Un Tierno Error [Tomco] [Tomarco]

Capítulo 10: Una Vieja Historia [parte 3- final]

Aclaración: este es el final del flashback, no de la historia completa. Aun queda mucho por venir y tal vez un pequeño spoiler para el siguiente capítulo.

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Se habia quedo atónito, su mirada baja y su cuerpo tembloroso daban mucha nostalgia. No podía soportar lo que decía el sirviente, ir a ver al hombre que según era su "padre" pero el ya no lo consideraba como uno, nunca lo fue y nunca se preocupo por él. Pero ahora lo llamaba después de las palabras que le dijo, que descarado. Lo trato con desprecio y si bien sabia jamás tendría el valor para verlo a los ojos, lo despreciaba y ¿Quien no?

El rey del Infierno era el más odiado en todas las dimensiones tanto por su mal carácter y desprecio hacia los demás.  Todo lo contrario de él, pues se había ganado el respeto del pueblo de Mewni  viviendo como un aldeano común y corriente. Tenia un trabajo en una tienda a la cual estaba ahora en más a su nombre pues el dueño al no tener heredero se lo dejo todo a él por ser su empleado de confianza, y por cuestión de cortesía no rechazo la oferta, pero esto era algo completamente diferente, el verle la cara de nuevo a esa persona le causaba náuseas. Por un momento corto se quedo pensativo para luego mirar al sirviente que esperaba una respuesta.

-Yo no conozco a tú Señor y es mejor que te retires porque no quiero tener problemas- dijo para luego cerrar la puerta en la cara del sirviente que se había quedado atónito tras la respuesta del joven de ahora 121 años.

-Por favor, se lo ruego no puedo irme sin usted- decía mientras golpeaba un poco la puerta intentando que abriera.

Abbadon con enojo posó su cuerpo en la puerta hechando un suspiro cansado, estaba enojado y el verle la cara a ese tipo no le resultaba nada grato en estos momentos. Su rabia crecía hasta que sintió como unos brazos pequeños rodeaban su cuello con algo de fuerza, con eso esa rabia se fue por un momento pero no duró mucho cuando de la puerta volvió a escucharse los golpeteos.

-Por favor, venga conmigo. Esto es muy importante- dijo aun del otro lado de la puerta esto empezaba a molestarlo de más pero con calma contesto.

-¿Porque le tienes lealtad a ese hombre? Tienes la oportunidad de irte y de ya no ser tratado como un perro o que te jodan el culo con sus ordenes. Dime...¿Porque?- sí, fue algo irrespetuoso pero así lo veía a su parecer.

-....- no hubo respuesta alguna por parte del sirviente, pero luego se escuchó con un leve susurro -Puede que no sea un buen hombre, pero le debo mi vida.... Por favor, venga conmigo-

Por un momento su rabia se había ido pero no podía aceptar ir a ver a ese tipo sabia que no se controlaría si se lo llegaba a encontrar cara a cara otra vez, se quedo pensando por un momento acariciando con su mano derecha su cabello exhausto. 

-Abbadon...- se escuchó la vos de su esposa, quien ahora acariciaba su mejilla sonriéndole con ternura, sabía lo que tenia que hacer y lo haría todo por ella.

Abrió la puerta mirando al sirviente que se encontraba sorprendido pero antes de que este pudiera emitir una palabra el ahora príncipe se le adelanto.

-Iremos contigo, no voy a dejar a mi familia aquí- dijo mientras le entendía su hijo a Atenea quien gustosa comenzó a explicarle un poco a su pequeño a donde irían.

-¡¡Gracias Señor!!- dijo el sirviente con una sonrisa de oreja a oreja.

~*♢*~

Entraron por las enormes puertas del castillo que estaba tal y como lo recordaba, mientras que Atenea y su pequeño demonio sonreía de la emoción.