Fuerza Y Honor.

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INSTRUMENTAL...................

Capítulo VII


A la mañana siguiente, después de desperezar su ánimo bañándolo con un generoso mar de café, el inspector continuó leyendo el informe que el historiador Jesús Castejo había redactado contrastando datos históricos con manuscritos escritos por un monje español en 1548.

Selva de Perú, 1532.

Pasaron varias semanas y muchas lunas acompañaron a Pedro Alcázar y a Zara (última amante del inca Atahualpa) en la búsqueda de la montaña donde, según rumores extendidos por todo el imperio, los <<principales>> incas habían escondido lejos de la codicia del hombre blanco todo el oro y tesoros del imperio. Los españoles creían en la existencia de una ciudad cubierta de oro con una riqueza que jamás habrían imaginado, a la que llamaban <<El Dorado>>.

Cuando por fin llegaron al Lago Titicaca una anciana, el ser preguntada por la ciudad de oro, sonrió y de forma misteriosa exclamó:

-Fuerza y Honor.

-¿Perdón?- Preguntó Pedro.

-Los tesoros de todo pueblo no están en una ciudad, ni caben en un baúl, ni tan siquiera este lago es lo suficientemente grande como para albergarlo. Lo que buscan -continuó- está en la memoria, en el corazón de un pueblo, cada persona es poseedora del tesoro de su pueblo. Su propio <<El Dorado>>. Fuerza y Honor...<<Cuanta razón tenía>> pensó Rafael Haro, y mientras se encendía un cigarrillo recordó el poema que su padre una vez le hizo aprenderse: SERÁS UN HOMBRE, HIJO MIO


Hijos De Gaia ( Wattys 2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora