SEIS

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El taxi me dejo cerca al lugar, preferí caminar un poco antes de llegar a donde estaba Fher.

Hace mucho tiempo atrás tuve una vida llena de diversión, no me importaba pisar a alguien por lograr mis objetivos, eso le molestaba un poco mejor dicho bastante a mi papá ya que el siempre decía que la humildad era lo mas importante en una persona, yo en ese tiempo no estaba de acuerdo con eso de la humildad.

El día después del accidente de ellos, muchas personas que jamas había visto estaban en el funeral, entre los cuchicheos que escuche, todos hablaban de las grandes personas que eran mis padres y que ellos no merecían lo que les paso, que Erick y yo eramos unos hijos excepcionales y perfectos, eso me hizo reflexionar bastante ya que yo siempre fui la oveja negra de la familia, desde pequeño solo me gustaba meterme en problemas, tal vez por eso siempre lo admiraron mas a Erick casi siempre lo complacían en todo y él me hacia bullying y me echaba en cara por ser yo así.

Tiempo después intente estudiar después del accidente de mis padres para poder acceder a sus acciones en la empresa que tenían pero tuve que conocer a la horma de mi zapato y tiempo después tuve que dejarlo, así fue como los socios de mi papá nos quitaron los derechos a todo y la perdimos, tiempo después encontré el trabajo en el que estoy ahora, cambie mi actitud arrogante y me deje invadir por la humildad. Ahora casi siempre tenía buena actitud y ayudaba a los demás sin pedir nada a cambio.

El lugar reventaba con gente, casi no logro entrar hasta que llegue donde estaba Fher, como siempre apoyado en la barra intentando coquetear con alguien.

—¡Hey llego el hombre de la noche! —Anunció mi llegada. —¿Porqué esa cara?

—Un par de chicas casi me tiran su cerveza encima.

Fher sonrió.

—¿Y...estaban lindas?

—La verdad ni me fije.

—Bueno ya estas aquí y la pasaremos de joda, ahora si aparece alguna chica bonita que te guste tu solo avisas y yo hago el charle.

Empezamos dirigiéndonos a un rincón de la fiesta donde se veía todo, me abrazaba del cuello pero mas que eso parecía que me ahorcaba.

Entre Fernet y Cervezas con algo de Tequila se me fue apagando la noche y con ella los recuerdos de haberla pasado bien. Conocí un par de señoritas bastante simpáticas y bellas pero nada mas que solo risas y charla paso con ellas.

Cuando el sol salia por el Este fue que decidimos dejar el lugar y volver a casa, ya quitándose me el alcohol reaccione y caí en la cuenta de donde estaba, la pase bien, volví a ver a un par de amigos que no veía hace muchos años atrás, me divertí bastante.

—¿Cómo la pasaste?

—Bien, muy bien, eso me hacia falta, la verdad que hace años que no la pasaba así de bien.

—Eso fue cuando decidiste volverte aburrido y me abandonaste en el mundo de las fiestas.

—Tranquilo, solo que a veces debemos pisar tierra y darnos cuenta de que en la vida no todo es el alcohol.

—Ok, ahora baja de mi auto, entra a casa, duchate y duerme. Mañana empieza lo mejor de nuestras míseras vidas

Entre a casa y morí en mi cama.

*****

Cuando abrí los ojos la Luna se metía por mi ventana, me imagine volando por el norte de la ciudad intentando llegar a algún lugar pero no se por que motivo aparecí encima de un cuerpo femenino y pensé: Volando por el norte de tu cuerpo estoy mejor. Sonó gracioso pero así quedo bien, aunque fue algo extraño.

Intente volver a dormir pero no pude y además mi estomago reclamo comida, así que baje a atacar el refrigerador pero solo encontré pan y mantequilla, manjar de los dioses pensé y me auto dibuje una sonrisa malévola.

Volví a la cama con mis dos panes con mantequilla y jugo de durazno que licúe de una lata, algo es algo así que no había lío, cuando de pronto unos ruidos raros que provenían de la habitación de Erick llamaron mi atención, decidí acercarme a verificar de que mi hermano no este en peligro, al acercarme los ruidos se aclararon y caí en la cuenta de que alguien la estaba pasando bien, así que lenta y sigilosamente me aleje con dirección a mi habitación.

*****

—¿Que tal tu fin de semana? —Increpe a Erick.

—Bien, ¿y el tuyo? —Me devolvió la pregunta.

—Unos ruidos raros como si fueran gatos en celo no me dejaron dormir anoche pero después todo bien.

Me desvío la mirada rápidamente y me ataco con otra pregunta.

—¿La fiesta?

—Espectacular, la pase de maravilla, la próxima te llevo y también invitas a tu amiga si quieres.

—¿Que amiga?

—Erick no te hagas al que no sabes nada, escuche todo anoche.

—Esta bien, esta bien, no me acorde que ya habías llegado en la mañana y tampoco conté con que despertaras a media noche en busca de comida, tranquilo no volverá a pasar.

—¿Que crees que soy papá o mamá? —Sonreí— No te estoy reclamando nada, al contrario me agrada saber que hayas estado con alguna señorita a solas.

—Perdón, es que perdí la cabeza, me asuste y creí que me reclamabas por los ruidos o por faltar a la casa trayendo a una extraña pero si la ruca estaba buena y andaba lanzándome los perros ya hace bastante tiempo.

—Bien por ti hermano, ¿la conozco?

—No pero ya lo harás, solo no vayas a mandarte alguna cagada o esas cosas que solo tu sabes hacer y arruinar todo.

—¡Pero si yo soy un santo! —Exclame en voz alta y haciendo un aró alrededor de mi cabeza.

Erick solo sonrió

—Creo que ya es hora de irnos, iré a encontrarme con los chicos de la oficina para luego vernos allá, ojala me sorprendas.

—Veras que no habrá arrepentimientos, tu y tus amigos la pasaran de maravilla, sera la mejor inversión de tu vida.

Ambos reímos bastante mente fuerte y salimos de la casa con rumbos diferentes.

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