ㅡ Hablando de bodas, a mi me gustó más la de plata ㅡdijo élㅡ fue más sencilla e íntima.
ㅡ Pues yo, a pesar de todo, no la cambio por la primera ㅡdijo Iris.
ㅡ Pues por ti yo tendría una cuarta, una quinta y hasta una sexta ㅡdijo Eloy guiñándole un ojo.
ㅡ ¿Qué tienes hoy? andas tan... tortolito. Ten cuidado no empalagarme ㅡdijo ella coqueta.
ㅡ Ven para acá que tu eres igual.
ㅡ Tú eres el empalagoso aquí, no yo.
ㅡ Jejeje. Empalagosa tú que no me quitas hoy ojo insinuándome quién sabe qué.
ㅡ Quien fue ha hablar, jajaja. Tú lo eres más.
ㅡ Tengo ganas de comerte preciosa, grrr ㅡdijo imitando un tigre en plena caza.
ㅡ No serás capaz de cogerme, jajaja.La mujer salió corriendo y él tras ella dejando infinidad de huellas en la nieve como niños.
Andaban tan felices correteando uno tras el otro entre la fina manta de nieve que cayeron rendidos a carcajadas cerca del arroyo sin poder contenerse.
Ambos terminaron boca arriba, uno al lado del otro jadeando, mirando las nubes y sintiendo el frescor de la brisa y la nieve. Él quedó pendiente del movimiento de los cumulonimbos por el viento. Ella recordando sus bodas de plata.Flashback
Tras veinticinco años de matrimonio, se acercó un día para ellos muy emotivo y decidieron celebrar sus bodas de plata un domingo justo antes de finalizar primavera, lo que sin duda para ellos fue todo un honor y un detalle para el corazón (más si cabe teniendo en cuenta que ambos sabían lo que aún sentían). Sin duda, aquel día fue un momento muy especial.
En aquella ocasión la pareja se ciñó a las personas más importantes de sus vidas a la hora de mandar las invitaciones (hijos, familiares y un par de amigos íntimos desde la infancia). El lugar elegido fue el pequeño bar donde el entonces joven muchacho resguardó bajo su paraguas a la entonces hermosísima muchacha.
En esa ocasión, el menú no fue gran problema ya que la pareja decidió que fuera exactamente el mismo que en su boda de antaño. Ella le comentó a él que habían cambiado muchas cosas con el paso del tiempo, pero las recetas podían permanecer intactas. Él sonrió de satisfacción con la elección pues ella tenía toda la razón.
Como en aquella vez no hubo fotógrafo, pero sí música ambiental, que sino fue la misma se le parecería bastante a la de entonces, y eso endulzó aún más si cabe la celebración por parte de ambos.
Iris eligió para ese día un vestido blanco, no muy ceñido al cuerpo, con algo de encaje y que le llegaba justo por debajo de las rodillas (nada que ver con el hermoso primer vestido pero igualmente lleno de ilusión). Con el viejo velo la mejor amiga de Iris, costurera de profesión, confeccionó un precioso fular a juego con el atuendo pues el blanco que lucía el vestido y el velo tenían el mismo tono. Cuando vió el fular terminado y su velo transformado dio la enhorabuena a su amiga. Iris ya no cabía en el viejo vestido y llevar algo de él era realmente especial. La amiga le dio la idea y para terminar de convencerla le dijo a Iris que llevar un fular le vendría de perlas para la temperatura no muy cálida de aquellos días. Iris terminó convencida de que fue un acierto. Además del fular, la gargantilla, pulsera y anillo que lució el día de su boda volvieron a lucir en su envejecida belleza.
Eloy, por su parte, volvió a lucir un traje de chaqueta negra, camisa blanca y flor de seda roja en la solapa, aunque de talla mayor pues los años no pasan en balde. Eso sí, usó los mismos gemelos, la misma corbata que el día de su boda y sin gota de barro bajo las suelas los mismos zapatos.
Aquel domingo, renovaron sutilmente sus votos llenos de renovadas emociones que fueron vitoreadas por sus allegados más íntimos.
Veinticinco años de matrimonio dieron para muchos recuerdos, anécdotas y preciosos discursos por parte de los familiares que aún recuerdan tanto él como ella aunque no sea al pie de la letra.
Fin del flashback
Tras caminar otro cuarto de hora (según ellos) la pareja se sentó en un banco de madera, frente a un lago lleno de paz y tranquilidad en el que desembocaba el arroyo.
Recordaron sus bodas de plata en una entrañable conversación tras la cual ella retó a Eloy a acordarse de lo que él dijo el día en que decidieron celebrar aquel aniversario y renovar los votos. Él se puso en pie, cerrando los ojos imaginó la escena a su alrededor, y sin abrirlos pronunció de nuevo, como el día de la celebración, y muy orgulloso de su memoria, el primer poema que le dedicó a ella en su vida:
Doy gracias al cielo y la tierra
por aquel día de tormenta
porque gracias a ella te acercaste
y entre viento y lluvia me besaste.Doy gracias a todo este mundo
por darle la oportunidad a este ser
de vivir contigo algo muy profundo
ya que nunca te he dejado de querer.Para mí fuiste el complemento perfecto
y espero haberlo sido yo para ti.
Mi bella amada... te quise y te quiero
no habrá nada en el universo
que impida lo que siento por ti.Hoy te digo te amo como el primer momento.
Aún no me creo la dicha que me está consumiendo,
te doy las gracias por todo lo que me ofreciste con todo el alma
y aún te pregunto como el primer día ¿te puedo amar?Ella apoyó su cabeza sobre el hombro de él y fue así como ambos terminaron suspirando mirando al cristalino lago que formó el arroyo y otros afluentes.
Iris orgullosa de Eloy estaba realmente feliz allí sentada observando el agua, los peces nadando cerca de la orilla, aquella tortuga tomando el sol para entrar en calor, un par de aves que con sus picos abiertos rozaron el agua para beber y un marido que no sabía cuanto más se le podía querer.
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La creadora de versos: Etéreo recuerdo.
NouvellesLa vida está hecha a base de sentimientos y los poemas se alimentan gustosamente de ellos. A base de poemas surgió un relato y del relato los poemas. Es curioso lo que puede surgir cuando todo gira sobre un mismo tema. © Obra registrada Registro en...