TRECE

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Los días iban pasando, las clases teóricas se acababan, de vez en cuando rogaba para quedarme en algún momento a solas con Chase, aunque aun no sabía como decirle que Jazz y yo no iríamos al campamento para poner en práctica todo lo aprendido, no sabría como reaccionaría, si se enojaría o solo no le importaría, eso solo significaba que aún no lo conocía muy bien, tal vez eso me asustaba un poco, un poco mucho o tal vez mucho, a pesar de que me dijo que yo también le gustaba solo paso eso y no me dijo nada más, aún quedaba la duda de si él podría sentir por mi, algo mas que solo un simple gusto, ¿porque siempre nos pica esa duda?, esa punzada de sabor a nada me volvía loca.

Solo me quedaba como tonta mirándolo, a veces pensaba que lo ponía nervioso, eso me resultaba gracioso, pero en parte me daba pena porque se equivocaba en lo que hacía y las demás personas se reían de él pero el también se reía con ellos, esa seguridad en si mismo era asombrosa.

Aprendimos a hacer descenso haciendo Rapell y también ascenso el primer día, usando una técnica poco convencional según ellos, con un nudo llamado Prusik, eso fue algo chistoso pero en fin, técnicas de sobre vivencia que jamas había visto o conocido, eso nos serviría mucho en el campamento, al cual ni Jazz ni yo iríamos pero de alguna forma lo volveríamos a tomar, tal vez en la próxima vacación, tampoco es que perdería contacto con Chase, eso no sucedería o al menos eso quería pensar.

—Hola. —me tomo por sorpresa como siempre por detrás.

—Un día de estos lograras que me de un infarto. —lo golpee en el hombro suavemente.

Sonriendo dijo.

—No creo lograr tanto en ti, así que eso no sucederá, tranquila. —me guiño un ojo.

—Eso es lo que tu creés, pero sabes bien que no es así. —esta vez yo le devolví el guiño.

El solo me volvió a sonreír

—A veces, me tienes como un loco dibujando...

Me acomodo un mechón de cabello suelto detrás de la oreja y se quedo callado mirándome.

Lo mire haciendo ademán de que terminara su frase, volvió a sonreír y me dio la espalda.

—Creo que deberíamos volver con los demás, ya debió pasar la hora del descanso, además... —lo tome del brazo y lo jale hacia mi, fijándome que nadie nos viera.

—¡Termina lo que ibas a decir! —le exclamé.

—Es solo que a veces... Con tu sola presencia... Me llenas el vacío, me cambias la visión, me tienes como un loco dibujando a donde vaya un corazón con tu sigla y la mía dentro de ese corazón, a veces... Siento que tu mirada me abraza, siento paz interior, tu cariño me cura el dolor que alguna vez sentí, me aceleras el latido, me cambias la intención, tu me tienes como un loco dibujando donde yo vaya un corazón.

Me quede como estúpida mirándolo, jamas me habían dicho algo tan lindo como eso, en ese momento pensé en lanzarme a sus brazos y besarlo como si fuera el fin del mundo o como si nadie pudiera vernos, incluso mis ojos se inundaron de lágrimas.

—Hey tranquila, solo quería sacar eso de mi cabeza y decirte lo que pienso y siento, no quería que te pongas así.

Me di la vuelta para limpiar mi rostro.

—No, perdona me tu es solo que nadie me había dicho cosas tan bonitas jamas. —quise acercarme para abrazarlo y besarlo, pero el me detuvo agarrándome los hombros.

—Jenna eso me haces sentir, pero no podría arruinar nuestra amistad dando otro paso, tal vez no sea lo que esperamos, tal vez tu y yo no estamos destinados a estar juntos...

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