Capítulo 14: ¿Apostaron esto?

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Regreso a mi casa con el Jesús en la boca, ayer por la noche no pude dormir y Valeria tampoco, tengo una crisis de ansiedad que no me deja tranquila.

Abro la puerta y entro temerosa. Suspiro y comienzo a caminar.

-Hola, llegué, ¿mamá? ¿Papi? –diviso en todas las direcciones con la esperanza de que no se encuentren en casa, pero todo se me cae al suelo cuando mamá responde desde la sala.

-Aquí estamos hija –la voz de mi mamá hace eco en mis oídos así que respiro antes de seguir. Es mejor salir de todo de una vez, enfrentar la realidad.

-Hola –saludo con timidez y me siento en un sillón delante de ellos, no tengo ganas de decir nada, pero creo que llegó la hora de enfrentar la situación– tengo que decirles algo –dos pares de ojos se posan en mí. Empuño los ojos y tomo un suspiro antes de soltar todo de una sola vez– estoy embarazada –digo finalmente y al final abro los ojos para ver sus reacciones.

-Me debes una tarde de compras –exclama mi mamá demasiado emocionada para mi gusto y mi papá hace una mueca.

-¿Qué? –pregunto apunto de un ataque de locura– o sea, les estoy diciendo que estoy embarazada y en vez de matarme lo que hacen es actuar de lo más normal –exclamo mientras los miro atónita– ¿qué está mal con ustedes?

-Cálmate hija, el día que se fueron para la fiesta tu papá y yo apostamos, él dijo que no pasaban de la friendzone y yo dije que llegaban a algo más por lo que debíamos estar preparados para los riesgos y gané, ahora tu padre me debe una tarde de compras.

-Voy a entrar en cólera –añado dramáticamente y me dejo caer en el sillón de una forma nada delicada.

-Con cuidado Andrea Sophia, puedes hacerle daño a mi nieto, recuerda que ahora son dos, ya no eres tú sola –me riñe papá y asiento dándole la razón– ahora lo que quiero saber es ¿dónde está Samuel? Tú estás aquí dando la cara, pero a él no lo veo por ningún lado.

-No lo sé –bajo la mirada y papá se acerca a mí– o sea, en Londres, pero desde que se fue nunca volvió a llamarme o escribirme, tampoco me contesta los mensajes ni cuando le marco.

-Cobarde, miserable, no le bastó con acostarse contigo sino que además te deja embarazada y se pierde, deja que lo encuentre para arrancarle hasta los sesos, con mi nena nadie se mete –aprieta los puños.

-No –gritamos mamá y yo al unísono.

-Papi, no te vayas a meter en problemas, promételo –le suplico con cara de perrito y él accede.

-Mira cómo me dominas –se queja pero sonríe– por otro lado Andrea Sophia Del Junco, fue una irresponsabilidad por parte de los dos haber tenido relaciones sin cuidarse, pero somos humanos y esas cosas pueden pasar, no es el momento ideal teniendo en cuenta que te faltan dos años para culminar la universidad y que eres demasiado joven, pero así mismo quiero que sepas que tu mamá y yo te vamos a apoyar y ayudar en todo lo necesario con nuestro nieto o nieta para que sigas estudiando y puedas darle un excelente futuro –suspira y se pasa la mano por la frente– en cuanto a Samuel, márcale desde mi teléfono, de pronto ahí conteste, déjame decirte que es un imbécil –mamá y yo asentimos– el rey de los bobos y los retrasados, pero aún así es el padre de ese angelito que estás esperando y tiene derecho a saberlo, por último no me queda más que decirte que tienes que ser más responsable y cuidadosa a partir de ahora, por ti y por mi nieto o nieta. Querida, la gente va a hablar siempre, tu mamá y yo vamos a dar la cara, pero también te va a tocar sacar fortaleza porque a veces van a venirse días duros, ahora toma mi teléfono y márcale a ese grandísimo idiota –sonrío y me lanzo a sus brazos mientras que mamá nos mira sentada en el sofá individual y se limpia unas cuantas lágrimas que cayeron.

Papá pone su celular en mis manos y con dedos temblorosos marco el número de Samuel. Espero varios segundos y al tercer tono descuelga.

-Señor Ignacio ¿pasó algo con Andrea? –su tono de voz delata miedo y nerviosismo.

-Sa... Samuel, soy Andrea –las lágrimas empiezan a impedirme hablar correctamente pero trato de seguir– necesito decirte algo muy importante, por favor no vayas a cortar.

-Lo siento –murmura y al final escucho el pitido de una llamada que ha sido colgada.

Alejo el teléfono de mi oreja y empiezo a llorar en silencio, papá lo toma rápidamente y lo pone en su bolsillo para acto seguido abrazarme, seguidamente mamá se levanta y papá le deja el espacio para que ahora sea ella la queme consuele.

-Escúchame Andrea, ese angelito va a tener una súper mamá que vas a ser tú, una mami abuela número uno que voy a ser yo, la número dos será Estella porque ella no tiene culpa de nada y tiene derecho a conocer a su nieto, una tía loca que sé que los va a adorar y van a tener al mejor papi abuelo del mundo y al más consentidor, ¿verdad Ignacio?

-Sí princesa, ese cobarde es el que se va a perder de tenerlos, es hora de luchar Andrea, no más Samuel Gallardo, en este momento él murió para ti y todos nosotros –sentencia– para ser felices no lo necesitaremos a él, además, él o ella puede decirme papi, tú solo preocúpate por cuidarte y por estudiar que del resto nos encargaremos tu madre, Estella y yo.

Llegada la tarde, recibimos la visita de mi casi suegra y segunda mamá Estella, mi madre le mandó un mensaje avisándole que tenía que venir para algo urgente y ahora me encuentro a punto de decirle que va a ser abuela.

-Dime cielo, ¿qué noticia tienes que darme? –me mira con una sonrisa que hace que los ojos se me llenen de lágrimas.

-Lo que tengo que decirte es –suspiro– estoy embarazada y es de Samuel, vas a ser abuela –suelto de golpe haciendo que ella me mire shockeada.

-¿Qué? ¿Que tú qué? –me mira sin poder creerlo y acto seguido se arrodilla ante mí y me abraza sin poder evitar las lágrimas– que felicidad, un angelito, gracias mi Andreita, ¿Samuel ya lo sabe? –niego con la cabeza y le cuento lo que sucedió.

-Regálame un minuto –toma su bolso y se aparta un poco.

Mamá y Papá llegan a acompañarme y nos quedamos estáticos ante lo que escuchamos.

-Samuel José Gallardo León, quiero que me expliques la razón de tu actitud cobarde, yo no te eduqué así para que fueras un imbécil, sobre todo con Andrea –lo reprende– no, te callas y me escuchas –ordena alzando la voz– si tú en este momento no la llamas y la escuchas, te lo juro que no te volveré a hablar y si llegas a venir a la ciudad te tendrás que quedar en un hotel porque las puertas de la casa te las voy a cerrar, ya basta de contemplaciones, deja de comportarte como un niño, es hora de que madures y seas un hombre, te vas a perder de lo mejor de tu vida por tu inmadurez, así que te lo repito, no me obedeces en este instante y te lo juro que no te vuelvo a hablar, no voy a acolitar un poco hombre como tú –finaliza a lo gritos y cuelga, se acomoda el cabello dramáticamente y regresa al salón ante las miradas boquiabiertas de mis papás y la mía– vamos a jugar uno –propone cambiando el tema y todos le seguimos la corriente terminando de pasar el día lleno de felicidad.

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Siento no poder actualizar diario como me piden y haber estado varios días desaparecida, pero mi familia vino a pasar las fiestas y quería compartir, además, mi niña se enfermó y anduve pendiente de ella que es mi prioridad por lo que espero que puedan entender, trataré de subir más tarde, una amiga me está ayudando a escribir. Espero que estén bien y feliz año nuevo.

Bendiciones y abrazos.

AP❣️

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