Harry suspiro, y empujo la puerta del despacho de Snape. Esta no cedió. Lo intento de nuevo, sintiéndose demasiado desequilibrado para utilizar un hechizo. La puerta no cedió, y Harry opto por darle una patada. Y luego otra, y otra. Al final, la puerta cedió y se abrió, chirriando. Desde dentro del despacho salió un leve olor a encierro y a pociones. Al parecer, nadie había utilizado ese despacho durante el año en que Snape había sido director. A Harry le habría encantado decir que lo había supuesto, pero la verdad es que estaba tan histérico que ni siquiera se le había cruzado por la cabeza que alguien más pudiera estar usando el despacho.
Harry entro a los tropezones en el despacho, sintiendo su cabeza dar vueltas. Aun no podía procesar el hecho de que había visto a Severus Snape morir en sus brazos hacía apenas un cuarto de hora.
“Tienes sus ojos” le había susurrado el hombre, destrozándolo por dentro. Severus había sido la única persona que nunca había comparado a Harry con Lily, y el que el hombre del cual estaba enamorado desperdiciara sus últimas palabras en decirle que le recordaba a Lily había sido suficiente para que el momento sobrepasara a Potter.
Harry busco torpemente el pensadero que sabía que Snape tenía, sin escuchar a la voz en su cabeza que le decía que probablemente el hombre se lo hubiera llevado al mudarse al otro despacho. Quizá por suerte, por destino, o porque Snape sabía que Potter era tan irracional como para ir a buscarlo allí, el pensadero seguía en el mismo lugar en el que Potter lo encontró cuando, en su quinto curso en Hogwarts, vio el penoso recuerdo de su padre y Snape, aquel que le había hecho darse cuenta de que Snape no era tan malo como él había creído.
Sorpresivamente, a un lado de este se encontró una nota.
“Lo siento, Harry” decía la nota, escrita con la delicada y pequeña letra de Snape. Potter se preguntó el por qué esa nota, aunque no le importo; no realmente. Respiro hondo, y luego, hundió la cara en él.
Comenzaron los recuerdos. Primero apareció el pequeño Snape, con ciento a Lily y a petunia. Snape hablando con Lily. Snape en el expreso a Hogwarts, conociendo a Sirius y James. Por alguna razón, empezó el mismo recuerdo que Harry había visto en su quinto curso.
El Potter fantasmagórico camino por el recuerdo a los tumbos, atravesando a la gente con que se cruzaba. Se paró a un lado de Severus, viendo su expresión de ira mientras no podía hacer nada, y la ira también lo invadió a él. Quería gritarles a James y Sirius, y detener aquello, pero no podía. No era más que un recuerdo perdido en el pasado.
De igual manera Harry apunto hacia James y Sirius con su varita; la varita de sauco. Grito el primer hechizo que se le vino a la mente.
—¡Expelliarmus!
Sorpresivamente, la varita de James salió volando de sus manos. Harry se quedó atónito, y las miradas se clavaron en él. Harry supuso que las miradas se clavaban en por qué el hechizo había salido de la nada misma, y se preguntó como había podido hacer eso. Intento salir del recuerdo, al mundo real, pero no puedo.
—¡Oye, Quejicus, ha venido otro de tus salvadores!—se mofo Sirius, mirándome—. ¿Quién eres tú?—cuestiono, aunque no parecía interesarle realmente—. ¿Otra persona a quien Quejicus pueda espantar llamándolo sangre sucia?
—No soy sangre sucia—dijo Harry, sin saber que más decir—.
James tomo la palabra. El no parecía ni remotamente tan divertido como Sirius.
—¿De dónde has salido?—cuestiono. El si se había dado cuenta de que era imposible que Harry estuviera allí, a un lado de Snape—. Nadie puede aparecerse en Hogwarts.
El cerebro de Harry trabajo a toda máquina. No estaba del todo seguro de que aquello fuera real, pero tampoco de que no lo fuera, y en cualquiera de los casos, quería defender a Severus.
Puso su mejor sonrisa de suficiencia.
—Quizá tú no puedas hacerlo, pero ya me has visto—dijo Harry, en tono arrogante—.
James lo miro con cierta furia.
—¿Y tú quién eres?—cuestiono, molesto—.
—¿no conoces mi nombre? Interesante—dije Potter, haciendo una mueca—. Soy Harry P…—paro a último momento, dándose cuenta de que no podía decir que era un Potter—.
—¿Cómo has dicho?—cuestiono James, acercándose unos pasos—.
—Harry Granger—dijo, pues fue el primer apellido que se le vino a la mente que no pertenecía a ninguna familia de magos—.
—Pues mira, Granger…—comenzó a decir James, pero Harry lo interrumpió—.
—No, mira tú, Potter—espeto Harry, gruñendo—. ¿Eres tan cobarde que necesitas a un secuas para enfrentar a tus enemigos?—cuestiono Harry, enarcando una ceja con tono burlón—. Baja, que valiente, leoncito.
Las orejas de James estaban rojas de ira.
—¿Cómo sabes mi nombre, o que soy de Gryffindor?
Harry lo miro, enigmático.
—se muchas cosas—dijo en tono arrogante—.
Potter miro al desconocido con ira. Iba a hacer algo, pero Sirius tiro de él.
—Vamos, James. Tenemos que estudiar ¿lo recuerdas?—dijo el adolescente, muy a regañadientes. A Black le daba tanta gracia como a Potter dejar a ese arrogante sin castigo, pero no solo era mayor que ellos, sino que aparentaba ser bastante poderoso, y Sirius seguía teniendo sentido común—.
Sirius arrastro a un furioso James fuera de allí, seguido por un curioso Lupin y un temeroso colagusano, y la multitud se dispersó. Harry se dio vuelta, quedando de cara a un Severus que seguía en el suelo. Rápidamente termino con el hechizo que lo mantenía inmóvil, y le ofreció una mano para que se levantara. Snape lo ignoro olímpicamente y se levantó, sacudiéndose el pasto de la ropa.
Harry trago saliva al ver al joven Severus Snape. Era un par de centímetros más bajo que Harry, pero salvo por ese detalle era casi igual al Severus del presente. Tenía la misma tez pálida, y el cabello negro de apariencia grasosa. Su exprecion seguía siendo seria y severa, aunque tenía muchas menos marcas de edad, y sus rasgos en solo un poco más aniñados.
—¿Y tú quién eres?—cuestiono Severus, tan elocuente como siempre. Parecia tener ganas de golpear a Harry por haberlo ayudado—.
—Soy Harry…—comenzó a decir Harry, pero Snape lo interrumpió—.
—Ya escuche esa parte—dijo, casi en un gruñido—. Lo que pregunto es porque me ayudaste.
—¿Preferías quedarte en el suelo, petrificado?—cuestiono Harry, enarcando una ceja, sin demostrar que le temblaban las rodillas solo por el hecho de hablar con Severus, aunque el hecho de poder hablarle como quisiera le encantaba—.
Snape puso los ojos en blanco, exasperado.
—¿A ti que te parece, idiota?
—¿Así das las gracias tú?—cuestiono Harry, haciendo una mueca—.
—¿debería darte las gracias? Pareces tan patán como Potter.
Harry se mordió la lengua para evitar decir que él era un Potter.
—Vale, como tú quieras—dijo Potter/Granger, poniendo los ojos en blanco—. Soy Harry Granger, un placer—dijo, extendiéndole la mano para que la estrechara—.
—Severus Snape—comento el otro, mirando la mano de Harry sin estrecharla. Al final, Snape la estrecho, con recelo, y Potter sintió como si lo recorriera una descarga eléctrica. Luego Snape lo soltó, y se alejó rápidamente—.
—¡De nada!—le grito Potter cuando por fin reacciono, aunque Snape estaba tan lejos que dudo que realmente lo hubiera escuchado—.
Al final, por fin solo, la mente de Harry abordo el tema importante que había que discutir.
¿Lo que estaba sucediendo era real, o solo fruto de su imaginación? ¿Estaba realmente en el pasado? Y si era así ¿Cómo era posible?
Se dejó caer en el suelo, en el tan conocido pasto de Hogwarts, y unos pasos se acercaron a él. Por un momento pensó que Severus, por alguna razón, había vuelto a hablar con él, pero una pelirroja se plantó a pocos metros de él. Una pelirroja con brillantes ojos color esmeralda, idénticos a los de Harry.
—¿Conoces a Severus?—cuestiono la pelirroja, mirándolo con una ceja enarcada—.
—Quizá sí, quizá no. ¿Acaso importa?—cuestiono Harry, suspirando—.
—¿Por qué te enfrentaste a Potter si ni siquiera lo conoces?—cuestiono la pelirroja, y a Harry le recordó en cierta forma a la curiosidad inquisidora de Hermione—. ¿Acaso no sabes que Potter controla este mundillo?
—oh, claro que lo sé. ¿Y eso importa?—cuestiono Harry, otra vez sintiéndose desequilibrado, ¿y quién no? Luego de ver morir a la persona de quien estaba enamorado, y poco después volver a verlo como un adolescente, en el pasado era mucho para cualquier persona—.
Lily lo miro, extrañada.
—¿Quién eres?—cuestiono—.
—Soy Harry Granger…—comenzó a recitar, cansado y perdido—.
—Sé que no te llamas así—dijo Lily—. Dime quien eres.
—¿quieres saber mi verdadero nombre? Soy Harry James Potter Evans.
—¿Potter Evans, has dicho?—cuestiono Lily, entre sorprendida y horrorizada—.
—Bueno, me ha facilitado muchas cosas, Harry Potter—dijo una voz a sus espaldas—.
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Un Viaje Al Pasado Con Harry... ¿Granger?
FanfictionLuego de un extraño accidente con un pensadero, una varita y un recuerdo doloroso, Harry termina en el pasado, en la época en que sus padres iban a quinto año. Alli se ve obligado a mentir sobre su identidad mientras intenta volver a su tiempo, per...