*Errores 3*

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-¿Mi-Mila?-

-¡¿Dónde demonios te habías metido...?!-grito exaltada su compañera de patinaje, con el aliento al límite, el menor la miro confundido, sin saber que decir realmente.

-Yo...-

-¡Yakov y yo te hemos buscado como locos, tuvimos que mentirle a tu abuelo para no preocuparlo cuando apareció por el hotel!-dijo la mujer con cierto enojo en su expresión, más que todo preocupación.- ¿Dónde estabas...?-menciono sacándole un sacudón al rubio.

-Mila, yo...-Dios santo, lo había olvidado por completo, con dedos temblorosos intento esconder la funda tras su espalda, pero fue muy tarde, Mila lo vio.

-¿Qué es eso?-exigió saber con una voz autoritaria de mujer Alpha, Yuri desvió la mirada mientras apretaba sus labios enrojecidos levemente.

-N-nada-quiso retroceder pero la pelirroja termino sujetándolo por la ropa, y ahí fue cuando la expresión de Mila se enturbio.

-E...Estas marcas-se quedó muda por unos segundos antes de olisquear al aire.-Yuri, tú eres...-las mejillas del chico enrojecieron con fuerza.- ¡No, no lo soy...!-grito ocultando la expresión en su rostro, no quería decirlo, no quería hablar acerca de lo que había pasado, no podía.

Cuando intento girarse sobre sus talones para correr la bolsa fue arrancada de sus manos por la pelirroja, Yuri intento precipitarse sobre ella para quitárselo pero fue imposible.

-Supresores, anticonceptivos, ¡¿Qué significa esto...?!-

-¡¿Acaso no lo ves?!-grito Yuri eufórico tratando de quitarle las cosas de las manos, Mila lo sujeto del brazo.

-Vámonos...-murmuro autoritaria.

-Mila, ¡Maldición detente, no le des esas cosas a Yakov, p...puedo explicártelo! Yo...-el miedo en cada palabra que soltaba era evidente, era un pánico que le quería hacer llorar ahí mismo, algo que no podía controlar.

-No iremos con Yakov, quiero oírte, cambia esa expresión-dijo aun con esa voz potente pero más relajada para serenar los nervios destrozados de Yuri. El menor agacho la cabeza por todo el trayecto caminado, ya ni siquiera se fijaba en las cosas que había a su alrededor, solo se dejaba guiar por la mano de la rojiza por el camino que iban, estaba en shock, se suponía que nadie debía verlo, ahogo un sollozo con rabia, no quería hablar sobre eso.

Al llegar a un café apartado de la zona Yuri pudo respirar un poco más tranquilo, Mila solicito la parte más alejada del pequeño lugar para poder conversar en privacidad con el rubio, a Yuri le castañeaban los dientes tanto del temor como de la ira.

-¿Necesitan que les sirva algo...?-pregunto cortésmente la dueña del negocio.

-Un par de capuchinos helados por favor, y también un pedazo de tarta de zanahoria con naranja-la mujer asintió ante el pedido de Mila antes de irse y dejar completamente solos al par de patinadores.

Mila suspiro con pesadez y cierta intranquilidad antes de colocar la bolsa sobre la mesita para el café.

-Habla-

-Mila por favor...-casi suplico.

-Habla-volvió a mencionar pero esta vez casi deletreando las palabras.

-Yo, Yo no...-

-¡Maldición Yuri! ¿Acaso crees que nací ayer? Se cuáles son esas marcas y tu aroma... ¡Por Dios apestas a Alpha! ¿Acabas de tener tu primer celo, verdad?-le dijo con irritación antes de frotarse en puente de la nariz, el aroma era fuerte, era la esencia que uno poseía luego de tener sexo, en los Omegas era complicado borrar con rapidez ese aroma, de momento ni siquiera la ducha había servido.- Habla antes de que me dé la jodida gana de llamarle a Yakov-le advirtió.

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