PARTE 2- El sillón

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Era una noche tranquila, como normalmente van pasando al ras del tiempo, y pasadas de las 1 de la mañana sentí una urgencia estomacal que imploraba alimento. De preferencia salada y grasosa. No pensé ni un segundo en dudas estúpidas como, ¿debería seguir durmiendo en vez de comer en medio de la noche?, ¿tendré la suficientes ganas de levantarme de mi cómoda cama para saciar mi hambre?. Claro que no. Nada me detendría, este impulso animal de alimentarme, era tan fuerte como la montaña más alta de los Alpes y tan grande como la contracara de un iceberg. Mis pasos acelerados ya no se veían por la gran velocidad que habían adquirido en un desenfrenado entusiasmo por las papas fritas, esas que me estaban llamando por mi nombre incontables veces, rebotando en mis oídos, pero este acto ocasiono un error fatal que iba a lamentar en pocos segundos. ¡¡PAM!!: un dolor electrizante y casi imposible de soportar recorrió desde la raíz de mi cuerpo hasta mi cabeza provocando que me retorciera del impacto casi atroz que sufrí, como si todo estuviera fríamente calculado y acomodado para que yo estuviera ahí, a esa hora , en ese lugar, con ese mismo objeto inanimado. Gritar es todo lo que podía hacer. ---------- Pero que mierd* pasa!!, ¿qué haces en medio de la noche gritando?----- lo siento papa----- ¿Qué es lo que paso que estas todo doblado?------ Me pegue el dedo chiquito con la esquina del sillón----- ¡Dioss, ya vete a dormir!. Mañana tienes que ir a la escuela---- Bueno perdón---

El dolor se había ido y la calma volvió a reinar en mi mente, pero nunca olvidare esa noche, en la que ese sillón me había vencido... otra vez.


Relatos exagerados del joven Dante Where stories live. Discover now