Insulin by Mink (NamGi)

4. ¿Vas a sentarte?

Una semana y media después de haber grabado las tomas del vídeo musical, YoonGi y NamJoon se preparaban para liberarlo. Tenían planeado hacerlo a las 10 de la noche, cuando la mayoría de las personas estaban conectadas a sus dispositivos electrónicos. Hablaron con todos sus conocidos, amigos y sus familiares – o al menos, con los que tenían contacto – todos estaban al tanto y por tramposo que sonase, iban a ayudar a viralizar el nuevo vídeo.

Ambos estaban en el estudio de grabación, YoonGi golpeaba su lapicero incesantemente contra la mesa y NamJoon movía su pie frenéticamente, 10 minutos más y su trabajo por fin sería expuesto. Jin tenía armada toda una mini campaña de publicidad y cuando se encargara de unos pocos asuntos, iría al estudio... al fin y al cabo, también era su debut como cantante, aunque su participación fuera algo corta.

YoonGi se mordía el labio, intentando relajarse pero le resultaba realmente difícil. Sus sueños estaban puestos en ese material, de fondo se escuchaba la quinta canción del álbum y en la pantalla del computador, las páginas en las que iba a compartirse estaban listas.

-Joder, siento que me voy a mear en los pantalones – dijo YoonGi, soltando el lapicero y recostándose a la silla – en serio siento el estómago revuelto.

-¡Yo también! Pero solo 5 minutos, hyung... Creo que seremos muy famosos y tendremos dinero a montón, entonces ya no tendrás que trabajar como loco en esa cafetería y dejarás que por fin se termine de curar tu hombro.

-Creo que estás emocionándote demasiado. Nos tengo fe, NamJoon... a ti y a mí... pero hay demasiadas personas, todas con los mismos sueños.

-Pero ninguna tan ambiciosa... talvez nos costará unos años, pero vas a ver, hyung, las personas nos pedirán autógrafos.

-Y gritaran con solo ver nuestras torpes caras – siguió YoonGi.

-Y van a comprar nuestra música, llenaran nuestros conciertos y nos enviaran regalos caros...

- Iremos a todos lados y vamos a demostrarles que su dinero vale la pena.

YoonGi volteó a ver a NamJoon y este le sonrío tan hermosamente que por un segundo, el estrés abandonó el cuerpo del rubio. Unos segundos y todo cambiaría, dividiendo el camino en dos posibilidades demasiado marcadas... irían a la cima o simplemente, serían desechados.

Pensar en lo segundo, hizo que YoonGi tuviera miedo de darle click a ese pequeño botón, si nunca subían ese video o si lo subían más adelante, entonces podría seguir teniendo algo de esperanza... pero si lo subían y era un fracaso, entonces Nam y él tendrían que replantear muchísimas cosas y eso lo deprimía.

-¿Quieres hacerlo tú? – preguntó YoonGi a su dongsaeng. Nam era solo un año menor, pero el rubio sentía la responsabilidad de cuidarlo y eso implicaba tratar de hacerlo sentir bien, aunque fuera con pequeñas cosas como esas.

-Creo que eres el indicado para hacerlo... y hyung – dijo algo nervioso, llamando la atención de YoonGi,  quien volteó a ver al chico que estaba a sus espaldas, sentado en ese sillón del fondo - ... yo... bueno es solo que... - dijo jugando con sus manos y YoonGi pensó que eso era adorable – quería agradecerte desde antes, por todo lo que has hecho por mí y por permitirme crear esto contigo.

Nam no volteó a ver al mayor, estaba muerto de nervios y su corazón palpitaba fuertemente sin que supiera por qué lo hacía tan rápido. Estaba eternamente agradecido con su hyung, por haberle brindado todos esos consejos y por haber sido el amigo que cualquiera quisiera y debería tener. YoonGi lo impresionó desde el primer momento y lo hacía cada que le mostraba algo nuevo.

Aunque el rubio podía ser bastante aburrido y serio a veces, era todo un loco cuando estaba en el escenario y eso había cautivado el alma artista del menor, pues deseaba tener amistades y conocer personas que sintieran el mismo fuego que sentía él cada vez que estaba frente a un público.