Escuchar pisadas no es algo raro cuando estás sentado en un sótano,así que no pienso nada extraño sobre ello al oír leves golpeteos viniendo del pasillo de arriba. Asumo que es mi hermano y retomo fuera cual fuera la actividad improductiva que me encontraba haciendo al momento. Pero continúan por otro par de minutos, y me empiezo a irritar. Se hacen más y más ruidosos en lo que suspiro, pensando en qué es lo que podría estar haciendo mi hermano a estas horas de la noche. Mantengo mi posición, sin poder concentrarme con todo ese alboroto.
Aún sentado, escucho cómo el repiqueteo se hace más rápido y frenético. Solo continúa oyéndose, casi empezando a tomar ritmo. Va todavía más rápido y mucho más frenético, y parece provenir desde toda la sala principal. Me doy cuenta de que se quien sea el que lo provoca, no es un humano. Ningún humano se puede mover así.
- ¡¿Qué carajos?! - Grito finalmente. Después de eso, todo el golpeteo se detiene. El ambiente sigue en calma por un rato, y luego escucho una serie de pasos más tranquilos en dirección a la puerta del sótano. La puerta se abre ligeramente y los pasos se detienen una vez más. Presto atención a mi respiración por los siguientes tres minutos, y suspiro pensando que terminó. Resulta que algo más estaba escuchando también. De repente, las pisadas descienden por las escaleras y vuelco la silla en la que estaba sentado por prisa de levantarme. Comienzo a correr hacia el armario más cercano, justo a tiempo para ver la criatura grotesca, desprovista de cabellos y de cuatro patas que bailaba hacia mí, haciendo sonar sus inflamados pies en un ritmo fascinante. Entro en el armario y cierro la puerta de golpe. Una pausa de medio segundo y escucho el mismo ritmo desde el otro lado del armario.
Sólo continúa y continúa sonando sin pausas, sin descansos, sin alivio. Ha estado en ello por horas, y yo me encuentro intentando seguir el ritmo de la canción con el chasquido de mis dedos. Pero entonces, así de súbito como inició, se detiene. Espero unos momentos y luego miro hacia afuera: se ha ido. Me tumbo en mi silla y enciendo la lámpara a un lado. Estoy a salvo. Me relajo y pienso unos minutos; y de la nada noto a mi pie golpeteando contra el suelo. Quizá la canción no es tan mala. Casi me gusta lo suficiente como para bailarla. Y así, retiro mi cuerpo de la silla, y empiezo.
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Historias de terror.
HorrorHola, aquí encontrarás relatos de terror, suspenso, historias basadas en hechos reales, asesinatos, Creppypastas y demás. ADVERTENCIA: Leer bajo su propio riesgo. Un consejo, no lo leas de noche... o no estarás sol@. Ahora, ya estás advertido. Di...