Las Sombras de los Sueños: Diario de Ashley

Día 2

Mientras el reloj marcaba los segundos tensos que pasaban, yo temía mover un músculo para callar la señal que indicaba la medianoche, la alarma que hizo que todos despertaran y cayeran en cuenta de lo que estaba pasando en ese exacto momento.

Pude ver cómo la sombra se acercaba al Padre Rick, al igual que David se asomaba por detrás mientras que todos gritaban para que el Padre no matara a nadie más. Cada vez que el reloj sonaba, David estaba un paso más cerca de quitarle el arma al Padre Rick, pero el plan se arruinó cuando Sky bajó lentamente su arma, pálida como la nieve, al ver la sombra que susurraba en el oído del Padre Rick y que nadie hacía nada al respecto.

Rick se dio vuelta al ver que Sky miraba sorprendida, pero lo que Rick vio fue a David acercándose lentamente, le apuntó cuidadosamente y le disparó, haciéndolo retroceder y caer en el suelo. Luke respondió como cualquiera de nosotros, excepto yo y Sky, hubiera respondido, y disparó al Padre Rick en el hombro para no matarlo, pero eso no funcionó.

El Padre Rick, con su brazo aún hábil y siendo consumido por los pensamientos de una sombra que se alejaba de la luz del fuego que aún consumía el cuerpo muerto de Mary, cuya sangre hervía en el calor del infierno que vivíamos, puso el revólver en su cabeza, y sin dejar pasar mucho tiempo, bajo un silencio abrumador dijo estas últimas palabras que quedaron grabadas en mi mente:

"Ya no me queda mucho tiempo en esta tierra, Padre perdona mis pecados y recíbeme con tus brazos abiertos y por favor cuida de estas personas, ellos no saben lo que les espera..." Seguido por una mirada firme a mis ojos terminando su oración: "Sueña Ashley, en el nombre de Dios. Amén."

Mientras el silencio se apoderaba de todos nosotros, vimos a Rick mirar al cielo por última vez, y mientras cerraba sus ojos jaló el gatillo de su revólver, dando así salida a la bala que perforaría a través de su cráneo, no podía apartar mi vista, veía de nuevo cómo una persona moría frente a mis ojos, cómo la bala atravesaba a través de su cerebro empujando los ojos casi que salían de las córneas, y del otro extremo de su cabeza quemada por el disparo, se podía apreciar la bala saliendo con todas las partes internas del cráneo del pobre hombre, dejando cada árbol a su derecha pintado con sesos y sangre de alguien que todo lo que había intentado era proteger a la humanidad, pero cegado por su egoísmo ahora no era más que otro cuerpo en ese campamento infernal que habíamos construido, y que descansaba, desfigurado por tal disparo en la fría tierra que se llenaba de sangre.

Giré mi cabeza, algo salpicada por la sangre derramada, para observar cómo todos veían la horrible situación, algunos tapándose la boca u ocultándose con las personas que querían o conocían, y al ver a Sky en medio del shock, ella volteó la cabeza y me miró a mí.

-También lo viste, ¿no? Por favor decime que no estoy loca. -Lo único que pude hacer fue acercarme a ella y abrazarla fuertemente.

-Sí, lo vi. -Rompí en llanto mientras Sky me abrazaba fuerte.

¿Qué era lo que estaba pasando? Las sombras, las muertes, ¿en verdad tenía todo algo que ver conmigo?

Nadie dijo más palabras excepto Luke, que les ordenó a los hombres a que corrieran los cuerpos y los sepultaran o algo, una orden muy machista, pero a la vez me dejaba en paz de no tener que hacer nada más, poder por fin descansar.

Preparamos dos tiendas grandes, una para las mujeres y otra para los hombres, porque presiento que Luke es un poco retrógrado con todo esto, pero está bien, no estaba en una posición de objeción ni de crítica después de todo lo que pasamos.

Mientras terminaban de acomodar todo, me senté bajo un árbol a ver las estrellas, donde Sky vino a hacerme compañía como siempre.

-Una bonita noche a pesar de todo, ¿no?