cuatro

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 - No puedo ir vestido así.- dijo Harry.

- Te ves encantador. Además estamos en mitad de la noche, a nadie le importará.- dijo ella dirigiéndole una cálida sonrisa.

- Huelo horrible.

- Estás bien.

- Bueno, entonces supongo que podemos irnos. Después de ti.

•••

Willow pidió un latte mientras Harry no sabía qué elegir. Al final se decantó por un café negro.

- Asqueroso. ¿Cómo puedes beberte eso?- le preguntó ella. 

- ¿Cómo puedes beberte eso?- preguntó de vuelta sarcásticamente.

- Supongo que no dormiremos mucho esta noche.- burló Willow.

- Qué importa.- dijo Harry, riendo levemente.- ¿Dónde está tu diario?

- En casa.

- No lo has traído, ¿por qué?

- Escribiré en él cuando llegue a casa. Por ahora, estoy disfrutando el momento.

Y, en ese momento, Willow no pensaba en sus problemas en casa. No le importaba que fueran casi las 4 a.m., o si Harry y ella eran los únicos del café. Willow nunca habría imaginado que haría una de las muchas cosas que quería hacer con un chico que vive cerca de un contenedor. Pero estaba feliz.

Harry sabía que él estaba sintiendo algo. Aunque no quisiese admitirlo, estaba feliz también. Estaba confuso, preguntándose por qué, de toda la gente del mundo, eligió hablarle, llevarle una almohada y acercarse a él. Esta chica que conoce desde hace menos de un día estaba sentada frente a él, tomando café en mitad de la noche y hablando sobre su estación favorita.

Pasaron casi dos horas hasta que, finalmente, Harry y Willow salieron del café. Habían hablado sobre cosas aleatorias, como sus colores favoritos, números favoritos y que animal serían si tuvieran la oportunidad. Willow pagó, diciéndole a Harry que no se sintiese incómodo.

- Eres algo más, Willow.- le dijo Harry mientras caminaban de vuelta a casa.

- ¿Cómo qué?- preguntó Willow levantando la vista del suelo para mirar a Harry.

- Estoy seguro de que te sabes la respuesta a eso.

- Sí, la sé, pero quiero escuchar tu teoría.

Harry no habló, dejando espacio a que el ruido de sus pies arrastrándose por el pavimento se hiciese notar. Nunca le contestó.

- Esta es tu parada.- dijo Harry mientras caminaban hasta la puerta de Willow.

- Harry...- empezó Willow, pero la interrumpió.

- Y la mía está por ahí.- dijo Harry señalando al otro lado de la calle.- Ya nos veremos por ahí, Willow. Gracias.

Estaba a punto de preguntarle a Harry si quería entrar, pero él ya estaba cruzando la calle, y la puerta de su casa estaba abierta, revelando la horrorizada cara de su padre.

homeless // h.s  (español) [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora