Séptimo Capítulo
El día paso bastante rápido, solo faltaban pocos minutos para la cena. He estado preparándome para lucir presentable. No quiero que mis nuevos vecinos me vean como una jovencita desarreglada, o sea como una persona que no sabe cuidar de su apariencia. De ello tuve que elegir un buen conjunto de ropa para mi hermano.
Mi madre solo estuvo haciendo postres en todo el día. Hizo un bizcocho de chocolate que termino en la basura, un pudin que no sabía nada bien y un cheesecake que también visito la basura. Así que optamos por ir a la panadería para comprar un bizcocho de almendra. Al final ya estábamos listos para la gran cena con los vecinos.
Yo tenía puesto un traje rojo corto, unos zapatos de tacón negro y mis anteojos; el cabello lo deje suelto como siempre. Llevaba en mano el postre que habíamos comprado (bizcocho de almendra). Camine hacia la puerta lista para salir al igual que mi familia. Estaba un poco nerviosa, porque sabía que conocería nuevas personas y además comería al frente de ellas. No me imagino la cara de ellos cuando vean a mi hermano comer con la boca abierta.
Mi padre cerró la puerta y caminamos hacia la casa de al frente. Mis manos comenzaron a sudar, mi madre caminaba despacio con unas flores en mano que le entregaría a la señora de la casa. Mi padre andaba practicando el saludo y mi hermano solo miraba para todos lados como un demente.
Llegamos a la puerta del vecino; mi padre toco la puerta dos veces y esta se abrió. Una señora mayor de unos 35-40 años de edad, pero elegante llevaba puesto un vestido negro pegado a su cuerpo, unos zapatos altos y el cabello corto hasta los hombros. Estaba parada en el marco de la puerta con una sonrisa enorme e hipócrita. Se notaba que antes había utilizado frenillos.
-¡Cariño, llegaron los vecinos!- gritó desde la puerta. Corrección, casi elegante.
-¡Buenas noches Sra. Young!- dijo mi padre extendiendo su mano para tomar la de ella y besar la suya. Qué asco, sabrá Dios por donde pasaron esas manos.
-¡Oh, buenas noches Sr. Torres!- dijo riendo- Pasen, pasen... son bienvenidos aquí- dice ella extendiendo su brazo al interior de la casa.
Al entrar noté que sus casa se parecía bastante a la nuestra, solo que esta tiene diseños y colores distintos.
-Le traje unas rosas. - dijo mi madre humildemente entregándoselas, pero ella solo retrocedió.
-Eres muy amble, pero yo soy alérgica a las rosas.- dijo mientras se tapaba la nariz.
-Lo siento, no lo sabía, mejor las cuido por ti.
-Gracias.
-Sra. Young estos son mis hijos. Madeline como la menor y Tomy el mayor.- dijo mi padre señalándonos.
-Buenas noches señora.- dijo Tom.
-Yo también tengo hijos, la mayor se llama Morticia de 17 años, Derek el del medio de 16 años y el menor es Lucas de 10 años.
-¡Vaya son muchos!- dije mirándola sorprendida.
-Solo son tres cariño, pero quien sabe, aun soy fértil. ¿Qué tienes hay?- dice ella pellizcándome el cachete y luego señalando la bandeja.
-Es el postre; bizcocho de almendra.
-No debieron molestarse.
-Eso no es problema.- dije con una farsa sonrisa.
-No, no, no... veras Lucas es alérgico a la almendra y Morticia esta a dieta.
-Al parecer, el perro también tiene una condición.- dijo Tom en forma de burla.
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Se alguien especial para mi.
Teen Fiction"Ser tu casualidad es lo mejor que me ha pasado en la vida. Ser parte de unos de tus capítulo es un privilegio. Pero mejor aun, amarte como nunca he amado a alguien es la experiencia más hermosa que jamás me haya pasado en la vida. Tu eres la perso...