✧Cαρíтυℓσ 8: Eѕcαρє✧

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   —¡Pittoo! ¡Qué bueno verte!—Pit se lanzó hacia él para darle un abrazo, el cual el otro chico no estaba dispuesto aceptar.
   —¡Por el amor a los dioses! ¡¿Pueden dejar de llamarme así?! —Dark Pit se quejó mientras lo esquivaba, haciendo que el castaño cayera al suelo.
   —Nop —reía el de alas blancas mientras se paraba otra vez del plano suelo—. Imposible.
   —Da igual ahora, salgamos de aquí —le ordenó. El otro obedeció inmediatamente, y corrimos por los pasillos que utilizó Dark Pit para llegar a donde estaba sj contraparte—. Que bueno verte no tan... herido. Creo que esa tal bola de cristal no decía la verdad- dijo Pittoo con un tono apurado.
   —¿Verme herido? ¿A qué bola de cristal te estás refieriendo? —le preguntó a su gemelo el ojos zafiro.
   —Larga historia, sólo te diré que es muy bueno verte no encadenado.
   Pit lo miró por unos segundos, y cambió su expresión al entender a que se estaba refieriendo el de cabello azabache.
   —Bueno pues, yo la verdad... Si estaba en "esa situación".
  —¿Y cómo es qu- —Dark fue interrumpido por uno de los ataques de Pandora.
—¡Hola corazones! Perdón por romper un momento de esperanza, pero tengo ciertos asuntos pendientes~ —ella dio unas cuantas vueltas en el aire y se puso en pose de batalla.
El capitán se quedó impresionado, hace menos de 3 minutos estaba actuando de una forma diferente, una seria y más preocupada. Pero ahora actuaba como la diosa de la calamidad. ¿Qué demonios pasa con ella?
Sus pensamientos desaparecieron cuando un ataque en forma de corazón fue apuntado esta vez a mí. Lo esquivé con mucha facilidad, y Pittoo aprovechó la oportunidad de disparar.
Ella dio una vueltas en el aire hacia la derecha, eaquivando el ataque.
—Mira nada mas, me voy un segundo y ahora los 2 Pits están juntos de nuevo.
Pittoo no le respondió nada y disparó otra vez dándole en el hombro.
—¡Ugh! —se quejó la presumida mujer, y no dejaba de ponerle a Dark una cara de odio— ¡Te juro que yo te voy a- —si interrumpió a sí misma—. Hagan lo que hagan, no pueden salir de aquí —tronó sus dedos y desapareció, de nuevo. Tendrá muchas cosas a las que prestarle atención.
—¡Regresa aquí! —gritó el ángel oscuro. Este volvió su mirada a todos lados, buscándola— ¡No puede ser!
—¡Que importa ella! —Pit le gritó a su gemelo— ¡Salgamos de aquí ya! —le tiró del brazo, y el otro asintió. Corrió disparado siguiendo el pasillo y el ángel blanco detrás suyo, pero Dark Pit paró al final de este. Él puso los ojos en blanco.
—¿Qué sucede?
   —¡La puerta estaba aquí!
   Pit le miró confuso mientras que su contraparte le dijo con su mirada que hablaba enserio.
   —¿Y por qué no salimos por una ventana? —sugirió el capitán, tomando una silla que había en aquel pasillo y lo tiró hacia una ventana. El objeto de madera rebotó como pelota de basketball. Los dos ángeles se miraron entre ellos, no felices con el resultado de su experimento.
   —¡Seguramente ella desapareció todas y cada una de las puertas! —le dijo y no perdió tiempo. Corrió al pasillo de la derecha en busca de otra salida— ¿Palutena? ¿Viridi? ¡Contesten!
   —¿Perdiste comunicación? —preguntó el castaño aún siguiéndole.
   —¡Maldita la hija de p**a de Pandora! —Pittoo estaba al punto de explotar en ira.
   —Venganza~ —río la diosa entre los ecos de los pasillos.
   —Oye, oye. Cuidado con esa boquita tuya —bromeó Phosphora quien vino volando rápidamente a nosotros con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.
   —¡Phos! —Pit le saludó con alegría.
   —¿Cómo has estado, angelito? —ella devolvió la sonrisa— Estoy aquí para sacarlos —les informó.
   —Si genial —dijo Pittoo sarcástico—. Ahora tú también estás atrapada.
   Ella lo miró mientras dejaba de volar y decidió pararse en el piso.
   —Bueno, el lado positivo es que estoy encerrada con ustedes dos.
   El ángel balnco, al oírlo, abrió los ojos como platos, no pudo evitar sonrojarse un poco y bajar la mirada.
   —¿¡Estas hablando enserio!? ¡Esto es un problema enorme! —regaño Dark Pit.
   Phospora rodó los ojos hacia el techo.
   —Vamos solo era una broma, claro que sé donde hay una salida.
   —¿¡Dónde!? —le preguntaron los dos al mismo tiempo.
   —Angelito, hoy aprenderás a volar- río la rubia como respuesta. Pit frunció el ceño—. La ventana que tenemos de frente, está hecha de un cierto cristal que es imposible romper, pero si lo hacemos a cierta velocidad... —en eso, levantó al chico de alas blancas.
   —¿Q-qué estás haciendo?
   —Te mandaré a la velocidad del rayo, así podrás romper el cristal y saldremos de aquí —le explicó y retrocedió unos pasos.
  —¡Alto, estás loca! —interrumpió Dark.
   —¿Quieren salir aquí los más rápido o no? —río, malvadamente—. ¡1!
   —¡Alto! ¡Phos! ¡Esta es una muy mala idea! ¡Bájame! —suplicó Pit.
   Ella no hizo nada de caso.
   —¡2!
   —¡Quien sabe a qué altura estamos del suelo! ¡Phos! ¡Palutena no sabrá-!
   —¡3!
   Sonó el sonido del cristal, rompiéndose. El disparado decidió abrir los ojos para darse cuenta que estaba de nuevo en en templo de Palutena.
   —¿¡Pero qué!?
   —¡Pit! —la señorita Palutena estaba al frenete de él, sonriendo como nunca por ver a su amigo sano y salvo.
   —¡Señorita Palutena! —sin pensárselo dos veces, se arrojó hacia ella para un abrazo desesperado.
   —¡Qué bueno verte! —sin prestarle atención, se le calló a la diosa su cetro al suelo para poder devolverme el abrazo

   Al ver que Pit fue teletransportado, Pittoo iba a saltar detrás de él pero se detuvo cuando escuchó a Phosphora gritar de dolor

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Al ver que Pit fue teletransportado, Pittoo iba a saltar detrás de él pero se detuvo cuando escuchó a Phosphora gritar de dolor.
—¡Maldita! ¡Me arruinaste la oportunidad! —le golpeó Pandora enojadísima.
—¿¡Y tú qué con Pit!? ¿¡Qué quieres con él!? —se limpió la boca que tenía un poco de sangre.
—¡Phosphora, Pittto! ¡Solo ignórenla y salten! —les dijo Viridi, quien por fin recuperó la comunicación. Ambos mencionados asintieron.
—¡Oh no! ¡No lo harán! —les gritó la presumida diosa con intención de atacar de nuevo.
Pero Phos se lanzó hacía Dark empujándolo. Y en cuanto cayeron, fueron teletrasnportados al templo de la naturaleza.

 Y en cuanto cayeron, fueron teletrasnportados al templo de la naturaleza

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—¡Demonios! —gritó la diosa de pelo azul con toda su ira.
Vamos, vamos. Tú hiciste todo lo que tenías que hacer —una voz le intentó ánimar.
—¡Si, pero se me escapó! —se giró igual de rabiosa.
Le contaste nuestra causa, ahora yo lo convenceré. Tú tranquila y déjamelo a mí —río un poco la voz, mirando al horizonte. Con un objetivo en sus ojos.

✧Lα ρυєятα нαcια Táятαяσ {Pιт χ Dαяк Pιт} ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora