Cuando Willow despertó la mañana siguiente, miró rápidamente por la ventana para comprobar si el chico de anoche seguía allí, durmiendo, y frunció el ceño cuando no lo vio.
Willow durmió casi tres horas, ya que se fue a dormir a las 3.30 a.m. y se despertó a las 6 a.m. Bajó rápidamente las escaleras y vio a sus padres tomando café en la barra de su cocina, pero no se saludaron.
Preparó una taza de café para despertarse y pudo escuchar a sus padres hablar sobre su universidad.
- Un semestre son 60.000 dólares, cariño. Los cuatro años de universidad serían 240.000 dólares.- dijo su madre mientras daba un sorbo de su café.
- ¿Y qué? Podemos pagar eso, y ella podría trabajar y comprar su propio coche o lo que quisiese.
- ¿Estás seguro? ¿Crees que podrá arreglárselas sola?
- Claro, y podemos ayudarla si necesita algo.
A Willow no le gustaba que sus padres estuviesen hablando sobre su futuro sin ella, pero no podía hacer nada ya que siempre había sido así.
Willow terminó de hacer su café, lo vertió en una taza y subió las escaleras hasta llegar a su habitación para terminar de prepararse. Miró por la ventana pero el chico aún no estaba allí. No sabía por qué, pero eso le enfadaba, ella solo quería volverle a ver. Él era fascinante.
Cuando terminó de prepararse, salió de casa unos minutos antes para poder cruzar a la calle en la cual estaba el chico anoche, para darle una almohada que ella ya no usaba.
Cuando llegó miró cerca del contenedor de basura. Vio todas las sábanas, el licor, la desgastada almohada, la baraja de cartas y los zapatos.
Dejó la almohada en la caja donde la gente pone dinero, y en ese instante escuchó a alguien gritar detrás de ella. Volvió a coger la almohada inmediatamente y se dio la vuelta encontrándose con el rizado.
- ¡Oye! ¿Qué estás haciendo? ¡Lárgate!- gritó una fuerte y áspera voz. El chico tenía un acento que sorprendió a Willow.
Se quedó sin palabras. Permaneció allí quieta mirándolo fijamente.
- ¿Sabes hablar? ¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó él enfadado. Sostenía una bolsa, y llevaba unos jeans diferentes a los de anoche, pero estos eran holgados y estaban embarrados.
- T-te vi anoche y tu almohada era tan pequeña que yo...- tartamudeó y él la interrumpió, no dejándola acabar la frase.
- No soy una organización benéfica así que puedes llevártela de nuevo.- dijo el rizado tirándole la almohada a la chica.
- No. Puedes enfadarte todo lo que quieras porque alguien esté siendo amable contigo, pero quédate la almohada. Sé que la necesitas.- Willow recogió la almohada del suelo y la empujó contra el pecho del sin techo hasta que él la cogió.
El ojiverde se quedó allí quieto, sin saber qué decir. Nadie le había hablado de esa forma antes. Nadie realmente le había hablado en absoluto.
Ella se dio la vuelta y empezó a caminar hacia su coche.
- ¿Por qué viniste tan temprano? ¿A dónde vas ahora?- preguntó él, y ella se dio la vuelta.
- Tengo que ir a clase.- contestó ella.
- Oh, recuerdo el instituto. Odiaba ese lugar.
- ¿Así que te graduaste?- preguntó Willow.
- Sí.
- Sabes que puedes conseguir un trabajo si tienes un título de bachillerato, ¿verdad?
- ¿Quién me querría tener como empleado?
Ella suspiró.
- Mira, tengo que irme.
- Espera, ¿cómo te llamas?
- Willow.
- Yo soy Harry, gracias por el regalo.
Willow se alejó, y cuando estaba fuera de su campo visual, Harry se sentó al lado del contenedor de basura, sacó un cigarrillo, apoyó la cabeza en la pared de ladrillos y sonrió, dándose cuenta de que acababa de hacer una amiga.
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homeless // h.s (español) [ACTUALIZACIONES LENTAS]
Fanfictionen la cual una chica adinerada y un chico sin techo se enamoran increíblemente. electrahes ; traducción: zaynismymate