tres

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Harry esperó a que Willow llegase a casa de clase. Vio su coche detenerse, pero Willow no fue a visitar a Harry. En lugar de eso, entró directamente a su casa y cerró la puerta de golpe. Él se preguntaba si se encontraba bien, o si tuvo un mal día en el instituto.

El rizado esperó a que le visitara, pero los segundos se volvieron minutos, y los minutos, horas. Willow nunca llegó.

Harry no recordaba haberse quedado dormido, pero cuando se despertó con los zarandeos de Willow, sabía que era más de medianoche.

- ¿Willow? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué hora es?

- Son las dos o las tres de la mañana más o menos. Era incapaz de quedarme dormida, tuve una discusión con mis padres.

- Oh.

- Siento haberte despertado pero me sentía muy sola.

- No pasa nada. ¿Estás bien?

- Sí, bien.

- ¿Quieres hablar sobre ello?- dijo Harry mientras ella se sentaba a su lado.

- Solo es que mis padres están controlando mi vida y no me dejan opinar a mí.

- ¿A qué te refieres?

- Han estado planeando mi vida desde que respiré por primera vez. Han elegido mi universidad, el coche, mi trabajo, qué color de esmalte debería utilizar y a veces hasta mi ropa. Tengo 18, puedo manejármelas sola. Mi futuro no es exactamente lo que planearon y no quiero defraudarlos.

- ¿Cuál es tu futuro, Willow?

- Bueno, quiero viajar. Quiero visitar ciudades desoladas por la noche, quiero hacer viajes, ir a cafeterías a medianoche y escribir en mi diario mientras bebo café. Quiero tener conversaciones sosas en mitad de la noche sobre cosas aleatorias, o pasar el día entero en la biblioteca, quiero ser capaz de vivir mi vida sin tener a personas juzgando cada uno de mis movimientos constantemente, asegurándose que estoy tomando las decisiones correctas, pero no soy perfecta y una vez que cometo un error soy la peor hija del mundo.

- No sé qué decirte. Vivo al lado de un contenedor. Pero algo sí que voy a decirte y es que, la vida es corta. Si quieres viajar o ir a cafeterías en mitad de la noche, hazlo. Porque una vez que lo haces, nadie puede detenerte. De hecho, solo tú puedes detenerte a ti misma. Estás aquí fuera conmigo a las tres de la mañana. Podrías estar en un café ahora mismo escribiendo en tu diario. ¿Qué te detiene?

- ¿Sabes qué, Harry? Tienes razón. Siempre cargo con un peso constante sobre mis hombros y ahora tengo que tomar tiempo para mí misma y hacer lo que yo quiera.

- Me alegra que te des cuenta.

Willow miró al suelo de hormigón y sonrío dulcemente.

- Oye, Harry.

- ¿Sí?

- ¿Qué tal si vamos a un café ahora mismo? Conozco uno que está abierto 24 horas y no está muy lejos así que podemos ir dando un paseo.

Él sonrió.

homeless // h.s  (español) [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora