Capítulo 14.

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Cuando todos ingresaron en sus fosas nasales se pudo sentir el olor a alcohol y cigarro, ese fue un olor que llamó la atención de Nacho y Sergio quienes rápidamente fueron a la barra de bebidas y pagaron dos botellas de las más grandes de wisky, la botella más fuerte y otra más pequeña de tequila porque si habían ido era para tomar y si tomarían serían tragos fuertes no cerveza ni nada por el estilo, se sentaron en una mesa alejada de la pista de baile y de uno de los tantos jóvenes que se encontraban vomitando hasta lo de la comida del año pasado.


Quién tomó el primer trago fue Gonzalo que hizo fondo blanco y seguido de él lo hizo Sergio quién tomó con más rapidez ya que todo aquello trataba de una competencia y lo que había empezado calmado se había descontrolado, todos se encontraban tomando hasta Bianca quien no era de tomar, Gonzalo sacó a Bianca a bailar y Pablo a Micaela lo raro de esa situación también fue que Nacho había sacado a Florencia.


Paula con Bruno y Sergio celoso porque Nacho haya sacado a su chica fue en busca de cualquier regalada y se puso justo al lado de ellos, Micaela en busca de un poco de juego y de darle una buena lección a tanto como a Bianca y a Gonzalo, tomó las manos de Pablo y las llevo hacía su espalda para así deslizar de manera lenta de esta hasta posarlas en su trasero, el chico al principio rió pero ante lo ebrio que estaba le siguió el juego a la rubia y esta como toda aprovechada junto sus labios a los de él, ese sabor a wisky y tequila pronto se mezclo e hizo que un escalofrío de los buenos recorriera el cuerpo de ambos, estaban disfrutándolo en especial Pablo, él se acostumbraba a aquellos besos inocentes que tenía con Bianca pero ahora no solo estaba teniendo uno salvaje incluyendo guerra de lenguas sino uno en el cual estaba manoseando el mejor trasero que haya podido ver en su vida y debía admitirlo, desde que Micaela entró por aquella puerta llamó su atención y no solo ella sino que también su hermana y estaba seguro que todos sus compañeros opinaban lo mismo.


Bianca observo aquella situación y aunque no estuviera en sus cinco sentidos entendió lo que Micaela quería lograr así que tan solo la fulmino con la mirada y siguió bailando con Gonzalo sabiendo que si demostraba que no le afectaba eso le afectaría muchísimo más a ella, al enemigo le duele cuando no sufres y bueno eso era lo que estaba haciendo la pequeña, disfrutar de su baile con Gonzalo quien no se había propasado en ningún momento es más hasta estaba demostrando ternura ya que sus pasos eran lentos y suaves mientras sus manos se encontraban entrelazadas a las de ella de vez en cuando creando una fricción delicada y adorable, eso era lo que tanto le llamaba la atención de Gonzalo, que fuera tan adorable y detallista con ella.


— ¿Te puedo confesar algo? —susurro Gonzalo, él estaba pasado de copas pero sabía a la perfección lo que decía y hacía.


— Claro —respondió Bianca.


— Siempre me pareciste bonita —le sonrió de oreja a oreja y Bianca hizo lo mismo haciendo que sus hoyuelos se marcaran a los lados de sus mejillas, esa era la sonrisa más perfecta que el castaño pudo haber visto en toda su vida, ella en si era perfecta.


— ¿Te confieso algo?—susurro ella también.


— Sí —asintió él con la cabeza.


— Tú también siempre me pareciste bonito —volvieron a sonreír y continuaron bailando de la misma manera, suave, con delicadeza y con las manos entrelazadas.

Conviviendo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora