—¿Quieres ir a Hogsmeade?—cuestiono Severus, dejándose caer junto a Granger el sábado siguiente—. Si quieres hasta dejare que me arrastres hasta las tres escobas—ofreció Severus, con una pequeña sonrisa. Por alguna extraña razón ere día tenía ganas de estar con Harry—.
—No puedo—dijo Harry haciendo una mueca—.
—¿Por qué? ¿Acaso Slughorn te ha pedido que asistas a otra de las reuniones de su club?—cuestiono Severus, haciendo su propia mueca—. Si es así, podemos volver antes de la reunión.
—No es eso—dijo Harry, y titubeo antes de seguir hablando—. Yo... tengo una cita.
Por un segundo Severus se le quedo observando como si hubiera dicho una estupidez.
—¿Una cita?—repitió, y Harry asintió—. ¿Con quién?
—Con Vanessa Brown—contesto Granger, y al ver el gesto de Severus especifico un poco quien era—. Es de Gryffindor y va a sexto. No la conoces.
—¿Vas a salir con una Gryffindor?—cuestiono Snape, sin poder creérselo—.
Las mejillas de Harry se sonrojaron levemente.
—Es sangre pura, si es eso lo que te molesta.
—¿Qué si eso...? ¡Joder, eso no es lo que me molesta!—le espeto Snape, enojado, y se levantó. No podía creer que Harry también creyera eso de él. Sabía que toda la escuela lo consideraba un clasista, un futuro mortifago, pero ¿Granger? ¿El también?—.
—¿Y entonces que es lo que te molesta?—cuestiono Harry, levantándose también. Severus no contesto, pues ni el mismo sabio porque le enojaba tanto que Granger tuviera una cita. Potter ni siquiera sabía porque tenía una cita. La chica solo se le había acercado a hablar, y Harry había aceptado una cita con ella casi sin darse cuenta—.
—¿Y quién ha dicho que me moleste en lo más mínimo lo que a ti te pase, Granger?—cuestiono Snape, con tono frio. Escondió sus emociones bajo una firme mascara de indiferencia y procuro mirar a Harry como si él fuera un idiota—.
A Harry le dolieron las palabras del chico, pero no llego a contestarle nada. Se les acerco una chica de caminar elegante. Tenía el cabello rubio y los ojos celestes, y la tez muy pálida. Era alta y delgada, además de curvilínea. Una feroz sonrisa era dueña de su rostro.
—¿Listo para irnos, Harry?—cuestiono la chica en tono meloso, y Severus la odio al instante—.
El ojiverde miro a Snape una milésima de Segundo y luego devolvió su mirada a la chica. Le sonrio.
—Sí, claro—dijo, y comenzó a alejarse sin dirigirle una sola palabra más a Severus—.
Cuando solo se habían alejado unos metros Snape escucho que la chica le susurraba algo a Harry.
—Lamento haber llegado antes, pero parecías necesitar salir de allí de inmediato—le susurro, divertida—.
Harry suspiro.
—tienes toda la razón.
A Severus se le fue el alma a los pies, y fue vagamente consiente de que algo en su pecho le dolía. Se preguntó como había sido tan idiota como para alejar a su único amigo. Otra vez.
. . .
Lily Evans observo a James Potter por encima de su libro de historia de la magia. Potter estaba bastante lejos de ella, recostado contra un árbol. Jugueteaba con una Snitch dorada, como había hecho la última hora, por no decir los últimos días. Todo lo que había hecho Potter en la tarde era juguetear con la estúpida Snitch y estudiar; lo mismo que había hecho las últimas semanas. Llevaba más de tres semanas sin molestar a nadie, y Evans no podía evitar preguntarse que se tenía entre manos el chico.
Luego miro al lado opuesto del jardín, donde estaba Harry, y lo vio alejarse con una hermosa rubia. Había presenciado su discusión con Snape, y se preguntó si ambos chicos discutían por la rubia.
Al final, Lily se levantó y camino hacia Potter. Si bien no podía obtener todas las respuesta que quería, apostaba a que tendría una contestación de James.
—Hey—dijo Evans cuando estuvo delante de James, y este le sonrio apenas—.
—Hola—contesto antes de devolver su atención a su Snitch—.
—¿Qué traes entre manos, Potter?—cuestiono Lily, yendo al grano—.
—¿Por qué crees que me traigo algo entre manos?—cuestionó Potter, haciendo una mueca—.
—Porque eres James Potter y llevas semanas sin molestar a alguien. Es obvio que tienes algo entre manos—dijo la chica, poniendo los ojos en blanco con suficiencia. James gruño—.
—siento explotar la burbuja de tu mundo donde soy un completo patán, pero no soy ni la mitad de idiota que crees, Evans—contesto James, gruñendo, y se levantó—.
Lily lo vio marcharse mientras se preguntaba si realmente conocía a James Potter.
. . .
Severus se paseó con desgano por Hogsmeade. Había decidido ir aunque Granger no lo acompañara, aunque ni siquiera sabía porque, pues el detestaba Hogsmeade. Cada lugar al que iba estaba lleno de sus idiotas compañeros, los cuales le parecían aún más idiotas fuera de la escuela.
Recorrió Hogsmeade caminando durante casi una hora, ignorando a todo aquel que se cruzara en su camino. A decir verdad ni siquiera supo por donde pasaba, pues su mente estaba en otro lado; estaba en la cita de Granger con la leona rubia. ¿Desde cuándo Harry tenia citas? O, más importante, ¿desde cuándo tenia citas con chicas? No es que Severus y Harry hubieran hablado mucho de eso, pero Harry tenía unas asombrosas pintas de gay, y no solo porque solía detenerse a ver los traseros de los chicos; Granger simplemente tenía un potente aire gay, aunque no encajaba con el perfil de un gay... al menos, no con el que Snape tenía... aunque, pensándolo bien, Snape tampoco encajaba en su propio estereotipo de gays, pero lo era aun así ¿no?
Al final Severus, cansado y de pésimo humor, decidió volver a Hogwarts. Pensó en ir por las afueras del pueblo para evitar a tantos de sus idiotas compañeros como le fuera posible, y termino en la entrada de un callejón donde una parejita se besaba. Solo que no era una parejita cualquiera.
A unos pocos metros de Snape había un chico y una chica. El chico estaba contra la pared, y tenía el cabello negro azabache muy despeinado, y unos estúpidos lentes. La chica estaba de puntitas y lo abrazaba por el cuello mientras lo besaba. Tenía el cabello rubio y era malditamente alta, bonita y curvilínea.
Delante de él se encontraban Granger y su cita.
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Un Viaje Al Pasado Con Harry... ¿Granger?
FanfictionLuego de un extraño accidente con un pensadero, una varita y un recuerdo doloroso, Harry termina en el pasado, en la época en que sus padres iban a quinto año. Alli se ve obligado a mentir sobre su identidad mientras intenta volver a su tiempo, per...