veinte

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Parecía que había pasado una eternidad, pero Willow estaba en el café en el que Harry trabajaba, escribiendo en su diario mientras esperaba a que él saliese de trabajar. Le gustaba verla sentada en una mesa, hacía que su día se pasase más rápido. A ella le gustaba esperarlo, le hacía sentirse mejor.

Escribió sobre cómo un agujero vacío podía ser llenado, la vida, café, y quizá, pero sólo quizá, amor.

- Hola, bebé. ¿Puedes pasarme el plato de aquella mesa?- le pidió Harry desde detrás del mostrador.

Willow dejó su bolígrafo y levantó la vista.

- No trabajo aquí, Harry.

- Bien, guay. Ahora, ¿puedes pasarme ese plato? Solo tienes que estirar los brazos.

Suspiró y cogió el plato, para luego caminar hasta el mostrador en el que estaba Harry.

- Gracias, amor.

- ¿Mi propina?

- Te he dado café gratis.

Willow suspiró, sabiendo que había perdido esta ronda.

- Date prisa, tengo hambre.

***

- ¿Sobre qué escribiste hoy?- preguntó Harry mientras comía su gofre.

- Sobre ti.

- Ah, ¿sí?

- Si, sobre la pena que das.

- Y pensar que pensé que estábamos teniendo un momento bonito.

- Es mentira, aunque si que escribí sobre ti. Sobre cómo tu cabello me recuerda al café.

- Qué raro, tu café no tiene rizos.

- Eres graciosísimo.

- Lo sé. Bueno, ¿algo en especial que quieras hacer hoy?

- Son las nueve de la noche, Harry. Mi padre estará en casa pronto. ¿Puedes simplemente llevarme a casa después de esto?

- Sí, supongo.- dijo Harry agachando la cabeza. 

- ¿Va todo bien?

- Es solo que en dos semanas te vas a la universidad y casi no tenemos tiempo de vernos. Y odio tener que estar viéndonos a espaldas de tu padre.

- Vale, a ver qué te parece esto. Le diré a mi madre que se invente una historia para contarle a mi padre y así poder llegar a casa más tarde de lo normal. Máximo las once. Y luego las siguientes dos semanas, serán las mejores de nuestras vidas. Podremos ir de aventura, viajar, o simplemente no hacer nada en todo el día. Me da igual siempre y cuando acabemos este verano de una forma memorable. ¿Tú qué crees?

- Creo que me encanta la idea.

- Pues la primera noche empieza hoy. Llamaré a mi madre para que me cubra, y luego ya veremos qué hacemos. ¿Vale?

- Vale.- contestó Harry, y besó la mejilla de Willow.

- Llamo a mi madre ahora mismo, dame cinco minutos.- dijo antes de salir del restaurante.

Cuando volvió, le contó a Harry que su madre iba a decir que se había quedado en casa de una amiga a dormir. Y puede que también mencionase que se... protegieran.

- La noche uno de catorce empieza ahora. ¿Qué deberíamos hacer?

- ¡Genial! Vayamos a un parque.

- Después de ti, Styles.

Era el parque en el que Harry y Willow confesaron que se amaban. A pesar de que no hubiesen tantos obstáculos para jugar a parte de columpios y toboganes, este parque siempre ocuparía un lugar especial en sus corazones. 

Se sentaron en un banco agarrados de la mano, la cabeza de Willow en el hombro de Harry, dos corazones latiendo rápidamente. El silencio era cómodo, solo el sonido de la fuente y dos amantes perdidos en el amor, y palabras.

- ¿En qué vas a especializarte?

- Educación. Quiero ser maestra de primaria.

- ¿De verdad? Eso es bonito.- dijo Harry.

- Sí. Nunca he tenido hermanos pequeños, o hermanos, en general, así que estar con niños pequeños todo el día parece divertido. Para mí, al menos. Es diferente para todos.

- ¿Ves hijos en tu futuro?- preguntó él.

- Claro. Aunque quiero adoptar. No sé. Mi futuro acaba de comenzar, Harry. Pensar en tener hijos es el menor de mis problemas.

- Lo entiendo. Estoy feliz por ti. Voy a echarte mucho de menos cuando te vayas.

- Lo sé, yo también.

- Supongo que tendré que ligar con mis clientas entonces.- bromeó Harry y Willow le respondió pegándole en el brazo.- ¡Ay! Haces eso mucho.

- Me irritas mucho.

Harry rió.

- Te quiero, solo a ti.

- Yo también te quiero, Harry. Solo a ti. Y no sé por qué, pero considérate afortunado.

- Oh, soy el hombre más afortunado del mundo.

- Y yo estoy muy feliz.- dijo ella, con una sonrisa formándose en su cara.

Dos corazones latiendo, a la par. Dos corazones cicatrizando, arreglando la vida del otro. Dos corazones hechos el uno para el otro, solo para ellos.

homeless // h.s  (español) [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora