trece

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Punto de vista de Willow.

***

No sé por qué decidí hacer lo que estoy haciendo ahora mismo, pero me alegra tener a Harry a mi lado.

Un viaje rápido a NYC, eso es todo. Quién sabe qué haremos, probablemente solo exploremos la ciudad durante tres horas máximo, y luego tendremos que volver a este aburrido pueblo de mierda.

Pero ahora mismo, estoy aquí, con Harry. Mi mano está fuera de la ventanilla que bajé previamente, sintiendo el caluroso viento de verano. Mi cabello está volando por todas partes; y Harry, está conduciendo. Su pulgar tamborilea en el volante al ritmo de la música que hemos puesto. Le miro y le admiro. Se pueden ver las luces de los coches reflejadas en sus ojos, la punta de su barbilla; se puede ver su ceño fruncido, y se puede ver su mirada de cansancio. Pero es atractivo, mucho.

Ahora habla sobre cómo una vez que estaba conduciendo con un amigo se saltó un semáforo en rojo y posaron para la foto que sacó el semáforo. Hace que una absurda historia suene tan placentera. Su pulgar se desliza por el contorno de sus labios, y mis ojos se deslizan por todo él.

Tenemos un viaje de dos horas, sin contar el tráfico. Llevamos conduciendo media hora, Harry me hace preguntas estúpidas pero de alguna manera terminan convirtiéndose en preguntas más serias.

- ¿Por qué eres así, Willow?- me pregunta.

- ¿Así cómo?

- Una chica que tiene la imagen de la hija perfecta pero que está aquí fuera con un tío inútil cualquiera conduciendo a Nueva York con probablemente el coche de sus padres, y sin importarle una mierda. ¿Por qué?

- Ya has visto todos los coches que tiene mi padre en ese garaje, no se darán cuenta.- le digo.

Y se ríe. Con su preciosa sonrisa y su precioso hoyuelo.

- No lo sé, Harry. Estas cosas... Simplemente no las planeo. Si quiero dar una vuelta de 9 km en bicicleta, la daré, y podría ser a la una de la madrugada. Tengo estos pensamientos y creo que me llegan por una razón. Soy insensible, Harry. Necesito sentir algo. Correré bajo la lluvia hasta que esté tiritando o empiece a tener un ataque de estornudos. Haré lo que sea para sentir que estoy en este planeta por alguna razón.

Él intenta decir algo pero le detengo. No he terminado. 

- Esta imagen de hija perfecta que tengo, no la quiero. Todo el mundo me conoce como esa chica que consiguió una beca para Harvard, la chica que tiene todo sobresalientes, la chica que no va a fiestas ni bebe ni fuma, soy la santurrona. Si esa gente pudiese verme ahora... Quiero ser lo contrario a lo que la gente cree que soy.

- Eres rara.- me dice Harry.

- Gracias. ¿Un cigarrillo?- le pregunto y me mira con sorpresa.

Solo se me queda mirando, fijamente. Saco un cigarrillo y lo enciendo en mi boca. Le doy una calada y le miro.

- ¿Y bien?

Le pregunto una vez más.

- ¿Qué? Deja de mirarme y mantén la vista en la carretera. Entonces, ¿quieres que te encienda uno o no?

- Vale.

- ¿Cuándo empezaste?- le pregunto mientras le entrego su propia máquina de la muerte.

- Segundo de bachillerato.

- Hoy.- le digo yo.

- ¿Por qué decidiste hacerlo?

- Para que pueda sentir algo.

Sé que fumar es malo y sé que hay más posibilidades de tener cáncer si fumas, no es como si fuese adicta. Probablemente sólo use este paquete y no vuelva a fumar nunca más.

- Estás loca.- me dice Harry.

- Dime algo que no sepa.

homeless // h.s  (español) [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora