Capítulo 28.

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— ¡Fíjate por donde vas hueco! —reclamo Micaela quien había chocado de manera impactante con Gonzalo, este se había dignado a salir de su habitación y si era sincera, prefería que se quedará encerrada en ella y no saliera más.


— Mira quien habla de huecos —rió cínicamente, ese era el Gonzalo que tanto despreciaba y odiaba.


— ¿Acabas de insinuar que soy hueca?   —pregunto acercándose aún más a él.  


— No muñeca, como crees que yo voy a decirte hueca a ti, para nada, si eres muy inteligente. Tan inteligente que pones una plancha en una camisa para esperar que la plancha se caliente, eso solo se le ocurre a un cerebro muy brillante —respondió sarcásticamente, al verla quererse venir encima de él tomó su mano la cual estuvo a punto de estamparse en su mejilla, apretó tan fuertemente de esta que Micaela no tardó en comenzar a gemir del dolor que estaba causándole Gonzalo.


— ¡SUÉLTAME IDIOTA, ME ESTÁS LASTIMANDO! —trató de empujarlo pero su fuerza la debilitaba.


— Que horror que te lastimen ¿cierto? —apretó aún más fuerte su brazo y en ese momento ardió troya, Micaela se logró zafar de su agarre y al verlo correr, corrió detrás de él y en cuanto estuvo justo frente a su cuerpo coloco su pie en medio del camino de Gonzalo haciendo que este cayera al suelo y se golpeara de manera fuerte y ruidosa, todos comenzaron a salir de sus habitaciones a presenciar aquella escena en la cual ambos jóvenes se encontraban en el suelo lastimándose el uno al otro.


A Gonzalo le estaba sangrando la nariz debido al golpe mientras a Micaela comenzaba a arderle el cuerpo gracias a lo fuerte que Gonzalo se encontraba tocándola, cuando la situación comenzaba a salirse de control y todos notaron que tanto Micaela como Gonzalo comenzaron a llorar los separaron a ambos, no habían actuado pensando que se trataba de un simple juego pero pareció no ser así.


— MALDITO AGRESIVO —quiso zafarse del agarre de Nacho quien al igual que Gonzalo como segundos antes se encontraba apretándole fuertemente de la cintura.


— ¡MIRA QUIEN HABLA DE AGRESIVIDAD, LA VILLERA DEL AÑO! —también quiso zafarse del agarre de Bruno pero este no lo soltó porque sabían que si esos dos llegaban a ser sueltos se matarían, literalmente.


— ¿¡QUÉ DEMONIOS LES SUCEDE!? ¿SE DAN CUENTA QUE ACABAN DE GOLPEARSE? LES PERMITO PELEAR, DISCUTIR TODO VERBALMENTE PERO AQUÍ USTEDES NO VAN A VENIR A GOLPEARSE FÍSICAMENTE —gritó Pablo quien estaba igual o quizás más enojado que ambos jóvenes, los tomó a los dos de los brazos y los llevó hacía la habitación de Sergio, tomó rápidamente la llave y allí los encerró.


— ¿No quisieron llevarse bien a la buena? bien, ahora maténse pero a las malas —habló Pablo quien se retiró de allí.


Nacho y Florencia quienes se sonrieron chocaron sus puños, todo había salido a la perfección y sabían que Gonzalo y Micaela saldrían de aquella habitación tomados de las manos.   




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