Tercero de secundaria fue por mucho el peor año escolar que he tenido en mi vida. Y no por que haya obtenido malas notas, pero por que mentalmente estaba destruida.
El año comenzó bien, quedé con viejos conocidos, recién conocidos e hice nuevos amigos. Minerva no había quedado conmigo ese año. Pero tengo suerte para hacer buenas amigas, así que rápido junté un nuevo grupito.
Creo que de no ser por Wendy y Diana, jamás habría sobrevivido el año escolar. Ellas se pasaban el tiempo subiéndome los ánimos. Nunca se quejaron por ello, y les estoy enormemente agradecida hasta la fecha por eso. Pues bien, las cosas irían naturalmente normales con todos hasta que lo de Rodríguez comenzara a hacerme cabrear en niveles nuevos que ni yo conocía.
Ella se lo comenzaría a tomar personal y yo tendría preparadas mis armas para poder confrontarla si era necesario. Pero jamás pasamos de intercambiar insultos por redes sociales o por otras bocas. De cualquier forma, todos estaban a mi favor. Todos me apoyaban por que sabían como era ella y que hacía. No era por que sintieran lástima por mí, pero por que todos de alguna u otra forma tenían un caso similar, y la involucraba a ella.
Mis niveles de frustración llegaban tan alto que llegué a pedirle a él que dejará de hablarle. Las chicas hacemos esto a veces, estamos tan locas de celos y odio que comenzamos a perder las riendas de nosotras mismas y de la situación. Ahora sé que pedirle a tu novio que deje de hablar con una chica que no eres tú es casi imposible de cumplirse.
Entonces pasa que él no cumple y ella no se aleja. Y entonces decido jugar fuego contra fuego. En tercer año, conocí también a un niño que era por mucho el mejor amigo hombre que había tenido nunca. Jorge se la pasaba conmigo en algunos recesos organizando planes malévolos o hablando de muchas otras cosas. También había conseguido que Minerva pasara tiempo con nosotros, por que si bien ella no conocía tan bien que demonios pasaba con su mejor amiga y el novio de su mejor amiga.
Comenzamos a hacer todo un poco más grande, si Él (creo que debería escribirlo en mayúscula para que no se pierdan en el contexto de la historia a partir de ahora), no habría de pasar ya más tiempo conmigo por darle el gusto a Rodríguez, estaba bien. Yo no habría de ir a buscarlo, y pasaría mi tiempo con mis amigos también. Estaríamos, Diana, Wendy, Minerva, Jorge y yo contra el mundo. Pero Jorge sería la persona que más me consecuentara y animara todo el tiempo. Jorge se la pasaba contándome cosas para olvidar mis problemas, dándome abrazos y compartiendo buenos ratos conmigo.
Él no iría a soportarlo tampoco y cuando por fin me fuera a buscar para pasar tiempo juntos, lo haría para quejarse con respecto a eso. Que no le gustaba que pasáramos tanto tiempo juntos, que siempre estábamos muy cerca y cosas así. Para acabar de joder el asunto, habría un chico en mi salón a quien denominaré como I, a quien yo le gustaba.
Y esto también joderia a mi novio por que se enteraría tarde o temprano por otras bocas. Al principio hablaba con I por que teníamos algo en común: el voleibol. Pero nada más, no tenía intenciones de cosas malas y deshonestas. Yo no era así. Pero a veces, I me pediría un receso para hablar sobre cualquier tontería y no le diría que no. Eso molestaría mucho más a mi novio. Le estarían pedaleando su propia bicicleta.
Así de desenfrenadas iban las cosas. Era atacar y defenderse. Y aunque tuviera muchos motivos para irme, siempre me quedaba. No sé por qué. Creo que estaba empeñada en mostrar que yo era fuerte. Aunque en realidad me estuviera muriendo por dentro.
Fue a partir de la salida a Six Flags, que se organizaba por ahí de Mayo, cuando comenzaron a caerme peor las cosas. Cumplíamos nuestro primer año juntos, y le había pedido a Él pasar el resto del paseo juntos. Y Él aunque prometió hacerlo no cumplió y terminó pasando el día con sus amigos y Rodríguez. No me dejé llevar y pensé que entonces iría a disfrutar del día de la misma forma, estando con mis amigos. Jamás olvidé que él había preferido estar con ellos antes que conmigo.
La flama de rabia en mí estaba apenas calentando cuando también llegó el paseo a Huasca, un pueblito en Hidalgo (si en la república mexicana), donde nos llevaban todos los años para hacer una jornada de reflexión. El viaje en sí en autobús era largo, luego te llevaban a un llano a hacer actividades y finalmente caminar hasta la hacienda de los hermanos lasallistas. Aquel viaje fue el peor de los tres que tuve en mi estancia en la secundaria.
Más que nada por que nos hicieron pasar las actividades con el grupo que tuvimos durante nuestro primer año. Minerva por suerte estaría ahí. Pero Él y Rodríguez juntos serían el problema.
Es ahora o nunca cuando les cuento como fue que Minerva comenzó a ponerse de mi parte, a pesar de conocerlo de años a Él. Resulta que Minerva estaba enamorada de un sujeto que se llamaba Iván. Iván era del grupo de amigos de Él. Y a Minerva también comenzó a joder la que a pesar de ser tan buenos amigos Iván y ella, y de que él supiera sobre sus sentimientos de Minerva; Iván también se dejó influenciar por Rodríguez, paseaban casi tomados de la mano frente a ella. Y ambos sabían perfectamente lo que Minerva sentía por Iván, incluso Rodríguez había sido una buena amiga de ella. Y sentía que claramente estaban apuñalándola por la espalda. Creo que más que nada a base de eso, Mine y yo comenzamos a ser mejores amigas. Éramos compañeras del mismo dolor.
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Cómo (Me Rompí)eron el Corazón
Não FicçãoHay cosas que preferiría no recordar pero es necesario sacarlas de mi corazón.