Jack Frost y yo

Mi hermano

Sentí como si el corazón se me saliera...la respiración se me iba, se supone que son las emociones que uno siente cuando ve a alguien que no ha mirado en años. Su corte de pelo era un poco más largo hasta la clavícula, su altura unos 15 cm más que yo,  su complexión atlética, sus ojos cafés claros como los míos me miraban resplandecientes, su sonrisa brillante... Diosa... Como había cambiado...

-¿Que acaso no reconoces a tu hermano? -Me dijo extendiendo los brazos

-Es... Es increíble... - dije aún sorprendida - John... No puedo creer que seas tu -

Entonces me le acerqué y lo abracé fuertemente pasando mis brazos por detrás de su cabeza. Sentí como él me abrazó ir la espalda y me atrajo más a él. Recargué mi cabeza en su hombro así como él lo hizo en el mío.

-Te dije que vendría -me dijo en voz baja

-¿Papá sabe de esto? - le pregunte

-Está de viaje con Elizabeth -me contestó

Si, no sé si les hablé de Elizabeth, la tipa por la que mi papá dejó a mi mamá: 10 años más joven que él, muy presumida y lo peor... tía de Raquel... si parece que las rubias están enlazadas. Aunque Raquel conoce a John, no sabe que él es mi hermano.

-Oh... -dije separándome de él y entrando en la realidad - John, él es Jackson -dije mirando al castaño que aún seguía com nosotros -Jackson, él es mi hermano John -

-Hola ¿Que tal? -lo saludo Jackson con la mano

-Aja, si, hola chico -contestó -No te preocupes, yo llevaré a Janis -

-No hay problema -dijo Jackson retrocediendo -Nos vemos al rato, Janis -

-¿Al rato? - pregunté desconcertada ¿cómo lo iba a ver al rato?

-¡Digo... mañana! - se corrigió él

-Bien, adios - le dije y mire como se iba

-Ven... -me llamó tomándome de la mano

Me llevó hasta la calle en donde estaba estacionado un auto convertible color negro último modelo.

-¿Es tu auto? -pregunté asombrada

-No sabes lo que me costó conseguirlo - me dijo -aparte de mi trabajo tuve que ir a tres expos en un mes -

-¿Aún eres motociclista? - pregunté

-No es fácil dejar un pasatiempo - me contesto sonriendo de lado y abrió la puerta del copiloto -¿Mamá te espera? -

-No, -le contesté - ella trabaja hasta tarde-

-Entonces... -dijo y con una especie de reverencia me indicó el asiento del copiloto -¿mi hermanita

quisiera dar una vuelta conmigo? –

-Claro que si, querido hermanito –le conteste de igual modo y me subí al asiento

Él cerró la puerta, dio la vuelta al auto y se subió al asiento del piloto.

-¿Aun te gusta el negro? –le pregunte mirándolo

-Aun nos gusta el negro, ¿no? –me dijo mirándome mientras encendía el auto

-Siempre –le conteste sonriendo

El comenzó a avanzar pero antes sacó unos lentes oscuros de su parasol y se los puso, saco otros y me los tendió.

-Lentes… -

-…de sol –complete y los tomé

-Como siempre –me dijo sonriendo