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→Capítulo dedicado a JustinMyGold ← (Todas las que quieras un capítulo dedicado, comenten. Y todos los que tenía prometidos vuelvan a comentar porque me he liado ya) a un usuario

Chanel's POV

—¿Entiendes este problema matemático?—Me preguntó Karen golpeando la hoja de su libreta con el portaminas. 

Me acerqué a ella sin saber muy bien que podría hacer yo ya que las matemáticas nunca habían sido mi fuerte. Prefería la lengua, los idiomas.

—Karen, lo único que puedo hacer por ti es darte dinero para que vayas al locutorio y busques ayuda por Internet.—Le dije al ver que se trataba del álgebra.

Karen se encogió de hombros y asintió con la cabeza. Me acerqué a mi cartera y saqué mi billetera. Estaba totalmente vacía.

—Estoy segura de que tengo algo por ahí...—Susurrè. Me disponía a subir las escaleras cuando Karen cogió mi brazo y negó con la cabeza.

—Estoy segura de que mi maestra estará encantada de explicarme álgebra mañana.

—Creo que tendré que pedir un adelanto en el bar...—Murmuré volviendo a la cocina. Comencé a hacer cálculos en mi mente; este sería mi tercer adelanto en los últimos tres meses. Creo que lo mejor sería pedir un adelanto en la empresa, siempre y cuando Justin nunca se enterase de eso...

—No me hace falta nada Chanel.—Dijo Karen a mis espaldas.

—Estoy segura que te hace falta agua para ducharte y electricidad.—Rodé los ojos dándome la vuelta para quedar justo frente a ella.—Prometo que todo irá mejor...

Ella asintió y se acercó a abrazarme.—Es hora de irte.

Me separé sin ganas y cogí mi cartera. Había sido una semana dura en el barrio ya que era un barrio marginado y pobre, por lo cual los ladrones vienen a robar lo pocos que tenemos.

Doña Dolores estaba haciendo las compras cuando entraron a su casa y le robaron hasta el gato que había cogido de la calle. Karen solía jugar con el gato algunas tardes y a menudo, Doña Dolores, una señora mayor cuidaba de Karen mientras yo trabajaba por la noche. Mi miedo últimamente ha sido que me roben porque por alguna razón, solo quedan tres casas por asaltar y una, es la mía.

Mi móvil comenzó a sonar y a vibrar en el bolsillo de mi chaqueta. Era un número desconocido y estaba segura que sería de alguna cuenta pendiente en el banco por lo cual decidí no contestar. Volvieron a llamar tantas veces seguidas que tuve que contestar.

—¿Sí?—Dije con la voz temblorosa. No estaba preparada para que me dijeran cuanto debía.

—¿Dónde estás y por qué no contestas?—Dijeron al otro lado de la línea. Su voz era dura y sonaba enfadado.

—¿Cómo has conseguido mi número?—Le pregunté a Justin. Luego de preguntar eso, me di cuenta de lo idiota que había sido la pregunta ya que había mandado a investigarme y seguro tendría hasta la contraseña de mi cuenta bancaria.

—¿Dónde estás?—Volvió a insistir, ahora un poco más duro.

—Estoy yendo a trabajar Justin, lo que quieras decirme puedes hacerlo cuando llegue.—Dije.

—¿Sí?—Preguntó. Aunque no estuviera viéndolo, sabía que tenía una sonrisa en su cara.—¿Cómo la semana pasada? Aún me acuerdo lo que excitada que estabas y como te pusiste después de que cerré la puerta de mi oficina.

—¡Justin!—Exclamé horrorizada. Lo que había pasado la semana pasada en su oficina no había estado bien. Yo había sido una idiota por haberme acostado con él otra vez luego de que me echara de su habitación y me dijera que era lo mejor. Y él... Él había sido otro idiota más grande aún.

Daddy's club j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora