Se alguien especial para mi.

Feliz

Sexto Capítulo 

Son las 9:00 p.m. de la noche, estoy sentada en una silla en Starbucks. Esperando a que le entreguen los dos café que Adam ordeno. Aun pienso en lo que había pasado. ¿Será que le intereso a Adam? ¿Pero en tan poco tiempo? Apenas lo conozco, pero cuando lo veo siento que llevamos años de conocidos. Siento como las mariposas revolotean en mi estómago cuando esta cerca de mí. Es una nueva sensación que me hace sonreír y a la misma vez me pone sensible. Me estaré enamorando o tal vez sea la menopausia. 

*Hablando con la conciencia* 

-¿Qué? Madeline, que estas pensando, dudo mucho que sea la menopausia. 

-Entonces que es. 

-No lo sé, ahí viene, solo actúa natural y no lo eches a perder. 

-Dios mío esta tan cerca, creo que voy a vomitar. 

*Adiós conciencia* 

Él se sentó al frente mío, solo estábamos separados por una mesa circular. No sé que fue lo que paso, pero comencé a reír como una demente. 

-Madeline, ¿Estás bien?- preguntó algo confuso. 

-Sí, sí, solo que no sé que me pasa. 

-Bueno, si tu lo dices.- dijo encogiéndose de hombros y tomando un sorbo de su café. 

-Adam, ¿yo te intereso?- pregunte seria y el comenzó a toser, al parecer la pregunta lo tomo por sorpresa. 

-Adam, ¿Estás bien?- dije entregándole unas servilletas. 

-Sí, sí estoy bien. Solo que la pregunta me tomo por sorpresa. 

-Pues y entonces. 

-¿Porque lo preguntas? 

-Por lo que paso hace un rato en el parque. 

-Ah eso, solo lo hice por amistad. Soy una persona bastante cariñosa. 

-Bueno si tu lo dices.-dije sin más. 

Pasaron 40 minutos y ya estábamos de camino a nuestras casas. Al llegar frente a mi casa sabia que debía despedirme y darle las gracias por todo. Pero antes de que yo hablara él hablo. 

-Madeline, me das tu número de teléfono. 

-¿Para qué? 

-Para estar en contacto contigo. 

-¡Oh!, no te lo voy a dar. - dije cruzándome de brazos. 

-¡Ah no! - dijo cruzándose de brazos también.  

-No. 

-Está bien. - dio marcha atrás y corrió hasta donde mí, me cogió por la cintura y me cargo en su hombro, dio vueltas y vueltas y vueltas que ya me estaban mareando. 

-Adam ya suéltame. - dije entre risas. 

-No hasta que me des tu número. -siguió dando vueltas. 

-Está bien, está bien, te lo daré solo bájame. 

-Promételo 

-Lo prometo - y me soltó 

-Dame tu teléfono- dije, pidiéndoselo. 

-Toma.- marque mi número y lo guarde en sus contactos. 

-Ya esta, aquí tienes.- dije entregándole el teléfono. 

-Gracias 

-Nos vemos mañana.