veintiuno

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Se acercaría a ella en mitad de la noche, casi cada noche, rodeando su cintura con uno de sus suaves brazos tatuados y poniéndola cerca. Muy. Cerca.

Ella se acunaría en su piel para ser capturada por su calor. Sabía que no debería estar con él, porque le dejaría destrozado. Sabía que no podía estar con él, pero lo hizo igualmente. Porque él era el único que unía sus piezas rotas.

Cuando llega la mañana y si Harry es el primero en despertarse, no se movería para no despertar a su bella durmiente. Pero si que movería el cabello de la cara de Willow y quizá se reiría cuando la viese babear. Y si hace frío, él se levantaría lentamente de la cama de puntillas, silencioso, iría a por unas cuantas mantas más y a hacer algo de desayuno.

Cuando llega la mañana y es Willow la primera en despertarse, suspiraría. Aún sin ser golpeada por el hecho de que está enamorada de alguien que está enamorada de ella. Alguien que se preocupa por ella, alguien que es tan precioso como el atardecer antes de una gran tormenta. Acariciaría la cara de Harry y tocaría el lugar en el que aparecen sus hoyuelos al sonreír. Luego se levantaría de puntillas, silenciosa, e iría hacia la cocina a hacer café para los dos. Y cuando Harry decidiese dormir hasta tarde, ella escribiría.

Esta mañana, sin embargo, no era una mañana normal. Porque cuando Harry se levantó, Willow se había ido. ¿Había dejado alguna nota en su mesita de noche? No. ¿En la encimera de la cocina? No. ¿Le mandó algún mensaje explicándole a dónde había ido y por qué? No.

Así que Harry se dio una ducha rápida y olvidó desayunar, y cuando terminó de prepararse, salió de casa, teniendo unos cuantos sitios en mente en los que Willow podría estar.

10:26 a.m

- ¡Harry! ¿Qué haces aquí?

- Buenos días, ¿está Willow?

- Oh, no, cariño. No está. ¿Va todo bien? ¿Quieres que la llame?

- No lo cogería aunque la llamases.

- Ya, siempre ha sido así de cabezota... Bueno, ¿has desayunado?- le preguntó la madre de Willow.

- Sí que he desayunado, gracias. Estaré por el pueblo y si la veo la dejo aquí, ¿vale?

- Claro, no te preocupes, Harry. Pero... Ten cuidado.

10:54 a.m

¿Quién va al parque tan temprano?

11:33 a.m

- Todo lo que quería hacer hoy era ir a la librería, beber café y leer. Sola.

- ¿Y no podías dejarme una nota o mandarme un mensaje?

- Lo siento.

- ¿Estás bien?

- Estoy bien, Harry. ¿Por qué me preguntas eso todo el rato?

- Porque eres, no sé... ¿Estás segura que estás bien?

- Sí, estoy segura.

- Bueno, vale... ¿Debería ir a trabajar? ¿Quieres que me quede aquí contigo?

- Vete a trabajar, te iré a visitar cuando haya encontrado algunos libros.

- Muy bien. Te quiero.- dijo Harry antes de dejar un beso en la cabeza de Willow.

- Te quiero.- dijo ella.

Harry sabía que no estaba bien. Sus ojos estaban apagados y parecían más cansados de lo habitual. Su cabello estaba enredado y sus manos temblaban mientras sujetaba su taza de café.

2:10 pm

Willow fue a visitar a Harry y dejó un trozo de papel en la barra.

No se intercambiaron muchas palabras, solo ojos compasivos y sonrisas falsas.

- Puedes leerlo si quieres, y puedes venir a mi casa cuando se acabe tu turno. Me da igual lo que diga mi padre. Solo me queda una semana de verano contigo, Harry. Hagamos que este verano sea el mejor de todos, ¿vale?

- Vale.- dijo él.

Y ella se fue.


*****

Oh dios mío, siento la ausencia, pero he estado de vacaciones y no he tenido el portátil conmigo así que no he podido traducir.

El 8 empiezo las clases y me voy a moriiiiiiiiir. 

Aún así, espero que os haya gustado este capítulo.

All the love,

A. xx

homeless // h.s  (español) [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora