—¿Qué sucede? -le preguntó a Dark Pit el castaño— Estás más serio de lo normal.
—Solo estoy algo nerviso —le contestó Pittoo— ¿Y tú? ¿Tú no estás nervioso?
—Tengo algo miedo, siendo honesto —suspiró el ángel blanco—. Imagínate lo que pasaremos ahora, si un bicho de esos fue un gran problema imagina con un millón.
—Creo que hay más.
—No estás ayudando.
—Lo siento, lo siento —se disculpó el ángel oscuro—. Pero todo saldrá bien, ya lo verás. Los dioses seguramente lo tendrán todo controlado en muy poco tiempo.
Pit miró a los ojos a Dark.
—Oye, noto que has cambiado un poco —al oír eso, el de ojos rojos le dedico una mirada confundida—. Lo digo de verdad, has cambiado. Eres más amable conmigo de lo normal.
—¿Y eso es malo?
—No, para nada. Creo que alguien te cambio —se giró Pit—. ¿Tienes algo secreto con Phos? —le preguntó.
Dark Pit abrió los ojos como platos.
—¡¿Qué?! ¡No! —le gritó eso como respuesta— Ella ni me cae bien.
—A ti nadie te cae bien.
—Eso es verdad —dijo—. Aún así, ni por un segundo creas que me gusta alguien como ella.
Pasaron unos segundos de silencio, los dos estaban frente a la puerta a la que no querían entrar, pero debían. Ellos se miraron entre los dos para indicar que ya era hora de entrar.
Y apenas pasaron por aquellas puertas, los gritos de desesperación se podían oír.
—¡Esto es horrible! —gritó un dios.
—¡Una verdadera calamidad! —lloró Afrodita.
—¡Todos vamos a morir! —Hermes decía con sudor en la frente.
—Bueno, ya silencio —ordenó Zeus. Pero Hermes continuaba hablando— ¡Eh dicho que se callen!
—¡¿Por qué?! —hizo una rabieta Hestia- ¡Todo se destruirá! —en eso tomó a Zeus por los hombros y lo sacudió— ¡¿Por qué?! ¡Todos se morirán! ¡Incluyéndome!
—Relájate, respira tranquila —recomendó Poseidón.
—¡Nadie lo entiende! ¡Como diosa del hogar, sé que nada va a sobrevivir! ¡Puedo saber lo que le sucederá al mundo y como morirá! ¡Empezarán con el cielo! —en eso se giró a el dios del océano— ¡Piénselo, ¿qué pasará con la vida marina?! —luego, señaló a Viridi— ¡Y nadie más que tú, diosa de la naturaleza, debe saberlo! ¡Tú eres diosa de todo lo que está vivo ¿no es así?!
Viridi le devolvió la mirada.
—Claro que sé que se está arriesgado, pero si nosotros perdemos la cabeza todo se perderá —se cruzó de brazos.
Hestia respiró hondo antes de volverse a sentar. Hera, quién estaba a su lado, le acarició el hombro para calmarla.
—Muy bien, ¿alguien más quiere representar su temor hacia está situación? —Zeus golpeó so cetro contra el suelo. Nadie respondió.
—Palutena —Eros retomó la palabra—. Tú has por lo menos vivido una experiencia con estas criaturas, si tienes algo que comentar, por favor —pidió.
—Así es, ¿qué es lo que desean saber? —ella se levantó.
—¡Como matarlos por supuesto! —gritó Efesto.
Palutena y Viridi se compartieron una mirada, ahora que lo pensaban, les había costado mucho derrotar a esta criatura. Había controlado a Palutena por tres años, fue capaz de arrancarle un alma a un dios. Y cuando creyeron vencerlo, se convirtió en ceniza, con el fin de que lo último que haga era matar a uno de los ángeles. Y casi lo lograba.
—Son muy fáciles de quitarles las alas, cuando están dañados y acorralados —agregó Viridi, esperando que fuera suficiente respuesta.
—¿Es qué no saben cómo matarlo, cierto? —preguntó Poseidón.
Ninguna de las dos respondió.
Mientras que Pittoo dirigió
su mirada hacía Pit, quién estaba aterrado. Quería que parecería que podía controlar su miedo, pero no lo lograba del todo. Le tomó del hombro para llamarle la atención.
—Todo va estar bien —dijo Pittoo de nuevo susurrando para no llamar la atención de los dioses.
—Pero si nos tomó horrible matar a uno, seguro mori... —Dark le interrumpió a su contraparte.
—No, no lo haremos. Nadie morirá —Pit le dió una sonrisa fingida, y se dio vuelta para volver a la conversación de las criaturas divinas.
—¡Culpables! ¡Hay que encontrar a los responsables! —gritó otra vez Efesto.
—Estoy totalmente de acuerdo. Si encontramos a esa persona y la acabamos, también se acabará el problema —asintió Atenea.
Dark se giró a Zeus, esperando su reacción. Pero el dios parecía que estaba escuchando toda la conversación hasta las conclusiones. Como si estuviéramos en un juicio y el fuera el juez.
—¡Es Pandora! ¡La diosa del caos! —acusó Phosphora.
Afrodita abrió los ojos como platos.
—Es cierto, ella no está aquí.
En eso Zeus se levantó, todos se callaron.
—También pienso que sea ella.
Phos sonrió como si acabara de pasar lo mejor que le ha ocurrido en la vida.
—Entonces, Pandora tendrá que ser castigada. Entiendo que su trabajo es cuasar estragos y calamidad, pero ha llegado demasiado lejos. Ella pagará —se giró hacía Thanatos quien estaba acostado en su sillón con un bote de palomitas. Al ver que todos lo observaban, tiró su botana del susto y se incorporó.
—¿Qué? ¿Qué pasó? —preguntó el dios cambia-formas.
El ángel oscuro al darse cuenta que él también estaba en la habitación, solo le dió ganas de pegarle en la cara, diez veces más de lo normal.
—¿Dónde se encuentra Pandora? —Zeus preguntó calmadamente, pero todos sabían que no lo estaba.
—Em, em, em, pues no lo sé.
Zeus frunció el ceño, y serró más el puño que rodeaba su cetro. Todos se sentaron.
—¡Juro que no lo sé! ¡No la he visto hace años! —replicó el dios de la muerte.
El dios fundador del olimpo suspiró, relajó los hombros y se giró hacia todos en general.
—Si eso es cierto, tendremos que encontrarla nosotros.
—Pero padre, ¿no la puede ver usted? -preguntó Atenea.
Él se volteó indignado.
—Si ya lo hubiera logrado ¿lo preguntaría?
Ella se avergonzó al máximo, Viridi le dirigió una risa burlona.
—Todos lo que estén a favor de matar a Pandora por sus hechos, levante la mano —ordenó. Todos lo hicieron, hasta Pit y Dark Pit—. Bien, preparen sus armas, sus ejércitos, declararemos la guerra —concluyó.
Los dioses se levantaron, algunos empezaron a caminar para la salida hasta escuchar la pregunta de Hera;
—Zeus, ¿no has notado la ausencia de varios dioses?
El dios del rallo le dio una mirada afligida.
—Me temo... que varios ya han caído —algunos de los presentes se llevaron su mano a la boca. Con miedo todos se retiraron.—Pero que desastre —dijo Viridi, mirando a la diosa de la luz, los dos ángeles y su comandante rubia—. No tienen idea de que hacer con el portal, solo se les pudo ocurrir pasarle la culpa a alguien.
—Y me temo que si no hacemos algo rápido la situación va empeorar, en mi opinión no tenemos tiempo para solo buscar a Pandora, tenemos que encontrar una manera de que el portal se cierre —mencionó Palutena sentándose sobre una roca en forma de silla.
—¿Y por qué no lo dijiste en la reunión? —le preguntó Dark Pit.
Palutena le miró con intenciones de contestarle rápidamente, pero de su boca no salió ni una razón. Y ella desvió la mirada, dando a entender que lo aterrador que hubiese sido la tensión entre los dioses si lo decía.
—Estoy de acuerdo con usted, Palutena.
Una voz masculina se dirigió hacía ellos, y los presentes se giraron para encontrar a Zeus.
—¿Me permite sentarme a su lado? —le preguntó el dios del rayo a la diosa de la luz.
Ella asintió y se corrió unos centímetros dándole más espacio al dios. Seguidamente suspiró y se dirigió a todos.
—Es verdad que buscar a Pandora no debería ser nuestra primordial misión, pero ¿qué más podemos hacer?
—Podríamos investigar cómo se abrió el portal y ver si con esa información podríamos cerrarlo -le recomendó Phospora.
—Tal vez podríamos -le contestó el dios—. Después de todo, ustedes son los más relacionados con todo esto. Pandora trabajaba para su hermana desde mucho tiempo —le dijo a Palutena—. Usted ángel oscuro fue, bueno, creado gracias a ella.
Dark Pit rodó sus ojos al cielo.
—Y tuvieron la experiencia con una de estas criaturas y han podido sobrevivir —se silenció por un momento y se giró a Pit—. Y este ángel pudo derrotar a mi hermano.
Pit le dedicó una sonrisa.
—No lo hubiera logrado sin los otros, señor Zeus.
—Y ustedes me dan la esperanza de que todo esto se puede solucionar —continuó el barbudo—. Así que voy a pedirles a ustedes, diosa Palutena y diosa Viridi, que estén al frente de las decisiones conmigo.
Ellas cruzaron miradas.
¿Hay alguna manera en la que pudieran negarse?
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✧Lα ρυєятα нαcια Táятαяσ {Pιт χ Dαяк Pιт} ✧
FanficEl amor. Es hermoso, llega cuando menos te lo esperas. Al principio no lo aceptas, pero cuando lo haces, el universo se encargará que nunca lo consigas. Te llagaran montones de sentimientos; aveces te controlan, aveces te traicionan y no puede...