Capítulo 56.

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Capítulo 56.

Capítulo especial.

Título ; Federico + beso.

Corrió por casi toda la ciudad a pesar de cansarse con tan solo caminar por cuatro minutos, Micaela llegó a su rumbo y fue a una cafetería en la cual estaba dispuesta a tomar un poco de agua fría o algo que hiciera que su garganta no se secará tanto como en ese momento pero al revisar sus bolsillos se dio cuenta de que lo único que tenía era tan solo una moneda la cual no le alcanzaría para absolutamente nada de valor, trago saliva y respiró con dificultad antes de cruzar la calle, tan distraída iba que no pudo notar el auto que venía hacía ella pero al caer en cuenta de esto ya era tarde, su suerte era mucha ya que la persona que conducía del mismo pareció notar su presencia y al verla detuvo del mismo, respiro como nunca en su vida aunque tuviese muchos problemas no quería morir atropellada, había tenido pesadillas con ello desde pequeña y sería la peor muerte que podría tener si era aquella.

El joven salió del auto y se aproximo a ella, tocó su cabello y la abrazó sin conocerla como si se hubiese sacado un peso de encima y así fue porque sabía que al atropellarla estaría cometiendo un delito el cual solo se pagaba con cárcel.

— ¿Estás bien? —preguntó con la respiración agitada el chico antes de separarse de Micaela y visualizarla de arriba hacia abajo,— te me haces muy familiar.

— Lo siento pero usted a mi no y no creo que sea debido que un señor al cual no conozco me abrace de esa manera —respondió con frialdad queriéndose ir pero el joven la detuvo.

— Por favor no me hables de usted tan solo tengo 27 años, no creo que sea para tanto ¿o sí? —respondió con amabilidad ofreciéndole una amable sonrisa a Micaela quien tragando saliva lo volvió a mirar.

¿Acaso estaba loco que la trataba como si se conocieran de hace años?

— Debo irme, un gusto —nuevamente el brazo del chico la detuvo y esta la cansada quiso golpearlo pero él en un rápido movimiento apartó su mano.

— Espera, déjame reparar el error, por lo que veo eres una chica desamparada y no creo que una joven tan hermosa deba andar en la calle a estás horas de la noche, con todo respeto por supuesto —volvió a sonreírle, esa sonrisa no le causaba miedo a Micaela pero desde pequeña le enseñaron a no meterse con desconocidos así tengan una cara de ángel como lo era ese hombre en aquel caso.

— Muchas gracias pero no.

— No me rechaces por favor, tan solo te invito a cenar en casa y luego ya decidirás si irte o no, me siento muy culpable por casi atropellarte —hizo una mueca y se veía arrepentido, Micaela no tenía el corazón como para decirle que no con aquella expresión así que solo asintió con la cabeza y se subió al auto.

Era bastante lujoso tanto por dentro como por fuera, para ser un hombre tan sencillo tenía un auto bastante lujoso.

**********

La casa era exactamente igual, ni tan grande ni tan pequeña pero a final de cuentas por dentro también era lujosa al igual que el auto, podría decir que estaba en una de las casas más hermosas pero decidió guardarme el comentario y tan solo entrar a la casa, era muy grande como para que viviera él solo allí. Me miró por unos segundos y luego sacudió su cabeza antes de volver a sonreír con amabilidad, podría acostumbrarme a esa sonrisa toda la vida si fuese posible, me daba positividad y eso que apenas lo conocía.

— Que idiota soy ¿deseas un poco de agua, jugo u alguna bebida? tú tan solo pide que yo te complazco —respondió tomando una campana que se encontraba justo encima del comedor, tocó de esta y de la cocina salió una chica bastante joven con un traje el cual era de sirvienta, eso aclaraba todas mis dudas, estaba con un hombre muy adinerado.

Conviviendo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora