Capítulo 11 (2/2): ¿Destino? ¡No, mala suerte!

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Mi’erda… sus besos simplemente me están matando, con cada rocé de sus labios contra mi cuello el tamaño de mi miembro y la cantidad de sangre acumulada allá abajo tan solo va en aumento así que solo espero no terminar eyaculando en mis pantalones antes de tiempo.

-¿Estás bien?- Me preguntó separando sus labios de mi cuello.
-Sí- Respondí abriendo mis ojos.

En un torpe movimiento la giré y la puse sobre mí. Nos acomodamos de tal manera de que yo que de sentado con la espalda recostada en la pared y ella sentada sobre mí con sus piernas flexionadas en dirección opuesta a mí. Apoyó sus manos en la pared mientras yo recorría sus piernas hasta el límite expuesto por su falda. Subí mis manos hasta su cintura, tomé los bordes de su ajustada polera y para no querer mostrarle que estaba desesperado por follármela intente subirla lo más lento y calmado posible.

-¿La vas a sacar o no?- Se rió y sacó mis manos de su polera.

No alcancé a decir nada ya que ella es un rápido movimiento se sacó su polera y bueno, tan solo puedo decir que mi vista no se fijó precisamente en su ojos.

-Liam.
-¿Qué paso?- Tardé unos segundos en subir mi vista a su rostro.
-Es que…- Estaba totalmente roja.
-¿Te incomode?- La interrumpí y ella asintió- Lo siento- Acaricié su mejilla y junte mis labios otra vez con ella.

Esta vez era el turno de ella, sus manos recorrían curiosas mi abdomen por debajo de la polera que no duró mucho puesta. Nos separamos unos segundos por falta de aire, y al parecer esos pocos segundos fueron dispensable, al retomar el beso ninguno de los dos pareció haberlos disfrutarlos ya que el beso se tornaba cada vez más intenso, nuestras lenguas al fin se habían encontrado y parecían tener una fiesta.

-Si tan solo supieras lo mucho que te quiero- Pronuncié sin soltar sus labios.
-Yo igual- Mencionó y acto seguido sentí como mi lengua era levemente mordida.

De verdad esta chica me trae loco, sé que he salido con muchas chicas antes pero con ______ es diferente ya que con las demás tan solo me bastaban unos minutos para conocerlas por completo, pero ______ para mí aún es un misterio, es tan tímida para algunas cosas pero para otras se olvida por completo de aquella tierna timidez que posee. Como dije ella es un verdadero misterio, uno que estaré completamente dispuesto a descifrar hasta el fondo.

Di un largo suspiro al sentir como sus manos se apoyaban en el cierre de mi ajustado pantalón. No demoró nada en desabotonarlo y en bajar el cierre pero eso no era nada con el desafío que venía después… sacarlo.

-No puedo- Se quejó mientras intentaba bajar mis pantalones.
-Yo te ayudo.

Los pantalones de Tom eran tan ajustados que hacía falta algo más que fuerza de mujer para bajarlos, no es que las mujeres sean débiles, de hecho hace dos años salí con una chica que tenía muchísima más fuera que yo pero ______ tiene un estilo muy delicado para hacer la cosas y para este caso no es de mucha ayuda.

Le sonreí y tomé los pantalones por los costados y con mucha fuerza los baje pero el problema fue que no calcule la fuerza que use y mis manos se deshicieron de todo lo que hallaron a su paso.

-Wow- Dijo ella echándose un poco para atrás al ver mi erección al descubierto.

¡Mi’erda! Definitivamente este es el momento más vergonzoso de mi vida, sé que si llegamos hasta este punto era porque algo iba a pasar y ella tarde temprano terminaría viéndome sin nada pero el problema es que no me lo esperaba de esta manera, no esperaba que mi “amigo” saliera sin previo aviso, si yo estoy tan sorprendido ni me quiero imaginar cómo lo está ella.

-Yo… no- Tartamudeé intentando decir algo coherente.
-No importa- Dijo sin poder dejar de mirar mi miembro.

Trate de no darle importancia pero me era imposible no reírme mientras deslizada por completo los pantalones por mis piernas.

-Oye es injusto- Protesté al ver su cuerpo- ¿Por qué yo estoy desnudo y tú no?- Intenté ponerle cara tierna.
-Tienes razón- Me miró con ternura.

De mi lado paso a sentarse en mi estómago con su trasero a unos centímetros de mi miembro, llevó sus manos a su espalda y me guiño un ojo. De pronto su sujetador se deslizó, ella lo tomó, le dio un par de vueltas en el aire con su mano y en seguida lo lanzó lejos hacia algún rincón de la habitación.

-¿Feliz?- Preguntó inclinando su tronco hacia mí.
-Demasiado- La arrastré un poco más hacia mí por las caderas y la besé.

¿Quién lo diría? Aquellos sueños por fin se harían realidad. Hoy fue un día largo y agotador pero al final de un día duro siempre viene una recompensa, y esta es la mía. Y estoy seguro de que mi recompensa será inolvidable, no hay nada que quiera más con ella que esto, y no porque sea un pervertido que solo piensa en sexo –bueno quizás lo hago muy a menudo- sino que, jamás he sido muy bueno con las palabras así que esta sería la forma ideal de mostrarle lo mucho que me importa y lo mucho que quiero estar junto a ella.

-Te quiero demasiado- Interrumpí el beso mientras bajaba mis manos a su cintura y lentamente introducía mis dedos por dentro de su falda.
-Yo también Liam- Peinó mi cabello- Y no tienes idea cuanto- Tímidamente se acercó a mis labios- Esta noche es de nosotros y nada y nadie nos la podrá quitar- Me besó dulcemente.

Sí… esta noche es nuestra, será especial cómo ninguna otra, ahora que sé que ella no es virgen no me sentiré mal por de algún modo estar corrompiéndola. Será una noche sin remordimientos ni vuelta atrás, ambos lo deseamos así que hay que olvidarse de todo… del tal Matt, el embarazo de Cassie y de que puede tener sida… ¡Mi’erda! ¡_______ puede tener sida!

-________- Me separé bruscamente de ella.
-¿Qué paso?- Me miró asustada.
-Es que olvidamos algo importante.
-¿Lo del sida?- Preguntó en tono de afirmación bajándose de mí.
-Sí pero…
-Pero nada Liam- Se sentó en la cama y recogió su polera del piso.
-¡Zayn!- Exclamé y ella me miró extrañada.
-¿Qué tiene que ver él?- Me preguntó mientras yo revisaba uno de sus cajones.
-No creo que se enoje si le sacamos uno- Dije mientras abría una caja de condones.
-Dame aquí-Me quitó la caja.

Ella detenidamente comenzó a leer la caja dándola vuelta hasta que paro en la parte de atrás y solo negó con la cabeza.

-No- Me entregó la caja.
-¿Qué paso?
-Son de látex.
-Lo sé… ¿Qué tiene de malo?- Me puse a leer la caja.
-Lo siento... soy alérgica al látex.

Maldi’to destino ¿Cómo puede ser que cuando las cosas van tan bien tengan que cambiar a mal tan drásticamente? Aunque pensándolo bien, no es el destino, ¡Soy yo! Sí… yo y mi mala suerte.

DULCES SUEÑOS ϟ LIAM PAYNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora