¿Qué voy a hacer contigo?

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Primero escribía para plasmar lo mucho que llamaste la atención de un corazón vivo y prevenido. Pasé a escribirte para expresarte todo el amor que sentía por ti, para ver si te espabilabas y te atrevías a crear algo junto a mí; lo hiciste, creaste algo conmigo pero nunca junto a mí. Ahora escribo para soltar...te, para dejarte ir o para tratar de solventar esta maldita sensación de rabia e inestabilidad cuando recuerdo todo.

Un día me atreví a explorar entre tu mente, tus costumbres, tu vida... ¡Cuánto me arrepentiré por haberlo hecho! Por haber continuado entre tanto barro, charcos y tierra; acabé hecho un desastre, todo por un sitio al cual no me convenía llegar. Empecé a ver que podías ir de pueblo en pueblo como si en todos te acogieran y te sintieses acogida, ya que mi humilde morada no te brindaba todo el calor suficiente que necesitabas para el abrupto invierno que agobió tantos días de tu vida.

Estaba seguro que los lugares bonitos tienen caminos difíciles, estaba tan alegre por saber que existía la posibilidad de que fueses ese sitio lindo al cual podía llegar a tomar un café por las mañanas y un buen trago en la tarde después de un arduo día en la escuela. Tantos momentos hubieron para darte un alto, dejarnos o modificarnos, pero no, siempre estabas allí para atormentar todo y manipulabas al chico que hacía creer a todos que lo tenían bajo sus manos sabiendo que nunca pudieron tenerlo por completo.

¿Qué haré contigo? Bien dice una canción que tanto me gusta que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen y al parecer te ha gustado apuñalarme cuantas veces has querido, con ayuda de muchas personas o tu sola, al parecer has podido realizar tantos crímenes atroces con la misma persona; pasarías por Satanás ante los ojos de alguien que no nos conozca.

Llega el día en el que todo da igual, estás o no al de los ojos cristalinos ya no le importa. Obvio no le va a importar, si ahora están rotos y no hay ojos. Ya no son cafés, se han oscurecido tanto que hasta el negro se ha impregnado en las ojeras que crecieron poco a poco con tantas noches de desvelo. Pensar en tanto para acabar en tan poco, terminar siendo algo por lo que todos han pasado: el don nadie que antes fue su "todo", su "fundamental". Pero ahora vemos como se lo dice a alguien más.

Repetimos el círculo vicioso del reciclaje: Obtener, consumir y desechar. Así como yo hago con los cigarrillos que una vez probé contigo y mírame aquí, fumando alguno para solventar la angustia que siento al escribirte esto. ¿Cómo se puede ser tan infame para consumir a alguien y luego desecharlo? ¿Tan vacío estás que necesitas nutrirte de otras personas para poder "llenarte"? Lo que no ves es que sos un vaso sin fondo y te encanta llenarte de otros vasos llenos para luego ir a desperdiciarlo en cualquier boca seca.

Todo lo que se va regresa, pero tiene un apellido nuevo y me alegro. Pocas personas me han interesando tanto como para absorberlas... y ahora fui el absorbido.

Ahora, busco la forma de llenarme con el hoyo que dejaste. Tantos inútiles intentos de volver sin sellarme. Sé que partiré y no espero que vuelvas porque tampoco quiero volver.

Este es el primer adiós, el primero de muchos que vendrán.

/):f)

Notas de un escritor frustrado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora