Capítulo 6: Imaginando el futuro

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El día siguiente transcurrió sin mayor percance entre juegos, bromas y comidas. Nos divertimos como hace años no lo hacíamos desde que Samuel empezó a obsesionarse por el estudio.

Llegada la noche, estábamos los dos sobre la azotea viendo las estrellas, ambos llevábamos abrigos ya que estaba haciendo un poco de frío.

Samuel como siempre recostado sobre uno de sus brazos mientras que con el otro me acaricia en círculos el cabello y yo sobre él, suspirando internamente mientras él me cuenta sobre las estrellas.

De un momento a otro la conversación empieza a tornarse más profunda y da paso a una recreación de lo que quisiéramos tener en unos diez años.

-Entonces, ¿quieres casarte y tener hijos? –pregunta y yo asiento con la cabeza sobre su duro y trabajado abdomen– ¿cuantos?

-No lo sé, dos o quizás tres, ¿y tú? –ahora soy yo la que le devuelvo la pregunta y me coloco de medio lado para poder mirarlo.

-Lo mismo que tú –responde con timidez y sonrío.

-¿Cómo les pondrías? –vuelvo a cuestionarlo. Samuel se sienta y de paso me hace sentarme también.

-Si es niña, Sabrinah con h al final y si es niño Ignacio Andrés

-¿Sabrinah? Para que le digan la bruja adolescente, se ve lo mucho que la vas a querer –me burlo– ¿Ignacio Andrés? Como en los videos del comediante Matthew Windey, uy si, espera que ese pequeño llegue a la escuela, el primer día te va a suplicar que lo saques –se queda pensativo por unos minutos y luego me mira dándome la razón.

-Buen punto, entonces, Mikaella y Lorenzo –dice y abro los ojos como platos– ¿qué?

-¿Mikaella? ¿Acaso nunca has escuchado el disco de Mikaela está sedienta de amor? –niega con la cabeza– pues te recomiendo que lo escuches para que descartes esa idea y por otro lado ¿Lorenzo? Qué nombre tan horrendiro Samuel, por eso es que algunos hijos se cuestionan si los padres los quieren, no, no, no –lo reprendo y levanta las manos en señal de derrota.

-Entonces Carmen y Valentino.

-¿Carmen? De una quieres que tu hija nazca con cincuenta años, diabetes y osteoporosis y ¿Valentino? Para nada.

-Ay no, no te gusta nada –se queja y me río.

-Es que tienes mal gusto, ¿cómo se te ocurre?

-Te voy a decir los que me gustan, de niña: Azul, Violetta, Rubí, Ainhoa, Helenna, Julia e Isidora y de niño: Willy, Charlie, Alfonso, Simón, Gael y Dante.

-Azul y Violetta, nombres de colores, quiero estar AZULado –me río fuerte y prosigo– Rubí es nombre de cabaretera, Ainhoa "Ahí no hay jabón", Helenna me recuerda al cd que mi mamá me ponía de niña de "Helena la ballena", ¿Julia? ¿En serio? Opino de ese lo mismo que de Carmen e Isidora suena como a lavadora –me mira atónito y con una sonrisa burlona continúo– ahora, Willy, ¿quieres que le digan Willy Wonka o ballena Willy? –niega con la cabeza– Charlie y la fábrica de chocolates, Alfonso y Dante me suenan a perro, ¿Has escuchado el disco de Simón el gran varón? –me dice que no– pues escúchalo y Gael...

-¿Ahora con qué más vas a salir? –pregunta resignado pero tratando de disimular una sonrisa.

-No le veo sentido a ese nombre –respondo encogiéndome de hombros.

-Entonces ahora ilumíname tú oh sabia Andrea Sophia Del Junco Belmonte.

-Fácil, si es niña Aurora que significa "la que brilla como el oro" o "la que guía con su luz" Sophia que significa "sabiduría" y si es niño Santiago que significa "Dios lo recompensará" José que significa "al que Dios engrandece", mis iniciales y las tuyas, Aurora es un nombre precioso que suena como a princesa de la naturaleza, además de que es mi princesa favorita y Santiago es un nombre varonil, lindo y llevaría el José por ti que eres Samuel José –concluyo y él me mira con una sonrisa de ¿amor? ¿Satisfacción? Nah, debo estar alucinando– también me gusta Angélica, Giulietta, Taliana y Kristall y de niño, Mattías, Alejandro, Christopher y Joaquín.

-Me gustan todos, pero sobre todo Aurora y Santiago –se queda unos segundos observándome fijamente, casi perdido en mis ojos oscuros. Samuel se acerca a mí y mis latidos se aceleran, seguidamente toma mi rostro con sus manos y cuando pienso que me va a dar por fin un beso en los labios... Su boca termina en mi mejilla. Era demasiado hermoso para ser verdad– vamos adentro, aquí podemos pescar un resfriado y no quiero que te enfermes –dice mientras se pone en pie, me tiende la mano y luego me abraza por la cintura y regresamos a la habitación.

Me deshago del largo abrigo que llega casi hasta mis pantorrillas, estoy de espaldas a Samuel pero siento su mirada sobre mí y como no, si tengo puesto un enterizo-pijama que apenas y me cubre el trasero, además se ajusta perfecto a cada una de mis curvas. Seguidamente me doy la vuelta topándome con sus ojos que no me pierden rastro y me recorren descaradamente.

Sonrío para mis adentros, eso Samu, mírame todita. Para mi buena suerte mi teléfono se cae y me tengo que volver a voltear para recogerlo.

Andrea 1 - Samuel 0

Me agacho con el trasero para arriba y escucho a mis espaldas que Samuel maldice por lo bajo. Me río internamente con malicia, si nene, toma eso.

-¿Ya vamos a dormir? –finjo inocencia y me acerco a él con paso firme– gracias por este fin de semana, te quiero Samu –abro mis brazos y rodeo su sexy cuerpo, acto seguido me alzo de puntillas y susurro sobre su oído con el tono de voz más sexy que soy capaz de emplear y luego estampo mis labios sobre su mejilla demorándome un poco más de lo necesario.

-Eh... S... Sí –murmura con la voz ronca y se aleja de mí totalmente nervioso, hasta comenzando a sudar.

-Quiero dormir contigo hoy también, ¿puedo? –muevo las pestañas repetidas veces.

-Vale –responde aunque no muy convencido pero acepta.

Traigo dos almohadas más y otra cobija, porque resulta que el niño dormido se la queda toda –pongo los ojos en blanco– tengo planes de dormir pegadita, pegadita a él.

Una vez acomodados en la cama, con las luces apagadas, cada uno sumido en sus pensamientos, decido hacerme la dormida y acercarme a él. Mi pierna se enreda directamente con la suya, mi cabeza va a su pecho y uno de mis brazos le rodea el tronco. Samuel se sobresalta, pero al contrario de lo que pensé que iba a rodarme, lo que hace es abrazarme más contra sí y a los minutos siento su respiración lenta y constante, lo que hace que después yo me quede dormida sin darme cuenta y sin poder borrar la estúpida sonrisa de mi cara.

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Hola, espero que les guste el capítulo.
Oficialmente estoy de vacaciones y podré escribir más.

Quiero aclarar que lo de los nombres es puro humor, por favor no se vayan a molestar.

Besos y abrazos

AP❣

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