"Ser tu casualidad es lo mejor que me ha pasado en la vida. Ser parte de unos de tus capítulo es un privilegio. Pero mejor aun, amarte como nunca he amado a alguien es la experiencia más hermosa que jamás me haya pasado en la vida. Tu eres la perso...
De camino a casa, la señora Young no mencionó ni una sola palabra. Sin embargo, Derek no dejaba de balbucear palabras; o por lo menos eso era lo que entendía que hacía.
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Respire profundo, pensando en todo lo que había pasado y en lo que mis padres dirían al verme. En ¿cómo sería su reacción?, ¿si creerían mi historia? O ¿si viviría para contarlo? la verdad era que no me importaba lo que sucediera. Solo quería llegar a mi hogar para darme una caliente ducha, en donde seguramente me ahogaría en mi propio llanto. No quería aguantar las ganas de llorar, quería gritar, desahogarme, romper algo. Quería correr, huir lo más lejos posible, desaparecer y aparecer en un mundo donde nadie me conociera. Un mundo donde los problemas fueran fáciles de resolver. Donde existiera el perdón y no el rencor. Un lugar donde me pueda levantar cada mañana y no pensar en... en...Adam.
-Adam- mencione en un susurro y una pequeña lágrima se escapó; aquella persona que me ponía a temblar. Quien desde que lo conocí no ha dejado de invadir mi mente. Su sonrisa transmitía la calma, su tacto y abrazo protección y sus enormes y hermosos ojos seguridad junto a la sinceridad con la siempre confiaba. Para mí, él se había convertido en la persona más especial de mi vida. La persona de quien no me quería apartar nunca.
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Pero después de la discusión que tuvimos y el golpe que recibí al tratar de evitar que matara a Derek; no creo que entre los dos vaya hacer lo mismo que antes. Si tan solo hubiéramos dialogado nada de lo sucedido hubiera pasado.
Mire a Derek quien mantenía sus ojos cerrados, pareciese que dormía, pero solo descansaba o revivía los sucesos de hoy. La señora Young no apartaba su mirada de la ventana, quien seguramente estaba aterrorizada por lo ocurrido.
Matar a alguien por accidente, es algo que permanece vagando para siempre en nuestros recuerdos. Maquinamos con esa memoria tratando de olvidarla para siempre o la repetimos para descubrir cual fue nuestro error. Buscamos la manera de ver como podíamos haber resolvió o evitado las cosas para así evitarnos los problemas. Deseamos fuertemente que nunca hubiera pasado para así sentirnos libres de culpa y pena.
-Bien... fin del camino. – dijo el taxista sacándome de mis pensamientos.- serían 2.68 €.
Mire a la señora Young quien no hacia gesto alguno, se veía pálida e ida, como si no estuviera con nosotros. El taxista impaciente volvió a mencionar la cantidad de dinero que le debíamos, pero la señora Young no reaccionaba, ni siquiera lo veía a la cara. Segundos más tarde, se escuchó la cerradura de la puerta abriéndose. La señora Young salió del vehículo sin aviso alguno, solo se marchó, caminando a paso lento y pesado. El taxista llamo a la señora Young para que se diera la vuelta y pagara, pero sin hacerle caso siguió caminando.
