga.
- ¿Estás segura?
-Sí- Respiró hondo y abrió la puerta.
Nadie siquiera se volteó a vernos. El lugar estaba repleto, en especial por mujeres que bailaban al ritmo de la música de fondo que tocaba el pianista de la entrada.
-¿Conoces a Pierce?- Le preguntó a una chica ligera de ropa que pasaba.
-A mí Piere claro que lo conozco- Me observó mordiéndose el labio- Pero a ti no te conozco bonito- Puso sus brazos alrededor de mi cuello- No estoy atendiendo a nadie en este momento, y mi cuarto esta vació así que no tengo en problema en hacerte una sesión de prueba- Deslizó su mano por mi abdomen hacia abajo.
-No gracias- Detuvo su mano antes que llegara a la zona peligrosa.
-Es mi novia- Saqué su mano restante de mi cuello.
-¿Qué tiene?
-Yo tan solo quiero estar con ella, no con otra.
-¿Entonces que hacen acá? Si quieres que tenerla solo para ti es mejor que la saques antes que la confundan con una de nosotras- Se fue y me lanzó un beso a la distancia.
-No puedo creer en donde estamos.
-Ni yo- Agité mi cabeza.
Como tan tontos como para no darnos cuenta del lugar en donde estamos, es cosa de observar con prudencia nuestro alrededor y además simplemente este es el lugar perfecto para tener un prostíbulo clandestino.
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DULCES SUEÑOS ϟ LIAM PAYNE
FanfictionAdaptación - 2013. ¿Por qué a mí? Esa es la pregunta que se replantea una y otra vez en mi cabeza, por qué a mí me toco precisamente ser yo, no es que me queje de lo que tengo, bueno, de lo poco y nada que tengo, pero no dejo de pensar en cómo sería...