Capitulo 18 - Tocayos

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A pesar de la oleada de celos y rabia que sintió en ese momento, entró de nuevo a su casa, Alonso entró acompañándolo, Diego entró hasta el salón donde Roberta permanecía llorando aún.
Ella levantó la vista al sentir sus pasos y enseguida se secó las lágrimas.

Roberta: Diego te pedí que te fueras por favor, necesito estar sola.

Diego: ya lo sé pero afuera me encontré con alguien que dice que es tu amigo y que necesita hablar contigo.

Roberta: ¿mi amigo?

Diego: sí Alonso...

Roberta: Alonso Ferrer.

Diego: sí ese, me pidió que si le podía dejar pasar.

Roberta: ¿lo corriste?

Diego: no, está aquí afuera, solo vine a avisarte. Ya me quedó muy claro que no quieres saber nada ni de mí, ni de lo nuestro, sólo quiero decirte que no me voy a dejar y que te voy a demostrar que no te engañé con Natalia.

Diego salió diciendole a Alonso que entrara con ella, al verlo ella se abrazó a él, preocupado, el la estrecho entre sus brazos y ella se desahogó. Poco a poco las lágrimas fueron desapareciendo.

Alonso: ¿ya estás mejor?

Roberta: sí, gracias por aguantarme esto, no tenías porqué.

Alonso: soy tu amigo ¿recuerdas?

Roberta: gracias de verdad.

Alonso: sé que no debí venir, creo que tu marido se molestó pero te dejaste el celular en la oficina (dandoselo) toma.

Roberta: gracias, y por Diego no te preocupes el ya no tiene derecho a molestarse.

Alonso: Roberta es tu marido, si un hombre fuera a mi casa a visitar a mi mujer a mi me molestaría.

Roberta: ya el problema es que Diego y yo ya no estamos juntos.

Alonso: pero... Yo creía que tu lo amabas, si me dijiste que tenían tres hijos, se nota que él te ama mucho, lo ví en sus ojos.

Roberta: ¿hablaste con él?

Alonso: algo, lo encontré cuando iba llegando, bueno ya da igual, eso es tu vida privada y yo no tengo que meterme.

Roberta: no te estás metiendo en nada, ¿me dejas contarte? Y así me puedes entender.

Alonso: sabes que yo soy tu amigo si tú quieres contarme, te escucho.

Diego se fue hasta el departamento, al llegar, se encontró con alguien que lo esperaba en la puerta, esa persona que había creído en él al 100% desde el primer momento.

Diego: tú que haces aquí, si Roberta se entera te mata.

***: no me importa, ¿estuviste con ella cierto?

Diego: sí Mía, acabamos de decirle a los niños que nos vamos a separar.

Mía: ay no pobres de mis sobrinos ¿como se lo tomaron?

Diego: ¿podemos entrar y te cuento?

Mía: por favor.

Diego abrazó a Mía agradeciéndole por apoyarlo y entraron al departamento, se sentaron y entonces Diego se decidió a contarle todo.

Mía: bueno y me vas a contar cómo se lo tomaron.

Diego: mal, muy mal, Ana Lu ni siquiera nos quiso escuchar, en cuanto le dijimos comenzó a llorar y nos dijo mentirosos, que le prometimos que no nos ibamos a separar y nos dijo que nos odia, Mía mi hija me odia y sólo yo tengo la culpa.

Mi Destino Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora