Día 1

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En un principio yo mencioné algo sobre los sueños y la realidad, de cómo podían ser confundidos tan fácilmente cuando tu psiquis no funcionaba de forma correcta y que por eso tenía que tomar medicamentos, y todas las memorias de ese entonces volvían a pasar por mis ojos, volvía a sentir las mismas sensaciones cuando me desperté, e incluso el dolor en mi cabeza que no me dejaba pensar claramente.

Abrí los ojos en la oscura habitación, y me quedé viendo el techo de ébano que reflejaba muy poca luz lunar. ¿Estaba en mi habitación? Todos los días de mí vida me desperté mirando el techo de mi habitación, pero nunca supe diferenciarlo de otros porque fue un detalle que nunca me importó, y ahora estaba en esta situación una vez más donde me preguntaba si estaba en un sueño o en la obscura realidad.

Me senté en la cama e intenté reconocer mis alrededores, cada cosa que veía generaba más preguntas en mi cabeza, cada detalle por más minúsculo que fuera terminaba haciéndome dudar. Encendí una vela que estaba en la mesa de luz al lado de la cama, convenientemente al lado de unos fósforos que usé para prenderla y poder ver más claramente donde estaba, y como lo había sospechado, no era mi habitación.

Miré el reloj en mi muñeca que indicaba que eran las 5:13, reafirmando mi teoría de que no era un sueño, ¿o tal vez seguía soñando? Tal vez había visto muchas veces la película "Inception", ya saben, la del sueño del sueño del sueño con Leonardo DiCaprio, y ahora estoy teniendo sueños dentro de los sueños. Era todo muy complicado, demasiados tal vez y muy pocas respuestas.

Me puse de pie y salí de la habitación, bajé las escaleras y caminé en dirección hacia el resplandor que provenía de la chimenea, donde Sky estaba comiendo malvaviscos y hablando consigo misma. Me acerqué en silencio, mi mochila estaba en la mesa al lado de la mochila de Sky, aún en shock traté de no asustarla cuando me acerqué.

-Ash, me alegra que estés bien. –Sky se levantó rápidamente y me abrazó casi llorando. - Perdón por lo que hice, no quise lastimarte, yo te prometí que te cuidaría. –Volvió a sentarse frente al fuego, y en otra silla a su lado me senté yo.

- ¿Qué pasó? –No podía pensar claramente, era todo tan confuso.

-Mira, lo de tu hermano lo exageré. Él sólo estaba intentando hacer que no cagara a piñas a sus amigos, nunca me hizo nada, pero sus amigos sí le hicieron mucho mal a mi amiga, le sacaron fotos, se burlaron y las publicaron en todos lados, y ahora ella... Eso no importa, no tengo excusa para mi reacción. Perdón, Ash.

- ¿Entonces todo esto no es un sueño?

-Supongo que estás tan confundida como yo. –Sky levantó una de las mangas de su campera para mostrarme una herida aún fresca. -

-Sky, ¿qué te ocurrió?

-La puerta estaba cerrada, y tuve que romperla con el hombro para traerte rápidamente y acostarte en la cama. El hecho de que me haya lastimado y pueda sentirlo es suficiente evidencia para mí de que no es un sueño. Estaba muy asustada de que no fueras a despertar. –Abrí mi mochila y saqué un kit de primeros auxilios que siempre llevo conmigo.

-Quédate quieta, prometo que no dolerá. –Me acerqué a ella y desinfecté la herida, reconocí que ella no podía mirarme a los ojos y lo mal que se sentía por todo lo que estaba pasando.

-Me alegra estar con vos en esta situación, sos una persona honesta, fiel e inteligente, alguien en quien se puede confiar y que siempre tendrá una solución para los problemas, no importa qué enfrente. –Mi única reacción fue mirar hacia abajo, a lo que Sky se paró frente a mí, levantó mi cabeza y me miró a los ojos. –Ashley, sé que tenés miedo, y que no soy la persona más confiable, ni hablo como todos los demás y que tengo una actitud de mierda, pero puedo ver que también confías en mí, y te lo digo de corazón.

Las Sombras de los Sueños: Diario de AshleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora