capitulo 17

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Harry recupero la conciencia lentamente, pero se negó a abrir los ojos, esforzándose por recordar donde estaba y como había llegado hasta allí.

Los recuerdos volvían a su mente de forma lenta y borrosa. Solo recordaba fragmentos de lo que había sucedido luego de despertar luego de su supuesta muerte. Recordaba el anuncio de Narcissa Malfoy de que estaba muerto, aunque la mujer sabía que eso no era cierto. Recordaba a Hagrid cargándolo hacia el castillo, y como las gruesas lagrimas del semigigante le mojaron la cara. Recordaba las exclamaciones de horror e incredulidad de todos al ver su cuerpo inerte. Recordaba el discurso de Neville. Recordaba haber matado a Voldemort, y que luego el mismo había caído, desmayado... o muerto, no lo tenía del todo claro.

Pero para averiguarlo tenía que abrir los ojos, y abrir los ojos implicaba aceptar que (quizá) Severus no estaria allí. Probablemente Severus no estaba allí, porque a Harry le dolía todo el cuerpo como los mil demonios, y dudaba que la muerte doliera tanto, aunque ¿Quién sabe?

Aunque quizá si estuviera muerto, y hubiera ido al paraíso. ¿Saben por qué? Porque a la nariz de Harry llegaba el leve aroma de Severus, aquella mezcla de especias de pociones con algo más que Potter nunca podría identificar. Harry sabía que lo más posible era que el olor viniera de su camisa, porque aun llevaba la camisa de Severus que había tomado prestada. Se había desgarrado en varios lugares entre que a Harry le quedaba pequeña y que todos querían matarlo, pero aun olía a Severus.

Oh, Severus,

Potter luchaba contra la somnolencia para quedarse despierto, pero estaba por dejar que la somnolencia le ganara y lo arrastrara nuevamente a los brazos de Morfeo, pensando en que quizá en el mundo de los sueños podría tener a Severus, cuando sintió lo que, probablemente, lo había despertado.

Cosquillas.

Algo le estaba haciendo cosquillas en los dedos.

Harry se las arregló para abrir los ojos, y frente a él vio un brazo enfundado en tela negra. Siguió el largo del brazo hasta llegar a una mano de piel extremadamente pálida. La mano que sujetaba la suya y jugueteaba con sus dedos, haciéndole cosquillas.

Harry volvió a seguir la trayectoria del brazo, solo que ahora hacia el otro lado. Siguió el brazo, y se encontró con un hombro, y un cuello, y un rostro, y unos ojos mirándolo fijamente con ternura. Unos ojos negros.

Los ojos de Severus.

Por un momento los ojos verdes se quedaron sobre los negros, y Potter y Snape intercambiaron una mirada que decía más que mil palabras.

Harry no sabía si era real. ¿Acaso estaba muerto y ese era Severus realmente? ¿Acaso era un sueño? ¿O una alucinación?

Antes de que Potter se atreviera a repetir sus dudas en voz alta, Severus dejo de juguetear con sus dedos y se paró con elegancia, apartándose de Potter. Camino hacia la puerta sin decir nada, pero miro a Harry una última vez antes de abandonar la habitación.

Harry quería decirle que se quedara. Las palabras luchaban por salir de sus labios como un grito, un llanto, una súplica. Pero no lo dijo, porque tenía miedo de que sus propias palabras destruyeran la ilusión de un Severus que no estaba allí y nunca lo había estado.

Porque estaba muerto.

Y Harry estaba vivo.

Harry se hundió en su cama, clavando la mirada en el techo. Se sentía tan miserable.

Lo único que deseaba era otro beso de Severus.

Otro abrazo.

Otro "Te amo".

Un Viaje Al Pasado Con Harry... ¿Granger?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora