Cap 1 : ¿Baños termales? Un gatito engañado

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"Iremos de incognitos a Japón mi amor, es la mejor opción para descansar a pleno"


Maldito mentiros, embustero, secuestrador y todos sus derivado


Japón, era el único lugar donde Choi Minho y su alocada vida como actor, no podían interferir con nuestro noviazgo. Porque sí, Minho era mi novio y estábamos de viaje por mis continuos reclamos hacia su falta de atención hacia mí y nuestra relación.


Estaba irritado porque no pude descansar la primera noche que pisamos los baños termales en Japón debido a un grupo de fans. Ni siquiera pude recorrer el lugar o tomarme una fotografía, ni siquiera fui consiente cuando el vapor del agua ya me estaba haciendo sudar más de la cuenta.


Tampoco fui consciente del momento en el que Minho me había terminado convenciendo para tener relaciones sexuales en un lugar público, cosa que me habría opuesto si mi pene no hubiera reaccionado antes que y


- Minho, detente, ya es suficiente. Ya no tengo seme


- No, no puedo, no es suficiente, nunca es suficiente contigo.


Estaba sin poder sentir mis manos y mis rodillas. Y al parecer las manos de Minho se habían fundido contra la piel de mis caderas, las cuales eran cruelmente presionadas para dar mejor estabilidad a sus certeras embestidas que me tenían al límite. No quiero exagerar, pero no recuerdo cuantas veces me he corrido esta noche y él parece no querer detenerse nunc


- ¡Ah, no puedo más Min! Paremos, por favor, paremos.


- Tranquilo amor, pronto te sentirás bien, ¿si?


No pude terminar de maldecir, cuando sus manos se encontraban ahora sobre la punta de mi pezón y sobre la de mi pene húmedo. Sus dedos empezaron a juguetear con la punta y yo me deshacía entre sus brazos, gimiendo, jadeando y restregando mi trasero contra su hombría de forma desesperad


- Min... Minho, estoy asustado. No más, por favor


- No... no hasta que yo sea... el que se quede sin una gota por derrama


- ¡Idiota!...Dije...dije...que ya no.


Y no era como si me estuviera violando, porque mi cuerpo colaboraba para ser poseído por Minho. Estaba asustado, pues sus caderas no dejaban de chocar contra mis nalgas y su pene no dejaba de entrar y salir, rebelándose hasta lo más profundo de mi interior, haciendo que jadee como un adolescente primerizo.


- Ves que eres... todo un experto eyaculan


Al fin se estaba cansando o eso creí. Me susurro esto al oído y mordió de forma erótica mi oído, estremeciéndome por completo al punto de correrme con fuerza y succionar su falo en mi interior.


- ¿Te sientes bien ahora mi amo


Me pregunto el muy descarado, ganándose un leve manotazo en uno de sus brazos desnudos por la vergüenza que me hizo sentir. Me dio un leve respiro posicionando nuevamente sus manos en mis caderas. Yo había terminado, pero él continuaba sin correrse y eso empezó a preocuparme porque no quería ser atrapado en esta situación.

Así no me confies en mi... yo te seguire amando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora