✧Cαρíтυℓσ 17: Lα αℓιαиzα ∂єℓ cασѕ ✧

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   Dark Pit se levantó poco a poco, apoyándose en sus rodillas para poder estirarse por completo. Una vez parado vio a su alrededor algo inquietante.
Todo estaba completamente azul, olía al océano y se escuchaba como el agua se movía tranquilamente. También pudo notar que estaba dentro de una especie de burbuja gigante.
—¿Estoy... bajo el agua? —se preguntó a sí mismo, totalmente sorprendido de su situación. ¿Era un sueño? ¿Cómo es que había llegado ahí?
Dió algunos pasos hacia el límite de la burbuja y la tocó con la mano, pero está no reventó ni nada por el estilo. Esta actuaba como una especie de barrera transparente para mantener el agua fuera.
El ángel oscuro se encontraba totalmente empapado, pero no tenía frío. Lo que realmente le preocupaba era el cómo había llegado hacia ese lugar.
Mira que desastre —dijo una mujer. Una voz grave y coqueta, una voz que nunca había escuchado pero que se sentía tan familiar—. Tantos Chaos Kins muertos en vano, mandé a millones y aún así —continuó quejándose la mujer, para así poderse revelar enfrente de Dark, apareciendo entre humo negro y púrpura —Poseidón sigue con vida.
La mujer era todo una visión, una piel totalmente pálida, ojos amarillos y rojos, un cabello glorioso azabache que jugaba con la gravedad y una simple vestimenta morada que escondía sus piernas ya que la prenda terminaba en convirtiéndose en humo.
El lado positivo es que ya estás aquí y podemos charlar —dijo con una sonrisa pícara mientras se acercaba al ángel.
—Eres tú. Tú eres Eris —observó el ángel oscuro.
¡Vaya! Soy toda una celebridad —bromeó mientras que se dejaba observar —. Soy la misma. También es un verdadero placer conocerte, Dark Pit.
—¡Nada de placer! —le gritó el cómo respuesta — Eres tú realmente. ¿Sólo me trajiste aquí para charlar? —preguntó mientras se cruzaba de brazos y poniéndose alerta.
Por supuesto —dijo ella simplemente, dando vueltas alrededor del alado —. Busco que me entiendan, busco aliados en esta guerra.
—¿Yo? ¡Ha! —río Pittoo sarcásticamente—. ¿Después de todo lo que has hecho? ¡Nunca de los nunca te ayudaría a ti! —espetó el ángel.
La diosa de la discordia se puso al frente suyo, mirándole a los ojos directamente.
¿De verdad? —sonrió la diosa mientras jugaba con sus hombros — No es así como yo lo recuerdo.
Fue ahí cuando Dark se dió cuenta entonces lo que había sucedido con él. Lo último que recordaba era estar dentro de una prisión en el Templo de la Luz. Y había sucedido de igual manera antes de eso. Eris sí lo estaba controlando a su antojo.
—¡Me controlaste de nuevo! —le dijo el ángel de manera acusadora — ¿Estamos en el océano verdad? ¡¿Qué me hiciste hacer?!
Relájate —contestó la diosa mientras rodaba los ojos al cielo —. Te había dicho que sólo estas aquí para una pequeña charla. ¿No ves que sólo intento que me escuches?
—¿Cómo es que estás aquí? ¡Deberías estar en Tártaro!
Eris solo suspiro y se masajeó la frente con su mano derecha.
Estoy en Tártaro. Tú, en cambio, estás en el fondo del mar.
Dark no le dijo nada de vuelta, mirándola bien, observando cada movimiento con odio. Eris no parecía tener un cuerpo aún siendo una visión, ¿cómo uno podría matarla?
¿Entiendes el por qué estás aquí? En el océano —le preguntó la diosa, intentando cambiar el ambiente.
—Eso me gustaría saber.
Mis verdaderos objetivos son tú y —contestó la mujer mientras que se volvió humo de nuevo y se volvía enorme, haciendo que su mano fuera del tamaño completo del chico —tu querido Pit.
—¿Él está aquí? —preguntó Pittoo asustado.
Está cerca, efectivamente —le respondió pero rápidamente cambió la pregunta—. Ustedes son los únicos que realmente pueden ayudarme. Los demás son... daño colateral.
Dark miró alrededor, fuera de la burbuja, en busca de su amado.
Pero tú, Dark Pit —dijo mientras se encogió rápidamente y tomó la barbilla del angelito oscuro —eres como yo.
—No —le dijo simplemente quitándole la mano —. Estoy harto de escuchar que la gente dice que soy.
Tú no obedeces a nadie, eres guiado por tu corazón. Un alma libre, eres honesto y real —le mencionó la diosa —. ¿Los demás? ¡Todos marionetas! Mentirosos con máscaras. Este es un mundo de dolor y pecado, Dark Pit.
—¿Y qué? ¡Eres la diosa del caos! —le gritó el de ojos rojos —¿Crees que nos salvarás a todos?
¿Es el caos malo, pequeño?
Pittoo se calló por completo al escuchar esa pregunta. Era tan obvia pero aún así no se oía sarcástica. La diosa le preguntaba enserio. Él se meditó su respuesta.
No es lo que todos piensan —dijo Eris antes de que el pudiera hablar—. No es agonía de ningún tipo, pero pura felicidad.
Dark la miró, con intención de decirle con du mirada que todo lo que salía de su boca no era más que puro disparate.
No reglas, no hambre, no dolor. Solo el hecho de existir para siempre y ser feliz. Ser puro sin avance. Estar congelado en pureza y virtud.
—No vine aquí por una clase de filosofía —le dijo en ángel oscuro—. Me vale que opines del mundo. No hay manera que puedas simplemente cambiar la naturaleza.
Pero la hay —le contestó la de piel casi morada—. Lo único que tengo que hacer es salir de mi reino y podremos tener todo lo que queremos.
Yo no quiero "remodelar" el mundo.
¿No es eso lo que más anhela tu otro yo? ¿No es lo que necesitas?
—¿De qué..?
La diosa dió una sonrisa pícara al notar que ya había creado duda en el corazón del angelito.
Se honesto conmigo —le pidió Eris —. Lo tuyo con tu media naranja nunca iba a funcionar. Esta es una realidad dónde todo el universo trabaja para que tu corazón se rompa. Incluso Pit es un títere más que se miente así mismo. ¿No eres el reflejo de su verdadero ser?
—¡Lo sé pero..!
Tú entiendes lo que está pasando aquí. Tú eres el único que puede realmente ver las cosas de mi lado.
Se convirtió en humo una vez más y se puso justo un poco arriba suyo, mirándolo fijamente.
Eres la verdad pura.
Dark no se movió para nada, ni pestañeo. Todo lo que decía sonaba tan convincente. Era cierto que seguía molesto con Pit por lo qué pasó. De alguna forma el ángel oscuro sentía que lo habían traicionado.
El conocía a su contraparte más que nadie, ¡más que Palutena! Sabía que Pit lo amaba de verdad, sabía que Pit lo amaba como era. Pero aún así, él la escogió primero a ella.
Pero se reacomodó sus pensamientos, Dark movió su mirada a sus pies.
—Espiar la vida de otros no es agradable —le mencionó el ángel.
Tendrás que perdonarme —le dijo Eris sonriendo, sabiendo que ya lo había convencido —. ¿Entonces?
—Yo...
Sé que lo quieres. No finjas más; aquí no están ni Viridi ni Palutena para juzgarte. Salva el mundo conmigo.
La diosa se apartó y extendió su brazo para un apretón de manos.
Salva el mundo para ellas y vivirás como vives ahora; sufriendo y agonizando por tu amor —dijo de tono triste —. Salva el mundo conmigo y cambiemos las reglas de la vida a nuestro antojo. Que todos vivan como su verdadero ser —propuso mientras alzaba su mano.
Dark miró esta por un momento. Esto era una locura. ¿Esto sería traición? No, esto sería salvarse a sí mismo y a todos con él. Le enseñaría a Pit lo que es realmente vivir libre.
Y fue ahí cuando el ángel oscuro tomó la mano y la apretó seguro de sí mismo. Eris al ver que su propuesta había sido toda una victoria suspiró aliviada.
   —Yo sabía que nos entenderíamos.
   —Alto ahí —dijo el chico alado—. No confío cien por ciento en ti. 
   La diosa del caos suspiró y movió su cabello que jugaba en el aire de su vista.
   —No quiero que me controles nunca más —le ordenó el de alas negras.
   —Sólo era un pequeño empujón que necesitabas —mencionó la diosa mientras daba una carcajada avergonzada.
   —Y debes de contarme todo, si quieres que te ayude de verdad tengo que saber todo el plan.
   —De eso no te preocupes —dijo coquetamente y se acercó lentamente mientras abrazaba el cuello del chico con sus brazos —. Te mantendré informado de todo. Te contaré todos mis secretos.
   Pittoo se sintió incómodo y cuidadosamente empujó a la diosa con sus manos. Ella solo se rió de esto.
   —Ahora, tu primera misión es sencilla —le dijo y con su dedo apuntó hacia el noroeste —, busca a Pit y llévalo a una pequeña isla en forma de escudo.
   —¿Por qué ahí?
   —Digamos que, hay cierto objeto especial que quiero que vean. Y además —dijo Eris —es la isla más cercana.
   Dark hizo un "Hmm" y se dirigió al límite de la burbuja de nuevo.
   —Ah —balbuceó la diosa —. No le digas sobre nuestro pequeño proyecto.
   Dark volteó a verla y dió un gesto sarcástico.
   —No tienes que decirme lo obvio.

✧Lα ρυєятα нαcια Táятαяσ {Pιт χ Dαяк Pιт} ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora