Día 9

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Eran las ocho dela mañana, y tocaba entrar a clase como de costumbre. Llegué cinco minutos tarde y la profesora me dijo que podía pasar a clase pero que nunca más llegue tarde, porque sino me expulsarían.

Entré a clase y no había nadie, dejé el móvil encendido y me sonó. Notificación de Twitter, estaba en silencio, no entendí porque me sonó. La profesora se dio cuenta de que era mi teléfono el que sonaba ya que no había nadie más en clase.

- María,expulsada de la clase, quiero que estés en las escaleras del patio todo el día, no quiero que te muevas de ahí, si te mueves estarás expulsada una semana, ¿de acuerdo?

- Vale – dije

Fui a sentarme en las escaleras como me había mandado la profesora y en ese momento sonó la campana para empezar la hora del patio. En ese momento salió César del patio y me estaba mirando, preguntandose que estaba haciendo yo ahí, castigada, porque nunca he hecho nada malo.

Me quedé la siguiente hora sola en el patio, pensando en mis cosas, como siempre,hasta que alguien bajaba por las escaleras, no se quien era, ni me interesaba, pensaba que era otra profesora amargada.

Justo en ese instante me giro y ahí está él.

-¿Qué haces aquí? Te van a pillar

- Tranquila, le he pedido ir al lavabo, ¿qué haces tu aquí? ¿Qué has hecho? - me preguntó riéndose

- Yo nada, llegar tarde, pero me lo perdonó hasta que me sonó el móvil ahí ya no me perdonó.

- Creo que ha dicho que vas a salir un poco tarde, ¿quieres que te acompañe a casa?

- No, gracias de verdad, viene mi madre con el perro y todo, tranquilo.

- Pues por lo menos cuando le expliques lo que ha pasado a tu madre quiero estar delante por si no lo cree.

- Como quieras –le dije

Ya se tenia que ir. Las siguientes dos horas estuve sola en el patio. Bajó la profesora y me dijo:

- María te vas aquedar diez minutos más, por suerte alguien de clase también se va a quedar unos minutos más, así os hacéis compañía.

Salieron todos y me levanté para que pasasen mejor, hasta que César se puso a mi lado.

- ¿Qué haces?

- Me han castigado– me dijo al oído y riéndose

Vamos que ha hecho algo para que le castiguen y quedarse conmigo.

Pasaron todos y también los diez minutos de más.

- Ya podéis salir– dijo la profesora

Salimos de la puerta del colegio y mi madre estaba en la acera de enfrente con mi perro, mi perro se puso contento de verme.

- ¡Tócalo que no muerde! - le dije a César

César lo estaba tocando muy feliz.

- Oye muchacho,¿te quieres venir a comer a casa? - le dijo mi madre a él

- Encantado, por mi sí, tendría que llamar a mi madre para que no se preocupe –dijo sacando el móvil

- Mama, que me voy a comer con la María a su casa, ¿te parece bien? - dijo al teléfono

- Pues algún día la invitas, ¿vale? - dijo su madre

- Cuando ella quiera – contestó él.

Recuerdos de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora