dieciséis

66 2 0
                                    

Harry, no me envíes mensajes ni me llames. No vengas a mi casa, no te acerques a mí. Esto será lo mejor para los dos ahora mismo, por favor... Confía en mí.

Willow envió el mensaje y empezó a llorar.

El padre de Willow la amenazó diciendo que si no le decía a Harry que se apartase, o que si le veía con Harry o en las palabras de su padre, esa escoria de persona, llamaría a la policía para que detuvieran a Harry por llevar a su hija a otro estado en mitad de la noche y por dejarla escaparse. También le dijo que la echaría de casa a ella y que no la dejaría volver a entrar.

Así que, con lo que dijo su padre y su madre estando de acuerdo con él, todo fue demasiado abrumador para Willow. Intentó decirle a sus padres todo lo que había cambiado Harry y que ahora sabía lo que era mejor para él. Todo eso solo condujo a sus padres diciéndole que cogiese sus cosas y que se fuese o que si no se callase la boca y que se concentrase en sus estudios. Ella estaba impactada, ya que pensaba que su madre estaría de su parte.

Willow, ¿va todo bien? ¿He hecho algo mal? Esta no eres tú.

Voy a llamarte. Cógelo, por favor.

Y Harry llamó. No solo una vez. Llamó al menos doce veces antes de darse cuenta de que Willow no iba a ceder. Willow quería responder, obviamente. Quería responder y gritar y llorar y escuchar uno de los chistes malos de Harry para consolarla y hacerla reír, y quería escucharle decir que todo iba a estar bien porque él estaba ahí. Pero no podía. Porque si respondía, Harry no estaría allí, nunca. Y quería protegerlo. Odiaba que no pudiese hacer nada. Willow se culpaba a sí misma por todo lo que estaba ocurriendo. Porque si no fuese tan estúpida, nada de esto hubiese ocurrido. No podía responder ni devolver la llamada.

- Gracias, Harry. Por favor, cuídate. Por favor, no me odies.- susurró.

Deseando que él le pudiese escuchar.

Dime qué hice mal, por favor.

Nada, pensó Willow. Todo es por mi culpa.

Willow, háblame, por favor. Sea lo que sea lo que hice, perdóname.

¿Hola?

Sé que estás ahí. ¿Estás enfadada? Por favor no lo estés. ¿Va todo bien?

No estaba bien, nada iba bien porque Harry no estaba a su lado.

Los mensajes no pararon hasta las cuatro de la madrugada.

Willow lloró hasta quedarse dormida.

Y Harry bebió una botella de vodka por primera vez en tres meses. Para entumecer y hacer desaparecer el dolor, pensó él.

Porque nada es más doloroso y nada es más deseable que ella.


homeless // h.s  (español) [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora