18. ¿Debería estar feliz o llorar como un idiota?

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Contuvo el aliento cuando la puerta se abrió. Una chica desconocida los veía algo desconfiada y aunque estaba seguro que no habían pasado más que unos segundos, YoonGi sintió que ese tiempo fue eterno.

No estaba seguro de qué hacer, definitivamente no esperó ver a alguien ajeno abriendo la puerta de su casa. De pronto, las palabras se acumulaban en su boca y el nerviosismo comenzaba a marearlo.

- Uh... ¿se encuentra la familia Min? - preguntó, temiendo que ellos se hubiesen cambiado de casa sin avisarle.

- Sí... ¿puedo saber quién los busca?

-Claro, soy YoonGi, Min YoonGi para ser exactos - la chica pareció saber quién era YoonGi pues al segundo de mencionarlo, su cara desconfiada cambió a una un poco más amigable.

-Pase adelante, los señores Min están  en la sala y  su hermano debe estar por llegar.

YoonGi inhaló profundamente y se las arregló para esbozar una ligera sonrisa, aunque había salido muy forzada. ¿Quién era ella? No recordaba haberla visto por el barrio, ¿una amiga de su madre, quizás? Aunque lucía demasiado joven como para ser probable.

De pronto fue consciente de la mano de NamJoon aún envolviendo su propia mano y el cálido contacto era más que  alentador. Él no recordaba la última vez en la que había estado tan confundido, estaba nervioso por la reacción que tendría su familia al llegar de improviso y también se sentía profundamente  nervioso por su dongsaeng, nunca se habían tomado así de las manos y YoonGi no imaginó que en realidad, parecía estar necesitando ese contacto.

La chica les indicó que entraran y la nostalgia se apoderó de él cuando atravesó el pequeño pasillo, luego de descalzarse en la entrada. NamJoon lo seguía de cerca y YoonGi no supo qué pensar cuando le puso su otra mano en la parte trasera del cuello y lo acarició ligeramente.

Sus manos comenzaron a temblar y su cara estaba tan sonrojada que probablemente NamJoon lo notaría al verlo de frente.

- Dios mío.

Fue cuanto exclamó su madre al verlo entrar a la sala. Su padre dejó la calculadora y el libro que tenía en mano, en la mesita del costado y la chica los miraba con curiosidad a unos cuantos pasos de distancia. El corazón de YoonGi latía con fuerza y trató de sonreír un poco.

- Hola, mamá.

Un segundo después, tenía a su madre abrazándolo con una fuerza impresionante y YoonGi sintió sus ojos aguarse. El olor a fresas lo inundó por completo y en ese instante se sintió ridículo por no haber tenido el valor de regresar antes, por haber abandonado su hogar sin mirar hacia atrás. NamJoon  se apartó un poco de ambos, dándoles privacidad y entonces con  manos temblorosas, la abrazó de vuelta.

Se dijo que sería muy tonto si lloraba en ese momento, pero el nudo en la garganta era gigante y no ayudaba en nada que su madre ya estuviera llorando.

-¿Después de todo sí me extrañaste? - dijo tan  burlón a como pudo, pero no había una pizca de burla en sus palabras.

-No seas malagradecido, sabes que siempre voy a estar esperándote.

-Sólo bromeo - respondió y su voz sonó más ronca que hacía  sólo un par de segundos, el nudo en su garganta era enorme.

- Voy a calentarles sopa - dijo su padre y tras mirarlo a los ojos unos segundos, como si estuviera pensando que podía estar imaginándolo  de pie en la sala, salió disparado en dirección a la cocina.

YoonGi no supo por cuánto  tiempo estuvo abrazado a su madre y la verdad es que no le importaba. Sólo podía agradecer que no estuviera enojada con él por mantener tan poco contacto con ellos. Era cierto que ella nunca aprobó el sueño de YoonGi de ser músico, pero aparte de eso, jamás lo hizo sentir mal o rechazado.

Insulin by Mink (NamGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora