Capítulo 15: La mejor mamá

607 83 28
                                    

3 meses

El tiempo ha ido pasando y con ello, mi panza ha estado creciendo. Estella se mudó con nosotros para poder "cuidarme mejor" y no perderse nada del embarazo, de Samuel no hemos vuelto a saber y aunque sé que siempre va a ser él, ya mi corazón poco a poco va poniendo un muro sobre su recuerdo.

Hoy es el día de mi primera ecografía y estoy muy nerviosa y emocionada por ver a mi angelito, saber si va a ser niño o niña y comenzar a comprarle las cosas.

Mis mamás se inscribieron a un curso de tejido y le están bordando ropita en color blanco para el día que nazca y todos ya saben que tengo los nombres escogidos tanto para niño como para niña y ahora que sepamos el sexo se lo diré.

-Y bien Andrea, ¿estás lista? –recostada sobre la cama, miro a mis mamás, a mi papá y finalmente al doctor antes de asentir con una sonrisa, las manos me sudan y la boca la tengo seca de la emoción– perfecto, aquí vamos.

Con la blusa a la altura del busto y mi pequeña barriga destapada, el doctor echa un poco de gel sobre mi estómago haciéndome dar un respingo por el frío, seguido agarra un aparato y empieza a moverlo arriba y abajo sobre mi vientre.

Un sonido de un constante pum-pum casi como un tambor me pone en alerta y cuando veo un pequeño cuerpecito que se mueve dentro de mí me siento la persona más afortunada del planeta.

-¿E... Ese es mi bebé? –lágrimas amenazan con desbordarse y una sonrisa bobalicona se extiende por mi rostro.

-Así es, pero espera un momento –frunce el ceño y mueve más la camarita.

–¿Qué sucede doctor? ¿Está todo bien con mi hija y el bebé? –pregunta mi mamá un poco alterada y creo que es la única que da para hablar.

Por favor Dios que todo esté bien con mi angelito.

-Está todo perfecto –dice y suspiramos colectivamente– pero aquí hay dos bebés.

-¿Qué? –decimos al unísono.

-Sí, son dos, aquí está el otro latido –el monitor suena ahora más fuerte por los dos corazoncitos que se acompasan y mi amor crece más.

Miro a mi familia y veo la emoción en sus ojos, aunque nos tomó por sorpresa, estamos muy felices, seré mamá de dos hermosos bebitos.

-¿Quieren saber el sexo? –asentimos embelesados mirando la pantalla– felicidades, usted va a ser mamá de un niño y una niña, ambos vienen saludables.

-Hola chiquitos, hola bebés, aquí está mamá, los amo, los amo mucho –murmuro sin despegar los ojos del monitor.

-Andrea ahora la enfermera te va a entregar un dvd para que conserves este recuerdo de tus hijos y la próxima consulta para ecografía será en tres meses más, cualquier duda o situación que surja, puedes venir a verme o llamarme cuando quieras y tienes cita de rutina en un mes.

-Gracias doctor –musito y sale del consultorio para darnos unos minutos de privacidad.

-Hija, tengo algo que decirte –mamá se acerca a mí y se sienta a mi lado en la camilla– tú no eras hija única –la miro boquiabierta y luego a papá que asiente en silencio– yo estaba embarazada de mellizos, así justo como tú, el niño, tu hermanito venía bien, muy saludable, la que venía con problemas eras tú porque él era el que recibía los nutrientes –suspira y pongo una mano en su espalda– resulta que cuando nacieron, él se complicó y a los tres días murió, tú estabas conectada a muchos cables y aparatos, tu padre y yo estábamos devastados, ya habíamos perdido a tu hermano y no queríamos perderte, por lo que ambos rezamos por ti y nos aferramos a tu vida y así mismo tú luchaste para quedarte, eso no nos devolvió a nuestro hijo, pero estabas tú, nuestro sol para seguir luchando y desde que supimos de su existencia, ustedes fueron nuestra adoración y aunque tu hermanito no haya tenido la posibilidad de crecer, lo seguimos amando, y ahora tú y esos pequeños son nuestro mundo.

-¿Por qué nunca me hablaron de mi hermano? –pregunto llorando sin saber cuando empecé a derramar lágrimas.

-Siempre ha sido duro para nosotros, por eso ahora que tú llevas mellizos en tu vientre, quisimos contarte la historia –sonríe con pesar– tu hermanito se llamaba Santiago.

-¿Qué? No puede ser, esto es increíble –digo incrédula.

-¿Qué cosa?

-El nombre que había escogido para mi hijo es Santiago –mamá y papá se miran y sonríen– el nombre del niño es Santiago José y la niña se va a llamar Aurora Sophia –exclamo con una sonrisa.

-Que preciosos nombres –dice Estella– Aurorita y Santi, abuelita número dos los ama mucho.

-En verdad hija son unos nombres hermosos –murmura mi mamá antes de darme un beso en la cabeza.

-Amo a mis mujeres pero ya por fin podré comprar balones de futbol y tendré a alguien para verlo y jugarlo –papá se acerca a mi barriga– oíste Santi, tú y yo la vamos a pasar muy bien, y en cuanto a ti mi princesa Aurora, vas a ser otra reina consentida como tu mamá –me besa y luego de limpiarme el gel, salimos emocionados.

Mientras ellos piden el dvd, aprovecho para llamar a Valeria y darle la noticia de sus sobrinos - ahijados.

-¿Cómo está mi embarazada favorita del mundo? –saluda animadamente– ¿ya sabes si puedo comprar muñecas o cochecitos?

-Hey, ¿acaso tienes otra embarazada favorita? –me quejo en broma y ella gruñe– estamos bien, pero creo que te va a tocar comprar ambos.

-¿Cómo así?

-Son mellizos, un niño y una niña –despego el teléfono de mi oreja por el grito tan fuerte que pega Valeria.

-Joder, a Samuel deberían decirle metralleta, donde pone el ojo, pone las balas –río sonoramente– en verdad me alegro mucho, ahora son dos para malcriar, Aurorita y Santi, no supero que te hayan hecho dos goles de un solo tiro –dice dramáticamente y puedo verla acomodándose el cabello– pero ¿sabes una cosa? Tú vas a ser la mejor mamá del mundo, eso puedo asegurarlo.

Enamórate de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora