Te necesito

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La noche anterior fue una de las peores en mi vida. Min no durmió y se quedó sentado al borde la cama y yo me quede bajo las sabanas intentando ordenar mi ideas para no seguirlo hiriendo con mis palabras y esperando que él no me siga hiriendo con sus acciones.

- ¿Min?

No obtuve respuesta. Decidí desnudarme y darme una ducha para despejarme un poco y mientras lo hacía intente recordar los bonitos recuerdos que tengo con MinHo, pero como siempre, mi mente me jugo una mala pasada y todos los recuerdos eran nuestros encuentros sexuales en diferentes lugares a los que habíamos ido a visitar.

¿Dónde está Min?

Necesitaba sentir sus manos sobre mí, tocándome y jugando con mi cuerpo como solo él sabe hacerlo. Necesitaba que estuviera entre mis piernas haciéndome suyo y castigándome por haberme portado mal anoche.

- Ah.... Min

Me volví todo un pervertido porque mis manos ya estaban jugando con la punta de mi pene y la otra sobre mi entrada, frotándose e introduciendo algunos de mis dedos en mi interior. Mis dedos luchaban desesperados por intentar llenar lo que MinHo hacía perfectamente y mi cerebro sabía que no era Min, pero mi corazón le hacía pensar que sí y yo estaba conforme con eso.

- Así... si mi amor.

Empecé a gemir disimulando muy bien gracias al sonido del agua. Era una nueva escena porno. Yo apoyado contra las baldosas, de rodillas con mis manos jugando con mi pene y mi entrada. Quería llegar al orgasmo y salir a buscarlo. UN nuevo gemido y mis manos intentaban imitar el ritmo de las embestidas de Min y poco a poco empecé a sentir que me correría.

- ¡Minho!

Grite su nombre tan fuerte que sentí mi voz un poco más ronca después. Me deslicé hasta quedar recostado en el suelo de la ducha y viendo como mi pene terminaba por eyacular. Por algún extraño motivo, me puse a llorar abrazando mis piernas y dejando que el agua lavará mi cuerpo.

Minutos después salí usando solo una camiseta, pues me sentía algo incómodo e irritado entre mis nalgas. Pase por la sala y solté un grito porque no pensé encontrarme a Min ahí, sentado con la mirada perdida y desparramado en el sofá.

- Min...

Se quedó mirándome, recorriendo desde mis piernas desnudas hasta mi rostro que reflejaba vergüenza y temor de lo que pudiera decirme.

- Tae...

Estaba volviéndome loco. Mi pene salto haciendo que jadee frente a Min y solo porque dijo mi nombre. Si bien había jugado en la ducha con un Min imaginario, mi cuerpo ahora quería al verdadero haciéndome el amor como una salvaje, como solo él sabía.

- No llevas... nada debajo

No respondí acercándome como un Zombie hasta quedar entre sus piernas, lo empuje y me subí hasta quedar sentado sobre sus caderas, dándole una mejor vista de que no traía nada más que la camiseta. Y desde ahí sentí como si otro yo saliera a flote, porque nunca había pasado esta necesidad de querer que me tocará y así fuera a la fuerza me iba a tocar.

- Esta vez, lo haré todo yo. No puedes tocarme, ese es tu castigo.

Hable sonando serio, mientras me retiraba la camiseta y quedaba desnudo por completo. ¡Dios Mío! Como me calentaba estar desnudo y Minho vestido por completo. Relamí mis labios y abrí con desesperación su cierre y encontré lo que buscaba, una deliciosa erección y provocada por mi.

- ¿Qué pretendes?

Vi temor en su rostro, pero no pensaba jugar al activo, no es mi estilo aunque la idea me tentó por un momento. Sonreí y volví a recostarlo en la cama.

- Se buen niño y recuéstate. Voy hacer que te sientas bien, solo yo puedo lograr eso.

Tome su rostro entre mis manos y lo bese con necesidad. Como lo necesitaba y quería saltarme todo esto para que estuviera entre mis piernas y sea él quien me castigara y no al revés.

- Taemin, detente...

Yo estaba mordiendo y chupando un lado de su cuello y Minho volvió insistir que me detuviera con la voz temblorosa. Estaba asustado y pude notarlo al ver su rostro pálido cuando le hice separar las piernas y poder seguir lamiendo hasta llegar a su entrepierna.

- Tranquilo, no voy a penetrarte, no se me da eso.

Ignoré su nerviosismo y continué bajando hasta encontrarme con su erección, que e recibió chocando contra mi rostro.

- Solo quiero tomar la iniciativa. Solo concéntrate en disfrutar...

Tome su miembro entre mis manos y lo dirigí a mis labios para lamer la punta como si fuera una de esas paletas de fresa que tanto me gustan.

- Hoy haré todo por Min

Succione la punta y Min se retorció bajo mis caricias, cosa que me hizo sentir más que orgulloso. Continué lamiendo e introduciéndome un poco más de su pene en mi boca, quería llenarme la boca con su falo y succionarlo por completo para escucharlo gemir.

Entre lamidas y succiones sentía y veía que su pene se ponía más duro y más rojo. Yo no quería que se corriera en mis labios, yo quería que se corra en mi interior y me llene por completo con su semen. Un pensamiento tonto, pero así pensaba que yo era marcado por Min cada noche.

- Amor... es suficiente.

De forma suave me hizo soltar su miembro y mis labios con ganas de seguir chupando y lamiendo lo reemplazaron por uno de los dedos de su mano.

- Quiero entrar en ti Tae. Lo necesitas y lo necesito.

Solté su dedo y aparte su mano para darle un par de chupadas sobre la punta. Me alejé y sonreí acercándome hasta quedar nuevamente sobre sus caderas.

- No puedes tocarme, recuerda que es tu castigo. Así que, solo sé buen niño Min.

Tome su miembro y me restregué contra este, dejando que mis nalgas lo atrapen y se deslice con facilidad entre ellas sin llegar a penetrarme. Repetí aquel movimiento hasta lubricarme con mi propia saliva que se deslizaba a lo largo de su pene. Cerré los ojos y poco a poco empecé a descender por toda su extensión.

- Mhn... Min, te necesitaba tanto...

Mi propia erección golpeo mi vientre cuando ya estuvo completamente dentro de mí y Minho de forma maliciosa impulso sus caderas, golpeando en mi interior de forma deliciosa. Gemí y sus manos estaban por tomarme de la cintura, pero las tome y coloque sobre su pecho sin moverme aún, pues era la primera vez que lo hacía sin prepararme. La mirada de preocupación de Min no se hizo esperar y yo debía decirle que estaba bien.

- Estoy... bien.... No puedes tocarme...

Min ignoro mi pedido y me abrazo, haciendo que quede recostado sobre su cuerpo con las piernas abiertas y Min que se acomodaba para empezar a embestirme de forma salvaje.

- Te duele si me muevo ¿verdad?

- Sí, pero si no lo haces, no tendré suficiente de ti.

Me miro a los ojos directamente y nuestros rostros estaban tan cerca, pero ninguno hizo intento alguno por unir nuestros labios.

- Yo nunca tendré suficiente de ti, porque yo quiero todo de ti Tae.

Aquella respuesta me dejo desarmado y deje que fuera MinHo quien tome las riendas de la situación. Con cuidado y sin salir de mi interior, nos sentó a ambos sobre la cama y yo me abracé con fuerza a su cuello acortando la distancia para besarlo con ansias.

Ambos estábamos haciendo el amor con sumo cuidado y preocupación de que el otro disfrutará a más no poder. Hace mucho que no lo hacíamos así y yo no supe en que momento empecé a derramar algunas lágrimas que se fundieron con el sudor que empezaba a cubrir nuestros cuerpos.

Te amo Min

Te amo Tae

Así no me confies en mi... yo te seguire amando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora