Daddy's club j.b

011

Chanel's POV

—No puedo creer que estemos haciendo esto.—Le dije a Justin quien no me había dirigido la mirada desde la semana pasada cuando nos encontró a su hermano y a mi en las escaleras.

Lo último que recordaba era haber visto el puño de Justin con los nudillos blancos estrellarse contra la mandíbula de su hermano pequeño. Supongo que fueron muchas emociones juntas porque cuando intenté decir algo me desmayé derrumbándome como una de las torres gemelas.

Había despertado minutos después recostada en una cama con un Justin serio mirándome. Era graciaso que fingiera preocupación, supuse.

—Te quieren conocer, y aunque me revuelve el estómago saber que estarás sentada en la misma mesa que ellos, tengo que hacerlo.

—¿No podías ser sincero?

—Claro. No os presento a Chanel porque es una puta caza fortunas de estas de hoy en día.—Dijo con sarcasmo.—Como si fuera poco, la he dejado embarazada, espero mamá no te de otro infarto.

Negué con la cabeza, hablar o por lo menos intentarlo era imposible. Se acaba de enterar que su madre había tenido un infarto antes. Tampoco le había dicho nada sobre aquellos mensajes que supuestamente habían salido de su móvil, había evitado cada pregunta que me había hecho para arreglar las cosas.

No tenía dinero para irme y mucho menos para dos personas. Así que tenía que tener una buena convivencia con Justin hasta volver a New York, pero no todo terminaba ahí. No solo trabajaba para él, también esperaba un hijo de él.

—Te vas a enterar si dices una sola palabra.—Le dijo cuando salieron del coche.

Chanel se paró y Justin siguió caminando. Éste se dio la vuelta con la boca en una línea.

—Repite lo que dijiste.—Murmuré enfadada.

Justin rodó los ojos y siguió caminando.  Me quedé en el mismo lugar.

—Chanel...

—Repite.

—Por favor no digas nada.

—Quiero que me lo digas a los ojos.

Escuché el bufido de Justin pero luego de unos segundos se dió la vuelta y camino hacia mi.—Por favor, que no se te escape nada de todo lo que está pasando. Gracias.

Pasé por su lado con una sonrisa y sentí sus pasos detrás de mí. No estaba nerviosa por conocer a sus padres, la verdad es que no me importaba en absoluto. ¿Qué pensarían mis padres sobre todo esto? Seguramente mi padre moriría al saber que su gusano, como solía llamarme, estaba embarazada. Y mi madre lloraría de emoción por una semana, siempre una romántica compulsiva. No había duda, era su hija.

La puerta se abrió antes de tocarla si quiera. Nos recogieron las chaquetas en la entrada y una gran escalera dividida en dos partes de hizo paso en la casa. Justin me cogió de la cintura y me llevo hacia el comedor, supongo.

—¿Te gusta?—Fue una pregunta amigable pero lo pondría de mal humor, se lo merecía.

—Sí, es una casa muy bonita. ¿Crees que le pueda pedir que me regale los cuadros a tu padre?—Dije.—Ya sabes, puedo ganarle mucho dinero.

Justin me soltó con una mirada de asco en la cara. Me reí porque era eso lo que quería, si él pensaba que solo estaba con él por interés, le daría no solo una, sino varias razones para pensarlo. No valía la pena negarle algo a este hombre, siempre terminaba pensando lo mismo, que su palabra valía más que cualquier otra.