— ¡Aníbal! ¡Ayudame a llevar a esta niña al agua! — gritó mi amiga.
Estábamos en una plaza descansando después de haber corrido una maratón de ya era tradición en el pueblo. Aquella tenía un espacio con agua para refrescarse y le prometí a Fran mojarme después de un rato, pero ese rato ya había pasado. Yo me negaba, pero con ayuda de Aníbal, un chico de mi edad que conocí hace mucho tiempo, lograron lanzarme al agua.
— ¡Me las pagaran! — grité riéndome.
En un movimiento rápido tomé a mi amiga de la mano haciendo que cayera conmigo al agua. Ambas reímos, pero faltaba Aníbal.
— ¡Tu no te salvas! — le dije mientras me acercaba. Lo abracé y lo traté de empujar conmigo para que ambos nos mojáramos. Pero no lo logré.
— ¡Hey, no! — rió — tengo que estar impecable para la entrega de premios.
— ¿Ganaste un lugar? — pregunté extrañada, este chico no tenía pinta de ser deportista.
— El primero — dijo con aire de diva, a lo cual yo reí.
— Está bien, te dejaré ir, ¡pero después no te salvas!
— Si, claro — dijo divertido.
— ¡Suerte! — grité mientras se alejaba.
Mientras tanto con Fran pasamos toda la tarde refrescándonos y por un par de horas volví a divertirme como solía hacerlo antes. Se preguntarán donde está Aníbal... pues ese cretino nos dejó solas, después de recibir el premio se tuvo que ir con sus padres.
Me distraje de todos mis problemas y logré divertirme como nunca antes. Algo que solía hacer contigo a mi lado.
↪ Tu Amiga.
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¿Por qué?
Teen Fiction«La vida es un círculo vicioso. Cuando menos lo esperes todo tu mundo a color vuelve a ser gris.»