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No supo en que momento una cosa llevo a la otra, pero sucedió, sin una cuenta regresiva, sin un aviso, tan furtivamente que su piel aun lo recordaba, esa calidez, esa imagen que pedía por mas, aquella a la cual no había podido negarse, con aquella mirada de ojos verdes que le traspasaban, que lo llamaban por mas, así sin más.
-Yuri...-susurro a la bruma de esa habitación vacía, como si con ello podría traer de vuelta al portador de sus pecados, de su amor pasional, aquel que no tenía limites, aquel que sacaba las cosas que él desea ocultarle a todos, sus deseos, sus engaños, su salvajismo, ¿Cómo era posible que cayera de esa manera por alguien menor a él? ¿Por qué no se detuvo...?
El ruido de la regadera lo sobresalto, una sonrisa fina se esparcía por su rostro de manera descarada, Yuri debía haber huir de él...pero se quedó.
-¡Tu no podrías ganar algo como el Gran Prix! ¡No eres nada más que alguien patético, que llora por cualquier mierda! ¡¿Es así como te haces llamar el sucesor de Viktor Nikiforov?! –le siseo con odio puro dentro de la habitación de hotel en la que se encontraban.
-Vete Yuri...-susurro furioso con las palabras amortiguadas en su boca, cada fibra de su cuerpo ardía, su celo había comenzado un par de días antes, y al contrario que otros Alphas su periodo de latencia era más fuerte en sus últimos días, había evitado con bastante cautela a Viktor, y a cualquier persona que osara importunarle, siendo un Alpha que básicamente no tenía una pareja con quien consumarse era propenso a fastidiarse, quizá hasta odiar el ambiente a su alrededor, por el mismo hecho de no tener con quien conectarse tan íntimamente en ese vínculo, lo odia, pero se odia más a si mismo por no tener el tiempo ni la cabeza para buscar una relación seria, algo en su cabeza palpito con fuerza, miro la silueta de Yuri acorralarlo con suma rapidez, y aquel leve aroma..., sus piernas palpitaron suavemente, sintió aquella presión tenue contra sus labios que luego se volvió un furtivo beso que absorbió su aliento, se sacudió con fuerza al sentir los dientes de Yuri raspar como filos sus labios, haciéndolos sangrar.
-¡Pero que...!-rugió separando al menor de su lado, aun aturdido pudo notar la respiración agitada de Yuri, y esos leves temblores que lo sacudían de pie a cabeza, como a él, con tanta torpeza, por un momento quiso entrar en cordura, quiso evitar todo aquello, pero no pudo, no cuando Yuri lo miraba con superioridad, no cuando pensaba que podría humillarlo en ese estado, el tiro le saldría por la culata por jugársela así, apretó los dientes antes de lamer con delicadeza su labio, Yuri lo miro confuso, si esa era la expresión que él quería recibir del menor, esa y muchas más.
Jalo al menor con fuerza hacia el antes de lanzarlo contra la cama.
-Debiste irte Yuri...-susurro con calidez cerca de la mejilla del menor antes de apresar las manos de este por sobre su cabeza.
