La costa del silencio.

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  El mar escupía un lamento tan tenue que nadie lo oyó. 

Era un dolor de tan adentro que toda la costa murió. 

Llora lamentos la nube que enfermó y escribe espantos en la arena el dolor. 

Arrulla el miedo a un delfín que bebió de un agua negra, su suerte emigró. Ven, quiero oír tu voz, y , si aún nos queda amor, impidamos que esto muera.

Ven, pues en tu interior está la solución, de salvar lo bello que queda.

Donde se acomoda la usura nacen la ambición y el poder,y este germina en la tierra que agoniza por interés.

Y una gaviota cuentan que decidió en acto suicida inmolarse en el sol.

Ríe desprecios un barco que encalló,y se desangra en su lecho: LA MAR!

Hagamos una revolución,que nuestro líder sea el sol,y nuestro ejército sean mariposas. 

Por bandera otro amanecer y por conquista comprender que hay que cambiar las espadas por rosas. 

Mientras te quede aliento ve a buscar con el viento ayuda, pues no queda tiempo.

                                                                                                                                                       Mago de oz

Capitulo IV

Pov Pedro:

Pasaron muchas lunas, y yo cada vez estaba más impregnado del magnetismo de aquella singular mujer. Aún siendo cautiva de los españoles, no albergó nunca odio o rencor hacia nosotros, pero tampoco abrazó el cristianismo como hicieron otras. (Azaak fue presa de los españoles )Ella no entendía el afán de Hernán Cortés por invadir y dominar a Tenochtitlan, capital del imperio Azteca. Azaak aseguraba que la tierra, las nubes y las montañas pertenecían a quien supiera vivir en comunión con ellas, no utilizarlas como plataforma de crecimiento personal , venganza o abuso. En las muchas noches que pasé hechizado, escuchando preciosas historias que me contaba, empecé a comprender lo que me quería enseñar. 


- Ustedes –me dijo- Utilizan  el mar para alimentarse y para viajar por él, pero jamás lo cuidan y el mar como ser vivo que es, necesita amor y atenciones, al igual que el río o el árbol. Ayer escuché al viento y me advirtió que dentro de muchas lunas, cuando tengan barcos que no necesiten al hermano viento para desplazarse, el mar sufrirá una enfermedad de tal gravedad que si no lo remedia el hombre blanco, morirá de pena y de suciedad. Y la madre naturaleza los castigará por ello.

A las puertas de Tenochtitlan, mientras la luna iluminaba nuestras caras, Azaak alumbró mi alma contándome la profecía que según ella ocurrirá en nuestra Gaia dentro de muchos, muchos años.  

Hijos De Gaia ( Wattys 2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora