Capitulo III

34 2 0
                                    

Ambos se quedaron sin palabras ante tal respuesta, el aire comenzaba a faltarles en los pulmones, el corazón se les detenía y un gran escalofrió recorría sus cuerpos inmóviles mientras observaban a la cosa que se ha de llamar Satanás. No lo podían creer, el diablo mismo en persona... ¿Acaso era una especie de broma? Si era así era una bastante efectiva.

Satanás solo los observó riendo viendo como aquellos dos jóvenes humanos lo miraban con miedo, por el momento necesitaba recuperar fuerzas y pensar que hacer con estos dos que eran capaces de verlo, cuando, de pronto, una luz de una de las estrellas en el cielo brillo con intensidad.

— ¡Maldición! —bramó Satanás mirando con ira y rabia a los humanos—Luego volveré con ustedes.

Yako y Kalil cayeron inconscientes ante dicha misteriosa luz, y un tiempo despues despertaron confundidos y algo adoloridos en un lugar completamente desconocido, no sabían si lo que acababan de presenciar fue un sueño, o mejor dicho pesadilla, o si fue real, algo les decía que era real, pero sus cabezas, querían creer a que simplemente un mal sueño. Observaron el lugar donde se encontraban, verdaderamente les provoco un sobresalto igual o mucho más grande que el haber conocido al mismísimo diablo.

En aquel entonces se dedicaron a observarse a sí mismos, los dos ahora estaban...transparentes, veían a través de ellos y cuando intentaban tocarse el uno al otro solo se atravesaban entre ellos.

— ¡¿Qué?! ¡¿Que...Que demonios es esto?!—chilló asustado Yako.

—Bienvenidos...—dijo una voz a sus espaldas y al voltearse...

—Oh...—empezó a decir Yareth.

—...por...—prosiguió Khalid.

—...Dios—finalizaron ambos.

Definitivamente tendría que ser un sueño, primero conocía a Satanás y ahora se encontraban frente al Dios Todopoderoso, este día efectivamente no podía ser más extraño. El hombre, de túnica blanca se acercó a los dos jóvenes confundidos y sonrió, detrás de este, venían siete ángeles muy diferentes al resto, puesto que sus túnicas eran de colores, fue entonces cuando cayeron en la cuenta de que debían ser los siete arcángeles de Dios, y eso, les hizo acordarse de una leyenda.

"Cada veinte años, Satanás emergerá a nuestro mundo tratando de dominarlo, una ardua lucha entre el Bien y el Mal se librara, Satanás luchara contra Dios y sus arcángeles con la intención de destruirlos. Pero, junto con el despertar de Satanás, dos humanos se unirán a la lucha contra Lucifer, con el fin de purificar toda maldad en el mundo humano mientras Dios y sus ángeles pelean por el bien de la tierra.

Esos dos jóvenes, serán conocidos como Los Guerreros de la Luz, ellos libraran a la gente de todo acto impuro en contra de los diez mandamientos de Dios, para asi debilitar al diablo"

Esa historia, era muy contada en la iglesia donde fueron criados, siempre se la pedían al padre Tom que se las contara cada noche antes de ir a dormir.

—No puede ser cierto...—musito Kalil.

— ¿Es...real? —cuestiono Yako.

El infierno y el cielo muchos se lo imaginas de diversas formas, pero nadie sabe cómo son realmente hasta el día de su muerte. Lo único que se sabe, es que tu alma, en el cielo, puedes ser un ángel y encontrar la paz, en el infierno, solo encontraras sufrimiento.

Mientras tanto, Satanás daba vueltas, furioso, apenas salía y ya su némesis Dios y sus endemoniados arcángeles llegaban para impedirle hacer sus cosas, sobretodo no pudo aprovechar la oportunidad de utilizar a esos dos jóvenes que eran capaces de verlo. Grito a todo pulmón, la próxima vez no se les escaparían tan fáciles de sus garras. Dispuesto a emerger nuevamente por el mismo lago, para causar mal comenzando por aquella pequeña villa que había visto no tan lejos, salió, y para su asombro y alegría infinita, a unos pasos estaban Yako y Kalil, los dos muchachos que habían sido capaces de verlo.

—Bueno, bueno, bueno... ¿Que tenemos aquí? —sonrió Satanás—Parece que la suerte está otra vez de mi lado, la cosa es que... ¿Qué puedo hacer con ustedes?

Los dos jóvenes no respondían en los absoluto, solo tenían sus miradas serias y caídas para abajo, cosa que ofendía bastante a Lucifer, ya que tenía bastante ego, sin embargo, retrocedió comenzando a debilitarse.

— ¿Que...demonios...ocurre? —vaciló Lucifer.

—Que el poder que emerge de mi ser, purifique toda energía maligna de una vez—musitó Yako— ¡Espada Sagrada!

—Ayúdame a proteger a los míos, dame tu fuerza y tu valor, para así acabar con todo el dolor—susurró Kalil— ¡Lanza Mística!

"Habrá más de un guerrero con el paso de los años, pero solo en los que tengan confianza en sí mismos, fe, creencia y un corazón puro y bondadoso, podrán purificar el mal en la Tierra. Los elegidos, con las armas entregadas por el mismo Dios y sus siete Arcángeles, serán capaces de destruir al mismo diablo y a sus demonios.

La Espada Sagrada, es un arma capaz de cortar a los demonios malignos, purificarlos y sanar heridas, desde simples raspones, hasta graves heridas mortales. Por otra parte, la Lanza Mística, sirve para abrir portales hacia el Inframundo y enviar a los esbirros de la muerte al lugar donde pertenecen.

Estas dos armas fueron creadas por Dios y sus arcángeles, y cada veinte años, le es otorgada a los próximos guerreros de la luz con el fin de ayudarlos a derrocar a Satanás."

Una luz color blanca rodeo a los dos jóvenes, o mejor dicho, guerreros, alas brotaron de sus espaldas, alas de ángel, del pecho de Kalil emergió una espada, mango de oro sólido y la hoja de plata, y del pecho de Yako salió una lanza de cobre. Ambos muchachos apuntaron sus armas hacia Satanás quien se debilitaba cada vez más y más estando cerca de ellos.

Los ojos de ambos jóvenes, emitieron un aura blanca bastante poderosa, ahora Satanás entendía porque esos dos mocosos eran capaces de verlo, nuevamente tendría que lidiar con esos guerreros de hace veinte años atrás. Sin embargo, estos eran muy diferentes a los de hace veinte años, notaba un cierto parecido con los que casi lo derrotaron hace ya dos décadas, pero que el mismo terminó asesinando.

—Malditos...—masculló Satanás.

Heaven and HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora